Hacer brillar tu luz
Me gustaría contarles sobre dos niñas a quienes conozco que fueron ejemplos brillantes del Evangelio. Cuando nuestra hija Nellie tenía casi ocho años, nuestra familia vivía en Suiza. Nellie estaba entusiasmada por bautizarse. Justo antes de su cumpleaños tuvimos una noche de hogar con nuestra amiga Tina. A Tina le habían enseñado los misioneros, pero no estaba muy segura de si se quería bautizar.
Después de la lección, le pedimos a Tina que orara. Tina no hablaba mucho inglés, de modo que oró en chino. No entendimos las palabras, pero sentimos el Espíritu cuando oró.
Más tarde esa noche, Nellie preguntó si ella y Tina se podrían bautizar el mismo día. Nosotros no sabíamos cómo se sentiría Tina al respecto, pero todos estuvimos de acuerdo en que por lo menos Nellie podía llamar y preguntarle. Para nuestra sorpresa, ¡Tina dijo que sí!
Nellie y Tina se bautizaron ese fin de semana. Más adelante, Tina nos contó una maravillosa historia. Nos recordó en cuanto a su oración en nuestra noche de hogar. En ella, le había pedido al Padre Celestial que le hiciera saber si se debía bautizar. Cuando Nellie le llamó esa noche, Tina supo que el Padre Celestial había oído su oración.
Nuestra amiga Jasmine también fue un buen ejemplo para nosotros. Jasmine tenía 12 años. Nos hicimos buenos amigos de su familia cuando vivimos en Medio Oriente. En su país, los miembros de la Iglesia no pueden hablar del Evangelio con otras personas; va en contra de la ley. Pero Jasmine decidió que podía compartir el Evangelio haciendo lo que hizo Jesús. Podía mostrar amor y bondad a los demás. Dondequiera que Jasmine iba o lo que estuviera haciendo, intentaba ser como Jesús. Fue un ejemplo brillante para los demás.
Nellie y Jasmine nos muestran cómo podemos ser ejemplos de Jesucristo. Podemos hacer eso sin importar nuestra edad o dónde vivamos.