Fuertes durante toda la semana
Estos jóvenes comparten el modo en que el Señor los bendice al tomar la Santa Cena y recordar sus convenios a lo largo de la semana.
Es domingo por la noche, lo cual significa que mañana es lunes: vuelta a las tareas, al trabajo, los entrenamientos de fútbol, las lecciones de piano y más. ¡Ciertamente esta semana hay mucho que hacer! Pero tú puedes con ello. Esta semana puedes conquistar tu larga lista de tareas.
¿Quieres saber cómo?
La fortaleza espiritual está de tu parte. Cada domingo puedes tomar la Santa Cena y renovar los convenios que has hecho. Al hacerlo, se te promete que si tomas sobre ti el nombre de Jesucristo, lo recuerdas y guardas Sus mandamientos, siempre tendrás Su Espíritu contigo (véase D. y C. 20:77, 79). Eso significa que puedes sentirte espiritualmente fuerte independientemente de lo que tengas que afrontar esta semana.
Les pedimos a algunos jóvenes que compartieran las experiencias que han tenido en relación con la Santa Cena y el modo en que esta los ha fortalecido cuando han recordado sus convenios a lo largo de la semana. Estos son algunos de sus relatos. ¡Tal vez tú hayas pasado por cosas similares!
Recordar siempre al Salvador me ayuda a tener valor al afrontar pruebas difíciles. A la mitad de mi último año en la escuela secundaria, mi familia regresó a los Estados Unidos, pero yo me quedé sola en Australia para acabar el curso. Después de visitarlos durante unas vacaciones escolares, volaba de regreso a Australia cuando me sentí increíblemente sola. No obstante, de pronto me di cuenta de que no estaba sola; nunca lo había estado y nunca lo estaría, porque el Espíritu del Salvador siempre estará conmigo si me esfuerzo por seguirlo a Él. Ese fue el mayor consuelo que pude haber recibido en aquel momento.
Shannon S., 19 años, Sydney, Australia
Cuando escucho las oraciones sacramentales recuerdo que, si cumplo con mi parte del convenio bautismal, puedo tener el Espíritu conmigo. La semana es mucho más fácil cuando me mantengo cerca del Espíritu. Por ejemplo, muchos alumnos en la escuela utilizan malas palabras y hablan de manera inadecuada. Recordar mis convenios me ayuda a ignorar lo que escucho, e incluso a influir en algunos de mis compañeros para que dejen de hablar de ese modo.
Jacob B., 14 años, Colorado, EE. UU.
En la escuela había una niña que tenía una discapacidad. La mayoría de las personas utilizaban eso como excusa adicional para burlarse de ella. Mi amiga y yo éramos las únicas que tratábamos de ayudarla. Algunos días parecía que toda la clase se confabulaba en su contra. Resultaba difícil saber cómo reaccionar. Yo solo quería irme, pero decidí recordar que ella era una hija de Dios, y pensar en el modo en que Jesús la trataría. Sentí el efecto tranquilizador del Espíritu Santo y recordé que yo podía marcar la diferencia. Seguir el ejemplo del Salvador me ayudó mucho, y supe que todo saldría bien.
En mi convenio bautismal se me promete que siempre tendré el Espíritu Santo conmigo si actúo como lo haría el Salvador. Estoy agradecida por haber sentido el consuelo y la fortaleza del Espíritu Santo.
Alexis L., 13 años, Kansas, EE. UU.
Saber que he hecho convenio de tomar sobre mí el nombre de Cristo despierta en mí el sentido del deber de seguirle, pero no siempre es fácil. Una vez, en una actividad de grupo, vi a un chico que no tenía a nadie con quien hablar. Sentí que debía ir y hablar con él. Al principio no quería hacerlo; no soy especialmente extrovertido a la hora de hacer amigos, pero al recordar lo que Cristo haría, hallé la fuerza para hacer un nuevo amigo. Mientras hablaba con él, pude sentir cómo el Espíritu me animaba a hacer preguntas y pasarlo bien.
Evan A., 16 años, Utah, EE. UU.
Durante la Santa Cena solía pensar en cosas que tenía que hacer durante la semana, en asuntos de la escuela o en mis amigos. Pero entonces, gracias a las clases de Escuela Dominical y a los mensajes de nuestros profetas, comencé a entender el significado de la Santa Cena. Ahora pienso en la expiación de Jesucristo, que dio Su vida por nosotros, pagó por nuestros pecados y sufrió todas las cosas. Eso me brinda cada día la motivación para decir: “Puedo esforzarme por ser como Él y mostrar el mismo amor que Él mostró a los demás. Puedo compartir el Evangelio con otras personas. Puedo hacer algo para ser más digna de entrar en el templo y tomar la Santa Cena”.
Alessandra B., 17 años, Santiago, Chile
La Santa Cena es un impulso espiritual para la semana. Me recuerda los convenios que he hecho con mi Padre Celestial, y eso me guía a lo largo de la semana. Me ayuda a pensar en el sacrificio de Jesucristo por nosotros, y eso me prepara espiritualmente para la semana siguiente.
Una vez estaba estresado y frustrado, pero cuando tomé la Santa Cena y leí el himno sacramental fui lleno del Espíritu. Olvidé mi estrés y me enfoqué en el Salvador.
Brett B., 17 años, Colorado, EE. UU.
Para mí, tomar sobre mí el nombre de Jesucristo significa recordar que Su Espíritu siempre puede estar con nosotros, y que debemos elegir hacer lo que es correcto. En una ocasión, en una fiesta de cumpleaños, mis amigos estaban tomando y me ofrecieron una bebida alcohólica. Les dije que no. Luego uno de mis amigos de la Iglesia fue y les explicó que no bebemos alcohol por causa de nuestra religión. Recordar al Salvador siempre me ayuda a estar cerca del Espíritu y me mantiene alejado de las cosas malas.
Miguel C., 16 años, Paraná, Brasil
Tomar la Santa Cena me brinda un sentimiento de paz y pensamientos que me convencen de que puedo con cualquier cosa que me depare la vida. El pasado mes de junio estaba atravesando un mal momento en mi vida. Una de mis mejores amigas se mudó, yo luchaba contra la depresión y tenía pensamientos poco realistas sobre la imagen de mi cuerpo. Un domingo estaba tomando la Santa Cena y me inundó un desbordante sentimiento de paz. Me sentí realmente feliz.
Olivia T., 14 años, Virginia, EE. UU.