Voces de los Santos de los Últimos Días
Los ángeles trajeron luz a mi hogar
Un domingo por la mañana, me preguntaron si me gustaría que me visitaran los maestros orientadores. Me había divorciado hacía poco y estaba pasando por dificultades para enfrentar mi nueva vida como madre soltera con dos hijos pequeños. Respondí que agradecería una visita. En ese entonces, me sentía amargada por mi situación y sola en mis dificultades.
La semana siguiente, dos buenos hermanos vinieron a mi casa. Durante su visita, hicieron las preguntas habituales y compartieron un breve mensaje del Evangelio con mi familia.
Entonces esos buenos hermanos preguntaron: “Hermana Nereida, ¿qué podemos hacer para ayudarla?”.
Sin pensar mucho, les dije que los focos que estaban arriba de las escaleras, subiendo al segundo piso, se habían fundido. Tenía focos de repuesto, pero no había podido cambiarlos porque era muy alto, y me preocupaba usar la escalera de mano en las escaleras. También les dije que las luces del patio trasero no estaban funcionando.
Inmediatamente se levantaron. Uno fue a su auto y regresó con una caja de herramientas. Medía casi dos metros, así que subió las escaleras y cambió los focos sin ningún problema. Mientras tanto, su compañero fue al patio trasero y notó que la conexión estaba invertida. Pudo arreglarla inmediatamente.
Cuán agradecida he estado todos estos años por mis maestros orientadores, por sus sencillos actos de bondad, amor y dedicación, y por la maravillosa lección que me enseñaron. Mis maestros orientadores eran verdaderamente ángeles que no solo trajeron luz a nuestra casa, sino que también trajeron la paz, la esperanza y la seguridad del Evangelio, lo cual da luz en cualquier tipo de oscuridad.