2020
La oración en nuestras vidas
Febrero de 2020


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La oración en nuestras vidas

La luz y guía al camino del Reino Celestial

¡Cuán importante es la oración en nuestra vida! Recuerdo que en una oportunidad pasábamos por momentos muy difíciles y agobiantes en nuestro hogar, buscando palabras alentadoras y apoyo espiritual de amigos y familiares cercanos a la familia, pero sin que llegue ninguno de ellos cuando más los necesitábamos. Son esas cosas las que no me han hecho olvidar que siempre hay alguien que se encuentra cerca de nosotros, no hay que buscar a un lado o al otro, ni al frente ni atrás, solo basta con levantar la cabeza y mirar el cielo, es nuestro excelentísimo Padre Celestial esperando con los brazos abierto para acobijarnos y escuchar nuestras plegarias.

A causa de nuestras aflicciones; y desesperado por las circunstancias, para ese entonces, decidí comunicarme con Él, con una actitud de reverencia y de fe, con palabras humildes, sinceras y de corazón, clamaba por la solución a los problemas, De pronto, sentí una voz que susurraba a mis oídos, que me decía: “Tengáis fe y paciencia; verán que cosas hermosas y maravillosas llegarán en su momento”.

Pasaron algunos días, y aun en un estado constante de estrés. De pronto, entraron en mi mente pensamientos de paz y tranquilidad, y cuando menos lo esperaba, llegó a nuestro humilde hogar la armonía y la guía infalible del camino a seguir, fortaleciendo nuestros corazones y superando los inconvenientes y desafíos. Un gran gozo reinó en la familia al saber que Dios escucha siempre nuestras oraciones y nos concede lo que es más conveniente para nuestra vida. Lo comparé como cuando miles de gotas caen del cielo en un periodo de lluvia, así es la oración, el cielo abre su ventana para derramar miles de gotas de amor, sabiduría y bendiciones que caerán sobre nosotros y nuestro hogar.

He ahí que me di cuenta, que las respuestas a nuestras oraciones no siempre pueden venir directamente ni en el tiempo ni de la manera que esperábamos; pero vienen, y de una manera más conveniente para los intereses del que ha ofrecido las súplicas, como leemos en Mateo, capitulo 7, versículos del 7 al 9: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.

“Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.

“¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra?”.

Reunidos en una noche de hogar, se conversaba de que no solo hay que orar para pedir solución a nuestros problemas, no lo hacemos para torcerle el brazo a Dios, ni para conseguir lo que nosotros queremos; había que orar para que la voluntad de nuestro Padre Celestial y Sus propósitos estén en nuestro corazón, para que nos guíe a llevar a la práctica Sus propósitos. Sin embargo, también es necesario, que la oración diaria nos dé la oportunidad de expresar gratitud por las cosas de la vida que Él provee y por todas las cosas que Él hace por nosotros. Compartamos nuestros pesares, alegrías y triunfos con Él y acompañémoslo con la lectura diaria de los pasajes de las Escrituras para que nos brinden paz, esperanza y fortaleza.

Compartíamos la lectura de 2 Nefi, capítulo 2, versículo 2, en donde Lehi enseña a su hijo Jacob: “… tú conoces la grandeza de Dios; y él consagrará tus aflicciones para tu provecho”. ¡No están pasando por esas pruebas para no aprender nada! Esa misma prueba que es muy dolorosa ahora podría brindarles la fortaleza y la sabiduría que necesitan para hacer algo increíblemente importante en el futuro. De hecho, algo que no podrían haber hecho sin que esa prueba haya ocurrido en su vida ahora.

Es por eso que debemos orar con fervor diariamente, de manera personal o en familia, y verán como de hecho podemos acercarnos más a Él y recibir Su luz y guía y nuestra mente se iluminará y nuestra alma se fortalecerá. Nosotros como Santos de los Últimos Días, recordemos esos pasos que Dios estará siempre con nosotros en cada paso del camino. Así que, continuando con pasos firmes, superaremos junto con Él esas dificultades en nuestra vida, ya que las mismas pueden ser un avance, si echamos la vista atrás nos daremos cuenta de que algunas situaciones difíciles nos han enseñado, nos han ayudado a evolucionar, a crecer, incluso a salir fortalecidos, más seguros y con más herramientas para enfrentarnos a nuevas circunstancias.

Agradecido querido Padre Celestial, a Tu Hijo Amado Unigénito, nuestro Redentor y Salvador, Jesucristo y a la guía del Espíritu Santo. Amén.