2020
Diferentes pero juntos
Julio de 2020


Diferentes pero juntos

La autora vive en Georgia, EE. UU.

“[Q]ue adoren cómo, dónde o lo que deseen” (Artículos de Fe 1:11).

Different but Together

Ellie y su familia iban a ir a visitar a sus primos, que vivían muy lejos. ¡Ellie estaba muy contenta! Llevaba mucho tiempo sin ver a sus primos.

Antes del viaje, los padres de Ellie dijeron que deseaban hablar de algo.

“Cuando nos reunimos en familia siempre hacemos una oración a la hora de la comida y a veces hablamos de la Iglesia, ¿verdad?”, preguntó el papá.

“¡Así es!”, respondió Ellie.

“Bueno, las cosas serán un poco distintas en este viaje”, dijo la mamá. “Tu tía y tu tío ya no asisten a la Iglesia, y no les gusta que las personas les hablen de ello”.

Ellie frunció el ceño. “¿Por qué no?”.

“No sabemos todas las razones”, dijo el papá. “Pero ellos nos quieren mucho. Creo que no desean discutir con nosotros ni herir nuestros sentimientos, así que nos han pedido que no hablemos de cosas de la Iglesia con ellos”.

Ellie asintió.

“Todavía podemos leer las Escrituras y orar mientras estemos allí, pero lo haremos en privado”, dijo la mamá.

“¿Y a la hora de comer?”, preguntó la hermana de Ellie.

“Vamos a esperar y ver”, dijo la mamá. “Si ellos no oran antes de comer, cada uno de nosotros puede hacer una oración en el corazón”.

“Está bien”, dijo Ellie. “¡Puedo hacer eso!”.

Al día siguiente, la familia de Ellie se subió al auto y viajó hasta bien entrada la noche. Cuando por fin llegaron a casa de los primos, la tía y el tío de Ellie los ayudaron a sacar sus maletas del auto. Luego todos se fueron dormir.

A la mañana siguiente, Ellie hizo una oración antes de ir a la cocina a desayunar. Se sentía un poco nerviosa por ver a su familia, pero entonces su tía se sentó junto a ella ofreciéndole una cálida sonrisa.

“Más tarde algunas de nosotras iremos al salón de tu prima. ¿Quieres venir?”, le preguntó a Ellie.

“¿Un salón de belleza?”, preguntó Ellie.

“¡Ajá! Tu hermana y tú se pueden hacer algún peinado si lo desean”.

Ellie sonrió y asintió. ¡Sonaba divertido!

Después del desayuno tomaron el autobús para ir al salón. A Ellie le encantaba ver a su prima trabajar. Sus dedos se movían de un lado a otro mientras peinaba y hacía trenzas. Cuando todas se hubieron arreglado el cabello, simularon un desfile de moda frente al espejo del salón y se rieron con sus nuevos estilos.

Al día siguiente llovió mucho, así que todos decidieron quedarse en casa y jugar unos juegos de mesa. Ellie y una de sus primas formaron un equipo contra dos de los chicos mayores. Bromeaban unos con otros mientras movían sus fichas por el tablero.

“¡Hemos ganado!”, gritó Ellie, al tiempo que colocaba su ficha en la casilla de llegada. Todos chocaron los cinco, incluso los primos mayores, que se hacían los cascarrabias por haber perdido.

Después de solo unos días, llegó el momento de volver a casa. Cuando Ellie subió a la parte trasera del auto familiar escuchó cómo su familia se despedía de ellos.

“¡Los extrañaremos!”.

“¡Vuelvan pronto!”.

“¡Los queremos mucho!”.

Ellie sonrió y dijo adiós con la mano mientras el auto se alejaba. Lo había pasado muy bien. Aunque creyeran cosas diferentes, podían seguir siendo una familia feliz.