Lección práctica para la noche de hogar
Cómo hacer buen uso de tu tiempo
Si ponemos al Señor en primer lugar, hay espacio para lo demás.
Ilustraciones por David Habben.
¿Cuántas actividades compiten por tu atención todos los días? Todos tenemos las mismas 24 horas, pero la forma en la que escogemos utilizar ese tiempo marca una gran diferencia.
El presidente Dallin H. Oaks, Primer Consejero de la Primera Presidencia, enseñó: “El número de las cosas buenas que podemos hacer es mucho mayor que el tiempo disponible para lograrlas. Algunas cosas son mejores que buenas, y merecen que les demos prioridad […]. Debemos abandonar algunas cosas buenas a fin de elegir otras que son mejores o excelentes”1.
En esta actividad, demostrarás lo que sucede si hacemos de la obra del Señor nuestra prioridad.
1. Llenar el tiempo
Hay muchas actividades buenas a las que podemos dedicar nuestro tiempo. Pide a tus familiares que digan algunas de las cosas a las que dedican su tiempo todos los días.
Explica que el frasco representa el tiempo. Las piedras y la arena representan las distintas cosas a las que podemos dedicar nuestro tiempo: las piedras más grandes son las cosas a las que el Señor ha pedido que demos prioridad, como estudiar las Escrituras, prestar servicio, la obra del templo y de historia familiar, y asistir a la Iglesia, mientras que la arena simboliza otras actividades buenas, como hacer la tarea y pasar tiempo con amigos.
2. Dar prioridad en el orden incorrecto
Primero vierte la arena en el frasco y después agrega las piedras más grandes encima. Si primero echas la arena, no hay espacio suficiente para todas las piedras grandes; al igual que cuando damos prioridad a otras actividades en lugar de las cosas que el Padre Celestial nos ha mandado que hagamos, es posible que no tengamos tiempo para las cosas más importantes.
3. Poner todo en su lugar
Jesucristo mandó: “No busquéis las cosas de este mundo, mas buscad primeramente edificar el reino de Dios, y establecer su justicia” (Traducción de José Smith, Mateo 6:38 [en Mateo 6:33, nota a al pie de página]). Hablen de cómo pueden priorizar su tiempo buscando primeramente el reino de Dios.
Vacía el frasco y vuelve a comenzar con los mismos objetos. Si lo desean, los hermanos más pequeños podrían ayudar. Pídeles que primero coloquen en el frasco las piedras más grandes. A medida que agregues la arena, observen cómo llena el espacio adicional que hay alrededor de las piedras hasta que llena todo el frasco.
Pregunta a tu familia qué piensan que esta promesa del presidente Russell M. Nelson podría significar: “… conforme ustedes den al Señor, de modo constante, una porción generosa de su tiempo, Él multiplicará el restante”2.
Pongamos al Señor en primer lugar
Si procuramos hacer primeramente la voluntad de Dios, Él nos ayuda a tener tiempo suficiente para hacer otras cosas necesarias y edificantes. Así que, si te cuesta hallar tiempo suficiente para terminar tus tareas, desarrollar tus talentos o dormir lo necesario, pregunta al Señor qué puedes hacer para dar prioridad a tu tiempo de conformidad con Su plan. Fijen metas en familia a fin de poner la obra del Señor —y su relación con Él— en primer plano cada día.