Retratos de fe
Ignatius y Adelaide Baidoo
Accra, Ghana
Ignatius y Adelaide han visto cómo el programa de alfabetización de la Iglesia y el énfasis en el aprendizaje del Evangelio centrado en el hogar han bendecido a los miembros de su estaca y su familia.
Christina Smith, fotógrafa.
Ignatius:
Empecé a participar en el programa de alfabetización del Evangelio como miembro de la presidencia de la estaca. Visité una clase y me di cuenta de que no es solo para aquellos que no saben leer ni escribir; es para que todos comprendamos mejor el evangelio de Jesucristo.
Adelaide:
Conozco a muchas hermanas de nuestro barrio a quienes les ha sido útil la clase de alfabetización del Evangelio. Una hermana no se sentía bien consigo misma porque no sabía leer ni escribir, ni podía ayudar a sus hijos con la tarea de la escuela. Ella tomó la clase y ahora puede leer y ayudarles, por lo que se siente muy feliz. Cada vez que la veo, siempre digo: “Este Evangelio es realmente verdadero; cambia y bendice la vida de las personas”.
Ignatius:
Ven, sígueme y el aprendizaje del Evangelio centrado en el hogar también ayudará a las familias a leer las Escrituras juntos y aprender los unos de los otros.
La piedra angular de nuestra religión es el Libro de Mormón. Aquí en África, a todos se nos crio conociendo la Biblia. Sin embargo, muchos no saben que el Libro de Mormón contiene verdades claras y preciosas. A medida que usamos Ven, sígueme para estudiar el Libro de Mormón en el programa de alfabetización del Evangelio y en nuestro aprendizaje del Evangelio centrado en el hogar, aprendemos y entendemos toda la información que necesitamos para ayudarnos a progresar en esta vida.
Adelaide:
Cuando se anunció el aprendizaje del Evangelio centrado en el hogar en la conferencia general, pensé en algunos de los miembros de nuestro barrio y me preocupé un poco. ¿Cómo van a hacerlo?, pensé. Oré para que los miembros acatasen esa revelación. Sé que si siguen lo que el profeta ha dicho, les ayudará en sus hogares.
En nuestra familia, nos esforzamos y hacemos todo lo que podemos. Estoy muy contenta por cómo mis hijos se ayudan mutuamente al leer el Libro de Mormón juntos. Aman el Libro de Mormón. Hemos pasado muy buenos ratos leyendo y compartiendo nuestros testimonios juntos.
Ignatius:
El presidente Russell M. Nelson dijo: “La exaltación es un asunto familiar”1. Amo a mi esposa y a mis hijos. Quiero estar con ellos y con nuestro Padre Celestial para siempre, por lo que debemos ayudarnos mutuamente.
Adelaide:
Las hermanas de la Sociedad de Socorro también se están ayudando unas a otras. Cuando nos reunimos, pensamos: “Esta hermana me necesita” o “la necesito”. Nos sentamos una al lado de la otra y nos ayudamos a leer, comprender y compartir lo que estamos aprendiendo. Estamos esforzándonos al máximo al pensar: “Si el Salvador estuviera aquí, ¿qué haría?”.
Ignatius:
Hay un aspecto en el programa de alfabetización del Evangelio que pide que los alumnos hagan un dibujo de lo que van a hacer para mejorar el aprendizaje del Evangelio y el estudio de las Escrituras. Una imagen que alguien dibujó mostraba a una familia alrededor de una mesa con sus Escrituras frente a ellos hablando sobre el Evangelio. Eso me conmovió mucho. La alfabetización del Evangelio no es solo leer y escribir; las imágenes también pueden ayudarnos a aprender. Incluso si creemos que lo sabemos todo, siempre podemos aprender más sobre el Evangelio y aumentar nuestro testimonio del Señor Jesucristo.
En las Escrituras leemos que el que sea fuerte tome al débil para que también se haga fuerte (véase Doctrina y Convenios 84:106). Si hay algunos que sienten que son débiles en el Evangelio, podemos ministrarles, uno por uno, y ayudar a sostenerlos. La ministración va a hacer mucho bien para ayudar a levantar a los miembros.