2020
El servicio diario de Marta
Octubre de 2020


El servicio diario de Marta

Esta madre y su hija trabajan de manera ardua para vivir el Evangelio juntas, y Marta es capaz de vivirlo sirviendo a su madre de manera especial.

Marta smiling

Fotografías por Leslie Nilsson.

Marta es una niña de 11 años de Portugal y, como a muchas otras niñas de su edad, le gusta pasar tiempo con sus amigas, comer y jugar con sus muñecas. También le gusta pasar tiempo con su madre, pero vivir con ella significa que Marta vive de modo un poco diferente a otros niños.

La madre de Marta, Sonia, nació con una deficiencia motora que le dificulta caminar. No está paralizada por completo, pero necesita un andador para moverse. Tampoco es capaz de vestirse, bañarse o acostarse por sí misma, lo cual hace que sea difícil para ella vivir sola. Marta ha podido prestarle servicio a su madre durante los últimos años, ayudándola con cosas que ella no puede realizar sin ayuda.

Marta with her mother

“Procuro que la casa esté sin obstáculos para que mi madre pueda moverse más fácilmente”, dice Marta. “También tomo descansos cuando estoy jugando, y de ese modo tener tiempo para comprobar cómo está mamá y ver si necesita ayuda. Si estoy jugando y me llama, voy rápidamente porque podría ser algo urgente”.

Sin embargo, Sonia intenta dejar que Marta viva de la manera más normal posible. Si Sonia no necesita ayuda, se asegura de que Marta disponga de tiempo para jugar con sus amigas.

Marta walking with her mother

Vivir la fe

Marta tiene la oportunidad de vivir el Evangelio cada día al servir a su madre; asume muchas responsabilidades que otros niños no suelen tener. Por ejemplo, se levanta temprano para ayudar a su madre a prepararse para el trabajo, antes de irse a la escuela. Sin la ayuda de Marta, Sonia no podría moverse o ir a trabajar todos los días.

Marta and mother sitting at a table

Marta y Sonia también van juntas a la Iglesia. Sonia fue bautizada cuando tenía ocho años, así que Marta ha crecido en la Iglesia y su madre le enseña la importancia del Evangelio todos los días. Una manera de hacerlo es que tiene muchas láminas de Jesucristo en su casa.

“Sé que Dios vive y que Jesucristo es real”, afirma Sonia, “y deseo que todos los que vengan a mi casa sepan que la fe es muy importante para mí. También es importante para mí enseñarle esto a Marta para que crezca con este conocimiento de Jesucristo”.

Marta ha aprovechado lo que le ha enseñado su madre y sigue aprendiendo más sobre el Evangelio por su cuenta. Una de las maneras que le gusta aprender es leer las Escrituras, lo cual le ayuda a establecer una relación más fuerte con el Padre Celestial y el Salvador. “Al leer las Escrituras, siento que Cristo está a mi lado”, dice.

Marta with her mother

Hallar consuelo

Aunque puede ser difícil asumir tanta responsabilidad, el ir a la Iglesia cada semana ayuda a Marta a hallar el consuelo que necesita para seguir ayudando a su madre. “Cuando ofrecen oraciones al principio y al final de la reunión sacramental, se siente mucha paz”, explica ella. “Cuando estoy allí, a veces siento que el Padre Celestial me dice que soy una buena persona y que tengo que seguir siendo una buena persona para ayudar a mi mamá”.

Cada vez que se siente así, recuerda lo agradecida que está por su madre; siente que el Padre Celestial le ha enviado ángeles para apoyarla. “Creo que Él me fortalece para despertarme y estar feliz y orgullosa de la mamá que tengo”, dice Marta.

Una de las lecciones que Sonia y Marta han aprendido juntas es que la vida no es fácil ni perfecta, para nadie. Sonia afirma: “Ninguna de mis dificultades me pone triste; sé que Dios me dio esta carne, sangre y huesos de esta manera porque soy especial y Dios me dijo que podría hacerlo. Hago lo mejor que puedo; puedo hacer más todavía, pero en la actualidad me siento bien conmigo misma. Estoy orgullosa de lo que hago, de lo que tengo y de lo que haré mañana”.

Marta también se da cuenta de que, al final, las cosas saldrán bien, aunque la vida puede ser difícil a veces al cuidar de su madre, y ve que cada uno tiene desafíos distintos. “Nadie tiene una vida perfecta”, declara. No obstante, incluso con sus propios desafíos personales, Marta sigue encontrando cosas buenas en cada situación, siendo un ejemplo de ello la relación que tiene con su madre. “Mi mamá tiene limitaciones físicas, pero mental y emocionalmente es muy inteligente; somos muy buenas amigas”.

Marta with her mother

Mirar al futuro con ilusión

Entonces, ¿qué deparará el futuro a Marta y a Sonia? Marta responde: “Deseo estar cerca de mi madre y, por supuesto, quiero casarme, tener hijos y una familia, pero en el futuro, si es posible, quiero comprar una casa para mi familia y para mi madre porque no quiero estar alejada de ella ni un solo día”.

Sonia también se siente optimista en cuanto al futuro, y siempre estará agradecida por la compañía y el amor de Marta. “Es increíble tener una bella hija; es muy bonito contar con Marta en mi vida; ella es un don de Dios. Él preparó a Marta para que se quedara aquí conmigo”.