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Orar, sentir, actuar
Al regresar de la misión en diciembre de 2019, conocí a una joven muy especial y nos pusimos de novios, a pesar de que pronto dejaríamos de vernos debido a que yo tenía que comenzar a estudiar en la universidad. Tenía mis planes; me iría a vivir a Buenos Aires, a unos 700 km de mi casa, y estudiaría la carrera de técnico mecánico; oré y sentí que estaba en lo correcto, así que me inscribí.
Tal como lo había planificado, por fin llegó el día de ir a vivir a Buenos Aires; me llevarían mis padres y luego me quedaría allá definitivamente.
Al cursar y terminar la primera clase no me sentía tan cómodo, me invadieron sentimientos de duda, miedo y ganas de regresar. Lo hablé con mis padres y tomé la decisión de regresar y volver la semana siguiente.
Cuando llegué oré mucho por mis dudas. Investigando, encontré en el mismo instituto otra carrera que también deseaba hacer y que comenzaría unos meses más adelante. Seguí orando y nuevamente sentí que era correcto, que mi Padre Celestial me confirmaba que estaba bien cambiarme de carrera y, al hacerlo, sentí mucha paz y esperanza, pero me preguntaba ¿por qué el Padre me respondió que estaba bien mi primera carrera si luego sentiría que debía cambiarla? Una vez más Él me respondió y comprendí que fue una oportunidad en lo personal para ver con más claridad lo que Él desea para mí y estar más seguro de lo que debo hacer en mi vida.
Luego de haber regresado de Buenos Aires un miércoles, el viernes siguiente se canceló todo tipo de viajes debido a que iniciaba la pandemia del Covid. Vi que de no haber actuado y consultado al Padre de inmediato a raíz de mis sentimientos e impresiones, me hubiera quedado varado y solo a más de 700 km de mi hogar. Comprendí que el Padre nos ama tanto que Él nos busca las maneras de que estemos seguros de los pasos que vamos a dar y a veces la mejor manera de lograrlo es actuando sobre las opciones que creemos tener.
Hoy en día estudio en casa lo que elegí, me casé con mi hermosa esposa y estamos protegidos en nuestro hogar. El amor del Padre es infinito y eterno; testificó que Él nos ama, nos conoce y siempre estará para ayudarnos a ver lo mejor para nosotros, Sus hijos.