Experimentar el poder del sacerdocio
Se preguntó a las mujeres que ayudan a dirigir la Iglesia sobre la forma en que el poder del sacerdocio influye en su vida. Las siguientes son algunas de las ideas que compartieron.
“Los hombres y las mujeres tienen responsabilidades distintas, pero igualmente importantes, en el hogar y en la Iglesia. El poder del sacerdocio puede ayudar a cada persona a llevar a cabo esas responsabilidades para el beneficio de todos.
“Gracias a que el poder del sacerdocio de Dios se encuentra en la tierra hoy en día, grandes bendiciones están al alcance de todos los miembros dignos, ya sean mayores o jóvenes, hombres o mujeres, solteros o casados”.
—Presidenta Joy D. Jones, Presidenta General de la Primaria
“El servicio nos ensancha el alma, aumenta nuestra perspectiva y nos permite recurrir al poder de Dios en mayor abundancia. El Señor sabe esto, pero Satanás también. En su afán siempre vigilante de distanciarnos del poder de Dios, el adversario nos abruma o hace que sintamos que lo que tenemos para ofrecer es insuficiente […].
“Nunca hay que dudar en hacer un acto de bondad.
“Si deliberadamente hacemos que el servicio a los demás sea parte de nuestra vida, descubriremos los misterios de Dios. Descubriremos paz, hallaremos fortaleza y recibiremos un mayor poder conforme sirvamos a nuestro Salvador Jesucristo”.
—Presidenta Bonnie H. Cordon, Presidenta General de las Mujeres Jóvenes
“Con demasiada frecuencia, las mujeres se comparan con las demás, pero ninguna de nosotras se siente bien al hacer esas comparaciones. Cada mujer tiene una combinación única de habilidades y talentos, y todos son dones que provienen de Dios. El hecho de que ustedes y yo no seamos iguales, o que cualquier grupo de mujeres no sean iguales, no hace que valgamos menos o más. Debemos encontrar nuestros dones y desarrollarlos, recordando Quién nos los dio, y luego utilizarlos para los propósitos de Él. Al compartir nuestros dones para bendecir a los demás, experimentamos el poder del sacerdocio en nuestra vida”.
—Presidenta Jean B. Bingham, Presidenta General de la Sociedad de Socorro
“Busquemos constantemente oportunidades de aumentar nuestro entendimiento de la ‘doctrina del sacerdocio’. Cada una de nosotras necesita procurar ese entendimiento por sí misma.
“El estudio de las Escrituras y las palabras de los profetas actuales proporcionarán un fuerte cimiento para que ese conocimiento aumente. Lo mismo ocurre con la obediencia a los mandamientos de Dios y con una vida fiel a los convenios que hemos hecho mediante las ordenanzas del sacerdocio. El entendimiento se nos da ‘línea por línea, precepto por precepto’ (2 Nefi 28:30); mediante la revelación, ‘destila’ sobre nuestra alma ‘como rocío del cielo’ [Doctrina y Convenios 121:45]”.
—Hermana Lisa L. Harkness, Primera Consejera de la Presidencia General de la Primaria
“Cada una de nosotras se encuentra en una travesía […]. Atravesamos por retos en nuestras relaciones, dificultades económicas y problemas de salud mental y física. Atravesamos por asignaciones abrumadoras y enfrentamos nuestra lista diaria de cosas que hacer. Algunos quizá estemos atravesando por una congoja, o incluso soledad o aburrimiento. Nuestros retos son distintos, pero todos los tenemos.
“Guardar nuestros convenios no significa que esos retos nos serán quitados, pero sí significa que el Señor nos promete que estará con nosotros”.
—Hermana Michelle D. Craig, Primera Consejera de la Presidencia General de las Mujeres Jóvenes
“Yo imagino el poder del sacerdocio como un hilo fino y suave que viene de Dios y se entreteje hacia adentro, hacia afuera, hacia arriba y alrededor, y parece tener su propio rumbo en nuestra vida. No obstante, con el tiempo se revela un patrón complejo. Ese diseño cubre el altar de Dios, el lugar más santo donde atamos en la tierra y atamos en el cielo […].
“Siempre que veo un lienzo en el altar del santo templo, siento que es uno de los símbolos más poderosos de la manera en que el Señor brinda Su poder a Sus hijos e hijas fieles con el fin de recogerlos y atarlos en un diseño complejo y santo”.
—Hermana Sharon Eubank, Primera Consejera de la Presidencia General de la Sociedad de Socorro
“Mediante las experiencias que he tenido en la vida, sé que guardar los mandamientos del Señor, tener fe y confiar plenamente en Él son maneras de obtener acceso al poder de Su sacerdocio […].
“Si nos mantenemos fieles, podemos recibir ese poder y esas bendiciones del sacerdocio en todos los aspectos de nuestra vida, lo cual nos brinda protección, consuelo, fortaleza, paz y promesas que seguirán por las eternidades. Por medio de ese poder del sacerdocio, el Espíritu Santo también me ayuda a recordar experiencias de mi vida que siguen fortaleciendo mi testimonio y mi fe en Dios”.
—Hermana Cristina B. Franco, Segunda Consejera de la Presidencia General de la Primaria
“Han pasado muchos años desde que recibí mi bendición patriarcal, pero recuerdo esa experiencia de manera vívida […].
“Esa vivencia ha influido en muchas decisiones que he tomado a lo largo de mi vida. Sabía que para que esas bendiciones se cumplieran, yo tenía que hacer mi parte.
“Ahora veo que aún hay más que nuestro Padre quiere que yo reciba, aún más de lo que se menciona en mi bendición patriarcal”.
—Hermana Becky Craven, Segunda Consejera de la Presidencia General de las Mujeres Jóvenes
“Me uní a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días a los 26 años. Si bien tuve una sensación de tranquilidad en el corazón al seguir ese deseo de ser bendecida por Dios al hacer un convenio con Él, sé que el entendimiento que tenía en ese momento de ese convenio era como una semillita.
“Con el paso de los años, y por medio del esfuerzo que he hecho por guardar el convenio bautismal y otros más que he hecho con el Padre Celestial, siento que Él me ha bendecido con un mayor entendimiento en cuanto a Él, al Salvador y a mi función como hija de padres celestiales que ha hecho convenios”.
—Hermana Reyna I. Aburto, Segunda Consejera de la Presidencia General de la Sociedad de Socorro