Principios básicos del Evangelio
Jesucristo nos pidió que tomáramos la Santa Cena
Al recordar a nuestro Salvador cada semana, somos purificados y sanados.
Antes de morir, Jesucristo participó de una última comida que se conoce como la Última Cena. Al concluir esa comida, Él instituyó la Santa Cena entre Sus seguidores. Partió el pan y lo bendijo. “… haced esto en memoria de mí”, dijo (Lucas 22:19). Después bendijo y compartió una copa de vino.
Parte de la adoración semanal
Cuando se restauró la Iglesia de Jesucristo en la tierra, la Santa Cena pasó a formar parte de la adoración semanal. Durante la reunión sacramental, la Santa Cena es bendecida y repartida por aquellos que poseen el sacerdocio. Ellos oran siguiendo palabras que se encuentran en las Escrituras (véase Doctrina y Convenios 20:75–79). Luego, cada persona de la congregación come el pan y bebe el agua a fin de recordar a Jesucristo y el sacrificio que hizo por nosotros, de la manera en la que Él nos lo pidió.
La preparación para participar
A fin de prepararnos para tomar la Santa Cena, debemos pensar con sinceridad en nuestra vida y nuestras decisiones. Debemos arrepentirnos de los errores y pecados cometidos durante la semana anterior, e incluso pedir a Dios que nos perdone. No tenemos que ser perfectos para tomar la Santa Cena, pero nuestro corazón debe ser humilde.
Más que pan y agua
Participar de la Santa Cena es un momento sagrado y santo. Las oraciones de la Santa Cena nos recuerdan que, al participar del pan y del agua, recordamos el cuerpo y la sangre que Jesucristo ofreció por nosotros. Prometemos seguirlo y que llevaremos una vida cristiana. Prometemos que nos esforzaremos por guardar los mandamientos de Dios. A cambio de ello, el Santo Espíritu nos consolará, guiará y sanará.
El renovar los convenios
Cada vez que aquellos que hemos sido bautizados tomamos la Santa Cena con un corazón puro, renovamos el convenio que hicimos al bautizarnos. Eso abarca recibir el Espíritu Santo y ser limpios del pecado como si volviéramos a ser bautizados. Esto constituye la esperanza y la misericordia que Jesús ofrece a cada uno de nosotros. Nunca es demasiado tarde para arrepentirnos y ser perdonados.
¿Qué se dice en las Escrituras acerca de la Santa Cena?
Debemos examinarnos en lo espiritual y hacer una sincera introspección antes de tomar la Santa Cena, (véase 1 Corintios 11:28).
Después de resucitar, Jesús mostró a Su pueblo del continente americano la forma de tomar la Santa Cena (véase 3 Nefi 18).
Los profetas contemporáneos nos han dicho que utilicemos pan y agua en la Santa Cena, aunque realmente no importa lo que comamos o bebamos (véase Doctrina y Convenios 27:2). A veces, las personas que padecen alergias tienen que usar otro tipo de pan.