2021
El origen de la Iglesia
Marzo de 2021


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Doctrina y Convenios 20–22

La Iglesia está creciendo

La Iglesia del Salvador se ha restaurado con la doctrina verdadera, el poder del sacerdocio y las ordenanzas sagradas.

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a father blessing his daughter

Fotografía por James Iliff Jeffery.

Hace años, durante la primera semana en que trabajaba en la oficina de asuntos públicos de la Iglesia en México, recibimos una invitación a un programa radiofónico de entrevistas. El programa, que trataba sobre las religiones del mundo, nos ofreció 45 minutos para hablar sobre la Iglesia.

“Qué gran oportunidad”, dije al Presidente de Área, mientras le explicaba los detalles de la invitación. “¿A quién enviaremos para que represente la Iglesia?”.

“A usted, por supuesto”, respondió.

Yo era nuevo en la oficina y muy joven. Me sorprendió que no sugiriera a alguien con más experiencia. No obstante, oré, me preparé lo mejor que pude, e invité a un compañero a que fuera conmigo. Poco después, nos encontrábamos en la estación de radio.

“Esta noche nos acompañan dos representantes de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”, dijo el conductor del programa al presentarnos. Luego preguntó: “¿Por qué su iglesia tiene un nombre tan largo?”. ¿Por qué no usan uno más corto o más comercial?”.

Mi compañero y yo estábamos dichosos de responder aquella pregunta tan buena. Explicamos que el nombre de la Iglesia no fue escogido por el hombre, sino que el Salvador mismo lo reveló por medio de un profeta de los últimos días (véase Doctrina y Convenios 115:4).

El conductor del programa respondió respetuosamente: “Entonces será un gran placer repetir el nombre completo”. Y lo hizo; numerosas veces.

Aún recuerdo el dulce espíritu que sentimos al explicar el origen del nombre de la Iglesia, y cómo dicho nombre hace referencia al Salvador y a los miembros de Su Iglesia de hoy en día. Mi compañero y yo contestamos numerosas preguntas, muchas de las cuales se centraban en el nombre de la Iglesia. Aquella experiencia fue una bendición para la Iglesia en nuestra Área, y para mí.

En 2018, el presidente Russell M. Nelson pidió a los Santos de los Últimos Días “restaurar el nombre correcto de la Iglesia del Señor”. Prometió que, si nos esforzamos al máximo para seguir ese consejo, el Señor “derramará Su poder y Sus bendiciones sobre la cabeza de los Santos de los Últimos Días de formas que jamás hemos visto”1. El presidente Nelson renovó aquella promesa durante la Conferencia General de abril de 20202.

Durante el breve intervalo desde que el presidente Nelson nos pidió que usáramos el nombre correcto de la Iglesia, su promesa ya ha comenzado a cumplirse. Dados los millones de miembros que ahora mencionan el nombre correcto de la Iglesia, hay más y más personas que saben que creemos en el Señor Jesucristo y que lo adoramos. Como resultado de ello, creo que la Iglesia está gozando de un resurgimiento en cuanto a la influencia y el respeto que se le tiene. Se están abriendo puertas y la Restauración está avanzando.

Conforme los hijos de Dios lleguen a comprender que la revelación continúa hoy en día y que la Iglesia del Salvador ha sido restaurada con la doctrina verdadera, el poder del sacerdocio y las ordenanzas sagradas, querrán conocer más sobre la Restauración.

Los profetas vivientes

La sección 20 de Doctrina y Convenios comienza con estas palabras significativas: “El origen de la Iglesia de Cristo en estos últimos días” (versículo 1; cursiva agregada). Desde la organización de la Iglesia, el 6 de abril de 1830, el Señor ha dirigido dicho origen a través de los líderes que ha llamado.

El profeta José Smith fue “inspirado por el Espíritu Santo para poner los cimientos” de la Iglesia restaurada. De igual modo, en nuestros días, el Señor está inspirando al presidente Nelson a dirigir la Iglesia, a “edificarla” y a “impulsar la causa de Sion con gran poder para hacer lo bueno” (Doctrina y Convenios 21:2, 7).

Durante la Conferencia General de abril de 2020, los miembros de la Iglesia vieron la confirmación de la guía continua del Señor y del crecimiento continuo de Su Iglesia cuando el presidente Nelson leyó “La Restauración de la plenitud del evangelio de Jesucristo: Una proclamación para el mundo en el bicentenario”:

“Con alegría declaramos que la Restauración prometida avanza por medio de la revelación continua”, dijo. “La tierra jamás volverá a ser la misma”.

El presidente Nelson añadió: “… los cielos están abiertos. Afirmamos que Dios está dando a conocer Su voluntad para con Sus amados hijos e hijas”3.

El Señor prometió bendecir a los primeros miembros de la Iglesia que obedecieran Su voluntad cual fuera revelada mediante el profeta José Smith. Esas promesas se nos extienden a nosotros en tanto sigamos a los siervos escogidos del Señor hoy: “… las puertas del infierno no prevalecerán contra vosotros; sí, y Dios el Señor dispersará los poderes de las tinieblas de ante vosotros, y hará sacudir los cielos para vuestro bien y para la gloria de su nombre” (Doctrina y Convenios 21:6).

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President and Sister Nelson greeting people following a devotional

El presidente y la hermana Nelson saludan a los miembros de la Iglesia tras su devocional del 16 de mayo de 2019, en Kona, Hawái.

La doctrina verdadera

Una de las cosas que el joven José Smith aprendió en la Arboleda Sagrada hace doscientos años fue que los maestros religiosos de su época enseñaban “como doctrinas los mandamientos de los hombres, teniendo apariencia de piedad, mas negando el poder de ella” (José Smith—Historia 1:19).

El élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, recientemente declaró que en nuestros días hay “carencias religiosas” similares que “no satisfacen el hambre ni la esperanza de algunas personas”, y que “varias de esas insatisfacciones [doctrinales] alejan a algunas personas de las instituciones eclesiásticas tradicionales”4.

Lo que el mundo necesita y lo que el Señor ofrece son las doctrinas dulces y salvadoras que se hallan en su sencillez y plenitud en el Evangelio restaurado.

La doctrina verdadera se encuentra en el Libro de Mormón, el cual contiene “la plenitud del evangelio de Jesucristo a los gentiles y también a los judíos” (Doctrina y Convenios 20:9). “El libro enseña el propósito de la vida y explica la doctrina de Cristo, que es fundamental en ese propósito […]. [E]l Libro de Mormón testifica que todos los seres humanos son hijos e hijas de un amoroso Padre Celestial, que Él tiene un plan divino para nuestra vida y que Su Hijo, Jesucristo, nos habla en la actualidad, así como lo hizo en los días antiguos”5.

La doctrina verdadera se encuentra en Doctrina y Convenios, al cual un profeta ha llamado “el eslabón entre el Libro de Mormón y la obra continua de la Restauración a través del profeta José Smith y sus sucesores”6.

La doctrina verdadera también se encuentra en las enseñanzas de los profetas y apóstoles modernos que el Señor ha llamado en nuestros días para protegernos del engaño. Sabemos que lo que ellos hablan por la influencia del Espíritu Santo es la voluntad, la intención, la palabra y la voz del Señor (véase Doctrina y Convenios 68:4).

La doctrina verdadera inspira, fortalece y consuela, puesto que invita el Espíritu Santo, revela el Plan de Salvación, y testifica de Jesucristo y de Su expiación.

El sacerdocio y las ordenanzas

El Señor nos invita a todos a venir a Él y a Su Iglesia, y a recibir las ordenanzas de salvación7. Las ordenanzas son esenciales en la Iglesia verdadera del Señor, tal como lo es la autoridad del sacerdocio para administrarlas.

Entre otras cosas, aquellos que busquen la Iglesia verdadera de Jesucristo pueden esperar que el Señor haya estipulado el bautismo adecuado (véase Doctrina y Convenios 20:37, 71–74) y el deber de los miembros después de ser bautizados (véase Doctrina y Convenios 20:68–70). Pueden esperar hallar un conjunto de personas que ministren sin percibir remuneración, así como los deberes de dichas personas. Además, pueden esperar recibir oportunidades de ministrar tal como el Salvador ministraba (véase Doctrina y Convenios 20:38–67; véanse también Mosíah 18:8–10; Moroni 6:4).

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group of children singing

La ministración en la Iglesia restaurada es una característica que nos distingue. El servicio en el sacerdocio significa ministrar a todos, incluso a quienes no sean de nuestra religión. Ministrar bendice tanto a quienes se les ministra como a los que ministran.

Por último, quienes busquen la Iglesia verdadera del Señor pueden esperar hallar la autoridad y las ordenanzas del sacerdocio que pueden atar a las familias por la eternidad.

“¿Qué significado tiene para ustedes que el evangelio de Jesucristo se ha restaurado en la tierra?”, preguntó el presidente Nelson durante la Conferencia General de abril de 2020. “Significa que ¡ustedes y sus familias pueden sellarse para siempre! Significa que gracias a que han sido bautizados por alguien que tiene autoridad de Jesucristo y han sido confirmados miembros de Su Iglesia, ustedes pueden disfrutar de la compañía constante del Espíritu Santo […]. Significa que el poder de Dios puede bendecirlos cuando reciban las ordenanzas esenciales y hagan convenios con Dios y los guarden”8.

¡Qué bendición es el ser miembros de una Iglesia que está creciendo y a la cual guían profetas y apóstoles vivientes! Ruego que nunca pasemos por alto la guía divina del Señor, ni Su Iglesia restaurada, ni el poder del sacerdocio, ni las ordenanzas que nos bendicen ahora y en la eternidad.

Notas

  1. Russell M. Nelson, “El nombre correcto de la Iglesia”, Liahona, noviembre de 2018, pág. 89.

  2. Véase Russell M. Nelson, “Abrir los cielos para recibir ayuda”, Liahona, mayo de 2020, pág. 73.

  3. “La Restauración de la plenitud del evangelio de Jesucristo: Una proclamación para el mundo en el bicentenario”, Liahona, mayo de 2020, interior de la portada.

  4. Jeffrey R. Holland, “Un fulgor perfecto de esperanza”, Liahona, mayo de 2020, pág. 83.

  5. “Una proclamación para el mundo en el bicentenario”, interior de la cubierta del frente.

  6. Véase Ezra Taft Benson, “El Libro de Mormón y Doctrina y Convenios”, Liahona, julio de 1987, pág. 85.

  7. Véase “Una proclamación para el mundo en el bicentenario”, interior de la cubierta del frente.

  8. Russell M. Nelson, “Escúchalo”, Liahona, mayo de 2020, págs. 88, 89.

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