Jóvenes adultos
“No sé el significado de todas las cosas”, y eso está bien
Cuando no tenemos todas las respuestas, la fe es la respuesta.
Jamás olvidaré una lección que tuve con una joven en mi misión.
Ella nos pedía una evidencia física o tangible de que el Libro de Mormón era verdadero, y yo estaba allí sentada, sin saber cómo responder a sus preguntas y acusaciones. Yo era una misionera joven y alegre, y todo lo que sabía era que el Libro de Mormón era verdadero. Me sentía desanimada porque no tenía todas las respuestas a sus preguntas. Sin embargo, me di cuenta de que no habría importado si hubiera tenido evidencias físicas que probaran que el Libro de Mormón era verdadero. Esas evidencias no le darían fe a ella.
El élder D. ógicos; no provendrá de experimentos científicos; ni siquiera provendrá por presenciar milagros. Esas cosas pueden servir para confirmar la fe, o a veces para ponerla a prueba, pero no la crean” 1 .
¿Qué tan fácil sería si pudiéramos mostrar las planchas de oro a todo el mundo? Algunas personas, indudablemente, se unirían a la Iglesia, pero otras tal vez no, ya que la evidencia física no es todo lo que se necesita para edificar la fe en Jesucristo y en Su evangelio. Después de todo, como Jesús le dijo a Tomás, “bienaventurados los que no vieron y creyeron” (Juan 20:29).
Entonces, ¿qué es la fe?
La fe no es solo creer: es un principio de acción. “La fe en Cristo conduce a la acción; conduce a cambios sinceros y perdurables” 2 . Y aunque el mundo diga que la fe es seguir algo ciegamente, he llegado a comprender que la fe es confiar en que Dios me confirmará la verdad cuando yo actúe.
“Tener fe en Jesucristo significa confiar totalmente en Él: confiar en Su poder, inteligencia y amor infinitos, lo que incluye creer en Sus enseñanzas; significa creer que aunque no entiendas todas las cosas, Él sí las entiende” 3 .
No tenemos todas las respuestas, pero al confiar en nuestro omnisciente Padre Celestial, Él nos conducirá a lo que es verdadero (véase Palabras de Mormón 1:7).
Céntrate en lo que sabes
Puede resultar abrumador escuchar el consejo de desarrollar una fe inquebrantable en un mundo que continuamente trata de sacudirnos. No obstante, desarrollar una fe inquebrantable es posible. Tener fe es una elección. Cuando, de forma constante y deliberada, escogemos vivir por la fe cada día, edificamos un fundamento fuerte y un testimonio firme.
El rey Benjamín enseñó a su pueblo la receta para crear una fe inquebrantable: “Creed en Dios […]; creed que él tiene toda sabiduría y todo poder, tanto en el cielo como en la tierra; creed que el hombre no comprende todas las cosas que el Señor puede comprender” (Mosíah 4:9).
En mi caso, cuando acepto que hay cosas que tal vez nunca entienda por completo en esta vida y me centro en lo que sí sé, otras cosas no hacen temblar mi testimonio del amor de Dios por mí ni de la veracidad de esta Iglesia.
Me hago eco de las palabras del élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles:
“No conozco todas las razones ni todos los propósitos, ni lo sé todo en cuanto al tiempo del Señor. Al igual que Nefi, ustedes y yo podemos decir que ‘no [sabemos] el significado de todas las cosas’ (1 Nefi 11:17).
“No obstante, hay algunas cosas que sé con absoluta seguridad. Sé que somos hijos e hijas, engendrados en espíritu, de un amoroso Padre Celestial; sé que el Padre Eterno es el autor del plan de felicidad; sé que Jesucristo es nuestro Salvador y Redentor” 4 .
Estos principios básicos son una parte crucial de mi testimonio. Dios ha revelado muchas cosas grandes e importantes; no te enfrasques en los misterios que Él aún no ha revelado (véase Artículos de Fe 1:9).
Hay muchas cosas que aún no sabemos, ¡y eso está bien!
El élder Neal A. Maxwell (1926–2004), del Cuórum de los Doce Apóstoles, dijo: “Por supuesto, no podemos comprender completamente todo eso ahora mismo; no podemos saber el significado de todas las cosas ahora mismo. ¡Pero ahora mismo sí podemos saber que Dios nos conoce y nos ama individualmente!” 5 .
Actúa con fe en vez de con dudas
Muchos miembros fieles se pierden cuando permiten que sus dudas hablen más alto que su fe. Centrarnos en las dudas puede hacernos “traspasar lo señalado” (Jacob 4:14).
La joven a la que enseñé en mi misión solo creería que la Iglesia era verdadera si mi compañera y yo éramos capaces de rebatir todas sus acusaciones. Sin embargo, la única prueba que yo podía darle era la realidad de que podemos hallar respuestas mediante la revelación personal 6 .
Puedo testificar de la poderosa evidencia del Espíritu Santo en mi vida. Sé que el Libro de Mormón es verdadero, no porque yo tenga todas las respuestas, sino porque el Espíritu me ha testificado que indudablemente es verdadero. Mi testimonio no llegó con una manifestación milagrosa, sino con el tiempo, por medio del estudio y de las oraciones constantes. En otras palabras, mi testimonio no llegó por una evidencia física, sino porque actué con fe y seguiré haciéndolo.
Entonces, ¿qué hacemos si no podemos hallar respuestas a nuestras preguntas? La hermana Camilla Kimball, la esposa del presidente Spencer W. Kimball, compartió su estrategia para esperar las respuestas a preguntas difíciles. Ella tenía un estante metafórico para las cosas cuyas respuestas ignoraba. Y al aferrarse a las cosas que sabía mientras también estudiaba y oraba en cuanto a sus preguntas, logró un mayor entendimiento.
“Aún tengo algunas preguntas en ese estante”, dijo ella, “pero he llegado a comprender tantas otras cosas en la vida que estoy dispuesta a aguardar pacientemente para recibir el resto de las respuestas” 7 .
Regresa a lo básico
Ha habido épocas en las que yo no comprendía ciertos mandamientos; momentos en los que tenía preguntas sobre la poligamia, la atracción hacia personas del mismo sexo y otras cuestiones.
No obstante, aprendí una poderosa lección en la forma en que Dios enseñó a Adán y a Eva.
Se nos enseña que “después de haberles dado a conocer el plan de redención, Dios les dio mandamientos” (Alma 12:32; cursiva agregada).
No me sorprendería que Adán y Eva hubieran tenido muchas preguntas acerca de los mandamientos que se les pidió que obedecieran. Sin embargo, antes de que pudiesen comprender los mandamientos, primero debían aprender en cuanto al Plan de Salvación.
¿Qué tan bien comprendes el Plan de Salvación? Cuando tienes preguntas, ¿vuelves a los principios básicos del plan de Dios? En mi búsqueda de respuestas a mis preguntas, estudiar el Plan de Salvación me ha ayudado a recibir destellos de respuestas de Dios.
Cuando me centro en las verdades básicas que conozco, puedo permanecer sobre un fundamento seguro. No permito que cosas triviales hagan temblar mi fe. No sé todas las cosas, pero sé lo suficiente 8 .
Siempre podemos elegir tener fe
Finalicé nuestra lección con aquella joven en mi misión testificando valientemente del Libro de Mormón. Le dije que la única manera en que ella en verdad podría hallar respuestas a todas sus preguntas era preguntándole al Padre Celestial si el Libro de Mormón era verdadero. Hasta que comprendiera los principios básicos del evangelio de Jesucristo, podía poner sus otras preguntas sobre el estante y volver a ellas más tarde, con mayor entendimiento y fe. Pero, francamente, ¿no se aplica eso a todos nosotros? Verdaderamente podemos aumentar nuestra fe al actuar con fe.
He sido bendecida cada vez que he escogido tener fe al afrontar lo desconocido. Y confiando en que el Padre Celestial revelará las respuestas en Su propio tiempo, sé que sentiré felicidad y gozo al vivir el Evangelio, aunque no sepa todas las respuestas.