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Cruzando fronteras para llegar al Templo
¡Hola a todos! Mi nombre es Lewis Velasco. En el año 1997 los santos de Venezuela no teníamos un templo en nuestro país y el templo más cercano por tierra era el Templo de Lima, Perú.
Era toda una odisea para los miembros el poder reunir el dinero para asistir a la Casa del Señor, y debíamos reunir tres monedas extranjeras diferentes para pagar el costo del pasaje y los gastos del camino. Viajamos en un bus que era un autopullman y era lo más cómodo que había en esa época. Durante cinco días atravesamos tres países: Colombia, Ecuador y Perú.
Recuerdo que cuando ya estábamos cerca del templo, comenzamos a cantar el Himno nro. 2, “El Espíritu de Dios”. Realmente sentimos un espíritu muy fuerte y, al ver a lo lejos el ángel Moroni, muchos no pudimos seguir cantando porque nuestras lágrimas no lo permitían.
Llegamos un día lunes y ese día no pudimos entrar porque el templo estaba en mantenimiento, pero estar solo en el jardín podíamos testificar que el templo era la Casa del Señor. Viajé cinco días desde mi país hasta el Templo de Lima, Perú, para sellarme con mi esposa por este tiempo y por la eternidad.
Actualmente los santos de Venezuela pueden visitar su Santa Casa en el país. Sé que el templo es la casa de Dios, que las ordenanzas que se hacen no son solo por esta vida, sino por la eternidad y que permite que logremos ser familias multigeneracionales si todos nos mantenemos en la senda de los convenios.