“Buscar a Cristo en nuestras tradiciones navideñas”, Liahona, diciembre de 2022.
Buscar a Cristo en nuestras tradiciones navideñas
Decidimos ver lo que todas nuestras tradiciones y decoraciones navideñas podían enseñarnos acerca de Jesucristo.
Los profetas y apóstoles nos han enseñado a buscar siempre a Cristo “pero especialmente en esta época del año: la Navidad”1. Hace años, nuestra familia pasó toda una temporada navideña tratando de hacerlo.
Ese año decidimos “ponernos” ojos y oídos espirituales para ver y escuchar testimonios de nuestro Salvador en todas las cosas de la Navidad. Estos son solo algunos de los testimonios de Cristo que descubrimos. Esperamos que usted y su familia descubran sus propias perspectivas a medida que decidan verlo y escucharlo a Él en sus tradiciones navideñas.
Árboles de Navidad: En la conocida tradición del árbol de Navidad, encontramos ramas perennes que triunfan sobre la muerte del invierno. Testifican de la vida eterna, de la resurrección y de la expiación de Jesucristo. El árbol de Navidad nos recordó el árbol de la vida que crece erguido, o recto, hacia el cielo, buscando luz. Eso hizo que nos preguntáramos: “¿Hacemos lo mismo?”. Nuestro árbol de Navidad se convirtió en un lugar entrañable de recogimiento para reflexionar sobre cómo podemos dirigir nuestra vida hacia el cielo al permanecer en la senda de los convenios.
Luces de Navidad: En las luces de Navidad encontramos un recordatorio de que Jesús es la Luz del Mundo y que mediante Su luz, podemos encontrar el camino de regreso a nuestro hogar celestial. Con esto en mente, cada luz navideña que disfrutamos se convirtió en un recordatorio brillante de nuestro Salvador.
Estrellas de Navidad: Las estrellas de Navidad nos recordaron que mujeres y hombres sabios siguen la luz de la verdad en su búsqueda de Jesucristo. Así como los magos de la antigüedad se guiaron por la luz de una estrella y hallaron al niño Cristo (véase Mateo 2:9–11), nosotros también podemos ser igualmente bendecidos al escoger seguir la luz espiritual del Evangelio que ilumina la senda de los convenios del discipulado, guiándonos al hogar de la vida eterna.
Coronas de Navidad: La corona nos recordó que un día Jesús regresará a la tierra para reinar como Rey de reyes, y comenzamos a ver que una “corona de justicia” similar aguarda a los que conservan su fe en Jesucristo (véase 2 Timoteo 4:7–8).
Postres horneados: Las golosinas y los postres horneados nos recordaron que Jesús se describe a Sí mismo como “el pan de vida” (Juan 6:35) y que el nombre del lugar de nacimiento de Jesús, Belén, en realidad significa “casa de pan”. Cuando damos o recibimos golosinas navideñas horneadas, pensamos en Jesús, el Pan de Vida, y en Su disposición a sostenernos y llevar nuestras cargas. Él brinda un cálido y reconfortante alivio mediante el perdón.
Bastones de caramelo: El hermoso color blanco de estos originales dulces navideños trajo la pureza de Cristo a nuestra mente. La forma curva hizo que pensáramos en el cayado del pastor, y en cómo Jesús es el Buen Pastor, quien nos cuidará y protegerá a nosotros, Sus ovejas (véase Juan 10:11–12, 14). La dulzura de la golosina nos recordó que nunca debemos sustituir lo malo por lo bueno, ni lo amargo por lo dulce, tal como Isaías advierte que sucederá en los últimos días (véase Isaías 5:20).
El experimento de nuestra familia de buscar a Cristo en todas las cosas de la Navidad nos recompensó de maneras inesperadas. Encontramos testigos de Cristo en todo a nuestro alrededor, incluso en costumbres tales como las medias de Navidad, Papá Noel y los pijamas navideños. Hicimos el trabajo espiritual necesario para ver y escuchar a los testigos de Jesús durante toda la época navideña.
El buscar intencionalmente a Cristo en la Navidad continúa agregando significado y esplendor a la forma en que celebramos la época navideña. Esperamos que al buscar a Cristo en Navidad, el Espíritu los guíe a los testimonios que el Padre Celestial desea enseñarles a ustedes y a su familia.
Testificamos que el escoger intencionalmente “centrar nuestra atención en el Salvador”, como el presidente Russell M. Nelson nos animó a hacer durante el Devocional de Navidad 2020 de la Primera Presidencia2, invita al Espíritu y nos ayuda a estar más contentos de permanecer entre las entrañables escenas, sonidos, olores, sabores y testimonios de la Navidad.
Los autores viven en Utah, EE. UU.