“¿Es posible perdonar?”, Ayuda para las víctimas, 2018.
“¿Es posible perdonar?”, Ayuda para las víctimas.
¿Es posible perdonar?
El perdón solo es posible a través del poder del Salvador Jesucristo. Si ha sido víctima de abuso, quizá sienta que el perdonar sea una tarea aparentemente imposible. Los pensamientos y sentimientos no saludables que provienen del dolor que causa el abuso pueden ser intensos. Puede que sienta que jamás podrá librarse de ellos. También es posible que se sienta presionado a simplemente “perdonar y olvidar” el abuso y experimente sentimientos de culpa por tener dificultades para perdonar.
Existen diversos grados de heridas físicas, emocionales, mentales y espirituales que resultan del abuso, y nadie puede determinar el nivel de dolor que usted siente excepto usted mismo. Toda herida requiere tiempo para sanar y las más profundas requieren más tiempo, al igual que un brazo roto tarda más en sanarse que un corte producido por una hoja de papel. Cuanto más profunda sea la herida, ya sea física, emocional, mental o espiritual, más tardará en sanarse.
El perdón puede llevar tiempo
A medida que avance en el proceso de sanación podrá, con la ayuda del Señor, comenzar a perdonar a quienes le hayan hecho daño. Es posible que no sea capaz de perdonar de inmediato. Esta capacidad de perdonar proviene del poder de nuestro Salvador Jesucristo, quien, a través de la Expiación, sintió y tomó sobre Sí el mismo dolor que usted está sintiendo ahora (Alma 7:11–12). Puede ser liberado de la influencia que ese dolor pueda tener sobre usted. El Señor le ama, sin importar cuán profundo sea el dolor o cuánto tiempo le lleve sanar.
El presidente James E. Faust dijo: “El perdón no siempre es instantáneo… La mayoría de nosotros necesita tiempo para curar las heridas del dolor y de la pérdida. Podemos encontrar todo tipo de excusas para posponer el perdón, una de las cuales es esperar a que el malhechor se arrepienta antes de perdonarlo; pero tal demora causa que perdamos la paz y felicidad que podrían ser nuestras” (véase “El poder sanador del perdón”, Liahona, mayo de 2007, pág. 68).
Qué trae el perdón
El perdón nos ayuda a volver a vivir en paz y gozo una vez más.
El presidente Faust citó al Dr. Sidney Simon de la siguiente manera: “El perdón es liberar la energía que antes se consumía en tener rencores, guardar resentimientos y avivar heridas que no han sanado, y luego darle un mejor uso. Es descubrir una vez más la fortaleza que siempre tuvimos y usar nuestra capacidad ilimitada para comprender y aceptar a otras personas y a nosotros mismos” (en “El poder sanador del perdón”, pág. 68).
El perdonar no significa olvidar que la ofensa se produjo o pretender que nunca sucedió. No significa que vaya a permitir que el abuso continúe, ni que sea posible que todas las relaciones se puedan reparar. El perdonar a alguien no significa que el agresor no tendrá que rendir cuentas por sus acciones; significa que el Salvador puede ayudarle a dejarlo todo atrás.
El élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó acerca de cómo perdonar ofensas graves. Dijo: “… es importante que cualquiera de ustedes que viva con verdadera angustia tenga en cuenta lo que [el Salvador] no dijo. Él no dijo: ‘No se les permite sentir dolor verdadero ni pesar real por las devastadoras experiencias que hayan tenido por culpa de otra persona’. Ni tampoco dijo: ‘A fin de perdonar totalmente tienes que volver a una relación tóxica, o volver a circunstancias destructivas y de maltrato’. No obstante, a pesar de las ofensas más terribles que nos puedan sobrevenir, solo podemos elevarnos por encima de nuestro dolor al poner los pies en la senda de la sanación real. Tal senda es la senda del perdón que anduvo Jesús de Nazaret, quien nos invita a cada uno de nosotros: ‘Ven, sígueme’” (“El ministerio de la reconciliación”, Liahona, noviembre de 2018).
El perdonarse a sí mismo
Puede que piense que necesita perdonarse a sí mismo por el abuso sufrido. Por favor, recuerde que no debe culparse por las acciones de los demás (véase “¿Qué pasa si creo que el abuso es culpa mía?”).
También puede que esté luchando por perdonarse a sí mismo por las decisiones negativas que haya tomado para hacer frente al dolor ocasionado por el abuso. Es importante aprender a tener compasión por uno mismo. El Señor ha dicho que Él “acomod[a] sus misericordias a las condiciones de los hijos de los hombres” (Doctrina y Convenios 46:15). Él sabe lo que usted necesita y cómo ayudarle.
Recursos comunitarios y de la Iglesia
(La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días no ha creado, ni mantiene ni controla algunos de los recursos que se enumeran a continuación. Si bien estos materiales están destinados a servir como recursos adicionales, la Iglesia no respalda ningún contenido que no esté de acuerdo con sus doctrinas y enseñanzas. Puede que algunos de estos recursos estén solo en inglés).
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“Faith to Forgive Grievous Harms: Accepting the Atonement as Restitution”, James R. Rasband, devocional de la Universidad Brigham Young, 23 de octubre de 2012
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“La Expiación y el trayecto de la vida terrenal”, David A. Bednar, Liahona, mayo de 2012
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“El ministerio de la reconciliación”, Jeffrey R. Holland, Liahona, noviembre de 2018
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“Forgiveness”, Steve Gilliland, Ensign, agosto de 2004
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“Forgiving Others: Misconceptions and Tips”, Elizabeth Lloyd Lund, Ensign, abril de 2018
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“Friends Again at Last: Justice and Mercy in the Warming Glow of Charity”, Lance B. Wickman, Ensign, junio de 2000
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“La inminencia de la perfección”, Russell M. Nelson, Liahona, noviembre de 1995
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“Forgiveness – Letting go of grudges and bitterness”– Mayo Clinic