Autosuficiencia
Mi fundamento: Nuestra identidad y nuestro propósito divinos


“2: Mi fundamento: Nuestra identidad y propósito divinos”, Hallar fortaleza en el Señor: Resiliencia emocional, 2020

“2: Mi fundamento: Nuestra identidad y propósito divinos”, Hallar fortaleza en el Señor: Resiliencia emocional

Mi fundamento: Nuestra identidad y nuestro propósito divinos — Tiempo máximo: 20 minutos

Meditar:

¿Qué valor tiene mi alma para Dios?

Leer:

“Recordad que el valor de las almas es grande a la vista de Dios; porque he aquí, el Señor vuestro Redentor padeció la muerte en la carne; por tanto, sufrió el dolor de todos los hombres, a fin de que todo hombre pudiese arrepentirse y venir a él” (Doctrina y Convenios 18:10–11).

Ver:

Nuestra verdadera identidad”, disponible en srs.ChurchofJesusChrist.org/videos [3:39]. (¿No tiene el video? Lea la transcripción de “Nuestra verdadera identidad”).

3:43

Nuestra verdadera identidad

Si no le es posible ver el video, lea el siguiente guion.

pintura de un cisne

Presidente Dieter F. Uchtdorf:

Gran parte de la confusión en esta vida proviene simplemente de no entender quiénes somos.

Uno de los narradores de cuentos más admirados de todas las épocas fue el escritor danés Hans Christian Andersen. En una de sus historias, “El patito feo”, una mamá pata descubre que uno de sus patitos recién nacidos es demasiado grande y poco agraciado. Los otros patitos no lo dejan en paz y lo tratan de forma despiadada.

Entonces el patito feo decide abandonar a su familia, porque piensa que eso sería lo mejor para todos. Un día ve volar una bandada de pájaros majestuosos, así que comienza a volar y los sigue hasta un hermoso lago. Cuando el patito feo mira en el agua, ve el reflejo de un magnífico cisne. Entonces se da cuenta de que la imagen es de sí mismo y descubre quién es realmente.

Piensen en de dónde vienen ustedes. Son hijos e hijas del ser más grandioso y glorioso del universo. Él los ama con un amor infinito y desea lo mejor para ustedes. Ese conocimiento lo cambia todo. Cambia el presente, puede cambiar su futuro y puede cambiar el mundo.

Si solo comprendiésemos quiénes somos y lo que nos espera, nuestro corazón rebosaría de tanta gratitud y felicidad que iluminaría aun los pesares más sombríos con la luz y el amor de Dios.

Claro que siempre habrá voces que les digan que es una tontería el pensar que son un cisne e insistirán en que solo son un patito feo y que no pueden llegar a ser otra cosa, pero ustedes saben que eso no es verdad. Ustedes no son seres comunes, sino gloriosos y eternos.

¡Les ruego que se miren en el agua y vean su verdadero reflejo! Es mi oración y bendición que, al ver su reflejo, puedan ver más allá de sus imperfecciones y dudas, y reconozcan quiénes realmente son: hijos e hijas gloriosos del Dios Todopoderoso. En el sagrado nombre de Jesucristo. Amén.

Leer:

Las siguientes declaraciones de líderes de la Iglesia:

“Son hijos de Dios; Él es el Padre de su espíritu. Espiritualmente ustedes son de noble linaje, la estirpe del Rey de los Cielos. Graben esta verdad en la memoria y aférrense a ella” (véase Boyd K. Packer, “A los jóvenes”, Liahona, julio de 1989, pág. 67).

“Ten cuidado de cómo te defines a ti mismo; no te describas ni te definas a ti mismo valiéndote de alguna cualidad temporal. La única cualidad que debe caracterizarte es que eres hijo o hija de Dios. Ese hecho trasciende todas las demás características, incluidas la raza, la ocupación, las características físicas, los honores o aun las afiliaciones religiosas” (Dallin H. Oaks, “How to Define Yourself”, New Era, junio de 2013, pág. 48).

“Ustedes son muy especiales; son únic[o]s en su tipo, hech[o]s de una inteligencia eterna que les da la total posibilidad de alcanzar la vida eterna.

“No deben tener ninguna duda acerca de su valor individual. La intención primordial del plan del Evangelio es la de proveer a cada un[o] de ustedes la oportunidad de alcanzar sus más altos potenciales, los cuales significan el progreso eterno y la posibilidad de alcanzar la divinidad” (véase Spencer W. Kimball, “Privilegios y responsabilidades de la mujer de la Iglesia”, Liahona, febrero de 1979, pág. 145).

Analizar:

¿Por qué es tan importante recordar nuestra verdadera identidad y nuestro potencial?

Leer:

“No podemos calcular el valor de otra alma así como no podemos medir la extensión del universo. Toda persona que conocemos es de suma importancia para nuestro Padre Celestial. Una vez que lo entendamos, podremos comenzar a comprender cómo debemos tratar a nuestros semejantes” (Dieter F. Uchtdorf, “Ustedes son mis manos”, Liahona, mayo de 2010, pág. 69).

Analizar:

¿Por qué es importante ver a los demás como los ve Dios? ¿Cómo podemos desarrollar ese don espiritual?

Comprométase:

Esta semana pensaré en una manera de recordar mi identidad divina.