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“8: Aprender”, Hallar fortaleza en el Señor: Resiliencia emocional, 2020

“8: Aprender”, Hallar fortaleza en el Señor: Resiliencia emocional

Aprender — Tiempo máximo: 60 minutos

1. Las relaciones son importantes

Leer:

A medida que desarrollamos relaciones amorosas con los demás, nuestra salud física, emocional y espiritual se fortalece. El Padre Celestial desea que lo amemos a Él y también a las personas de nuestro entorno. Nuestra familia y amigos nos aman y pueden brindar el apoyo, el aliento y los comentarios sinceros que necesitamos para hacer frente con éxito a los desafíos de la vida. El adversario desea aislarnos de los demás y desea que nos sintamos privados de las bendiciones que provienen de las relaciones.

“El profeta José Smith enseñó que ‘la amistad es uno de los grandes principios fundamentales del mormonismo’ [Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, pág. 493]. Ese pensamiento debe inspirarnos y motivarnos porque creo que la amistad es una necesidad fundamental de nuestro mundo. Pienso que todos añoramos profundamente la amistad, la satisfacción y la seguridad que solo brindan las relaciones estrechas y duraderas” (véase Marlin K. Jensen, “La amistad: un principio del Evangelio”, Liahona, julio de 1999, pág. 74).

Analizar:

¿Qué beneficios han visto en las relaciones estrechas y amorosas?

2. Establecer relaciones

Leer:

Al establecer relaciones, debemos tomar la iniciativa de acercarnos a los demás y ser tolerantes con las diferencias. Podemos establecer relaciones por medio de medios pequeños y sencillos (Alma 37:6). El dedicar tiempo a entablar relaciones de calidad es más importante que la cantidad. Descubriremos que sentimos más gozo en la vida a medida que desarrollamos relaciones estrechas con algunas personas de confianza en lugar de tener muchas relaciones superficiales. No hay nada malo en tener muchos amigos, pero no debemos suponer que tener más amigos equivale a la felicidad.

Lea la siguiente lista de maneras adicionales de crear y establecer relaciones con los demás.

Interésese sinceramente por otras personas. Descubra qué les gusta a otras personas o qué las hace disfrutar. No tienen por qué tener los mismos intereses, pero puede aprender a interesarse por lo que les gusta.

Sonría. La felicidad no depende de lo que esté sucediendo a su alrededor, sino más bien de cómo reaccione usted a sus circunstancias. Sonreír es gratis y puede ser una manera excelente de hacer que los demás se sientan mejor.

Recuerde los nombres de las personas. El nombre de una persona es el sonido más importante para él o ella, se dé cuenta de ello o no. Aprender el nombre de alguien puede ayudar a esa persona a sentirse valorada e importante.

Escuche a los demás. Aliente a los demás a hablar de ellos. Las personas se sienten apreciadas cuando alguien las escucha. La manera más fácil de que alguien quiera hablar con usted es convertirse en una persona que sabe escuchar. Para conseguirlo, debe interesarse sinceramente por lo que los demás tengan que decir.

Intente con sinceridad hacer que los demás se sientan importantes. La regla de oro consiste en tratar a los demás como le gustaría que lo trataran a usted. A las personas les gusta sentirse importantes, que lo que digan o hagan sea importante para los demás. Usted puede hacer todo lo posible por ayudar a las personas a sentirse importantes poniendo en práctica las ideas que se enumeran aquí.

Leer:

“Establecemos esta relación con una persona a la vez, al ser sensibles a las necesidades de los demás, al servirles y al brindarles nuestro tiempo y talentos. Quedé profundamente impresionado con una hermana que estaba agobiada por las dificultades a causa de su edad y la enfermedad, pero que decidió que aunque no podía hacer mucho, podía escuchar. Así que cada semana buscaba personas que parecían preocupadas o desanimadas y pasaba tiempo escuchándolas. ¡Qué bendición fue en la vida de tantas personas!” (Dieter F. Uchtdorf, “De las cosas que más importan”, Liahona, noviembre de 2010, pág. 22).

Meditar:

Piense en alguien con quien pueda establecer una relación más sólida. Considere las ideas anteriores de esta sección y el consejo que se encuentra en las palabras del presidente Uchtdorf, y escriba maneras en las que puede poner en práctica lo que aprenda para edificar esa relación.

3. Ser comprensivo y no juzgar

Leer:

Todos juzgamos las situaciones y a las personas, incluso las acciones de los miembros de la familia. El presidente Uchtdorf explicó: “Cuando nos sentimos heridos, enojados o llenos de envidia, es muy fácil juzgar a otras personas y a menudo achacarles a sus acciones motivaciones tenebrosas a fin de justificar nuestros propios sentimientos de rencor” (“Los misericordiosos alcanzan misericordia”, Liahona, mayo de 2012, pág. 70). Sin embargo, el Libro de Mormón declara: “… en vista de que conocéis la luz por la cual podéis juzgar, la cual es la luz de Cristo, cuidaos de juzgar equivocadamente; porque con el mismo juicio con que juzguéis, seréis también juzgados” (Moroni 7:18).

Analizar:

¿Cómo influye en nuestra felicidad el ser comprensivos y el juzgar menos?

Leer:

Imagine que ve a un padre o una madre con cuatro hijos pequeños. Los niños hacen ruido y los molestan a usted y a quienes están a su alrededor. Parece que el padre o la madre no se da cuenta y se distrae, ajeno a lo mucho que afecta a los demás la conducta de sus hijos. Después de un rato, el padre o la madre habla con aspereza a los niños y les dice que se callen.

Analizar:

En grupo, analicen cuál sería una reacción crítica. Piensen en explicaciones compasivas de por qué los padres podrían actuar de esa manera. ¿Qué podrían hacer ustedes para ser más comprensivos y menos críticos?

4. Comunicarse con mensajes tipo “Yo”

Leer:

Los desacuerdos y las diferencias con los demás son una parte natural de las relaciones. Pueden suceder debido a las diferencias de valores, opiniones, percepciones, motivaciones, deseos e ideas. Aprender a abordar esas diferencias de manera saludable puede fortalecer su relación con los demás y ayudarlo a desarrollar empatía y paciencia. Es probable que la resolución de conflictos de manera saludable ocurra cuando las personas se sientan seguras y valoradas. Aunque las diferencias son normales, no tienen por qué conducir a la contención. Es la contención durante un conflicto lo que causa problemas.

Cuando se produzcan diferencias personales, es posible que tenga dificultades para comunicar claramente su punto de vista sin que el conflicto empeore. El uso de mensajes tipo “Yo” puede ayudarlo a expresar sus inquietudes, sentimientos y necesidades de manera que sea más fácil que su interlocutor los escuche y entienda. El mensaje tipo “Yo” se centra en sus sentimientos y experiencias personales, en lugar de su opinión sobre lo que la otra persona ha hecho o ha dejado de hacer.

La primera parte del mensaje tipo “Yo” identifica y expresa sus sentimientos personales, algo crucial para abordar el conflicto o el desacuerdo. Ayuda a disminuir los sentimientos de ponerse a la defensiva y hace que sea más fácil escucharse unos a otros. Lea los ejemplos siguientes sobre cómo traducir un comentario tipo “Tú” a un mensaje tipo “Yo”.

Ejemplos de mensajes tipo “Tú”

Ejemplos de mensajes tipo “Yo”

Ejemplos de mensajes tipo “Tú”

“Nunca escuchas a nadie y la verdad es que no me estás escuchando ahora”.

Ejemplos de mensajes tipo “Yo”

“Me desanimo cuando no me siento comprendido. Mantener el contacto visual me ayuda a sentir que te importo”.

Ejemplos de mensajes tipo “Tú”

“Eres muy desconsiderado y descuidado por no venir a cenar y no llamar para avisar”.

Ejemplos de mensajes tipo “Yo”

“Me siento desatendido cuando no vienes a cenar y no avisas. También me preocupa que te haya pasado algo”.

Analizar:

¿Cuáles son las diferencias entre los mensajes tipo “Tú” y “Yo”?

Leer:

Cuando dedica tiempo a comunicar sus sentimientos a alguien, tal vez suponga que es responsabilidad de la otra persona cumplir con los deseos de usted, pero aunque comunique sus sentimientos a los demás, sus sentimientos y deseos siguen siendo responsabilidad suya, no de la otra persona. Cuando su mensaje tipo “Yo” no produzca el resultado deseado, puede actuar con amor para obtener el resultado que desea en lugar de sentir resentimiento.

5. Ser caritativo

Leer:

“Cualesquiera que sean los problemas que enfrente su familia, sea lo que sea lo que deban hacer para solucionarlos, el principio y el fin de la solución es la caridad, el amor puro de Cristo. Sin ese amor, hasta las familias que parecen perfectas sufren. Con él, hasta las familias con grandes dificultades salen adelante” (Dieter F. Uchtdorf, “Un elogio a los que salvan”, Liahona, mayo de 2016, págs. 79–80).

Ver:

Amor duradero”, disponible en srs.ChurchofJesusChrist.org/videos [4:16].

Meditar:

¿A quién conocen que pueda beneficiarse de su caridad? ¿Por qué?

Leer:

El Señor nos ha dado consejos sobre cómo establecer relaciones mediante el documento inspirado “La Familia: Una Proclamación para el Mundo”. Esta proclamación enseña que las relaciones que logran tener éxito “se establecen y se mantienen sobre los principios de la fe, de la oración, del arrepentimiento, del perdón, del respeto, del amor, de la compasión, del trabajo y de las actividades recreativas edificantes” (“La Familia: Una Proclamación para el Mundo”, LaIglesiadeJesucristo.org).

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