Estudio doctrinal
Humildad
Ser humilde es reconocer con agradecimiento nuestra dependencia del Señor y comprender que tenemos la necesidad constante de recibir Su apoyo. La humildad es el reconocimiento de que nuestras aptitudes y talentos son dones de Dios; no es señal de debilidad, de timidez ni de temor, sino una indicación de que sabemos de dónde proviene nuestra verdadera fortaleza. Como Dios es omnisciente y todopoderoso, podemos confiar y apoyarnos en Él.
Reseña
Ser humilde es reconocer con agradecimiento nuestra dependencia del Señor y comprender que tenemos la necesidad constante de recibir Su apoyo. La humildad es el reconocimiento de que nuestras aptitudes y talentos son dones de Dios; no es señal de debilidad, de timidez ni de temor, sino una indicación de que sabemos de dónde proviene nuestra verdadera fortaleza. Podemos ser humildes y, a la vez, ser audaces y valientes.
Jesucristo es nuestro máximo ejemplo de humildad. Durante Su ministerio terrenal, siempre reconoció que Su fortaleza derivaba de Su dependencia del Padre. Él dijo: “No puedo yo hacer nada por mí mismo […], no busco mi voluntad, sino la voluntad del Padre, que me envió” (Juan 5:30).
El Señor nos fortalecerá a medida que seamos humildes ante Él. Santiago enseñó: “Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes […]. Humillaos delante del Señor, y él os ensalzará” (Santiago 4:6, 10).
Escrituras
Referencias de las Escrituras
Recursos para el estudio de las Escrituras
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Guía para el Estudio de las Escrituras, “Humildad, humilde, humillar (afligir)”
Mensajes de líderes de la Iglesia
Videos
Videos del Coro del Tabernáculo
Recursos de aprendizaje
Revistas de la Iglesia
“Los atributos divinos de Jesucristo: manso y humilde”, Liahona, agosto de 2015
Wendy Ulrich, “No es un pecado ser débil”, Liahona, abril de 2015
“Sintamos el amor del Señor por medio de la humildad”, Liahona, octubre de 2004
C. Richard Chidester, “No hay lugar para el orgullo”, Liahona, noviembre de 1992