1. De nuestros padres santo Dios,
de nuestro pueblo el Señor,
por cuya majestuosa voz
pudieron dominar error.
No nos retires tu amor;
haznos pensar en ti, Señor.
2. Vano poder los reinos son;
huecos los gritos y el clamor.
Constante sólo es tu amor;
al compungido da perdón.
No nos retires tu amor;
haznos pensar en ti, Señor.
3. Nuestro dominio y poder
son cual la flor que se secó,
y nuestra gloria de ayer
cual Nínive se desplomó.
Tus juicios calma con amor;
haznos pensar en ti, Señor.
Letra: Rudyard Kipling, 1865–1936.
Música: Isaac B. Woodbury, 1819–1858.