1. Nuestra mente se refleja en la luz de la verdad.
¡Ay de los que son causantes de ofensas y maldad!
El que juzga al hermano, bajo juicio quedará;
con la vara que medimos, el Señor nos medirá.
[Chorus]
Oh Jesús, bendito guía,
llévanos a Tu mansión;
con los ángeles del cielo
cantaremos en unión.
2. Cristo dijo: “Sed humildes; al hermano no juzguéis”.
Si yo quiero ser más puro, debo amar sin interés.
Debo siempre esforzarme por vivir según Su ley.
Cuando vengan las ofensas, con amor perdonaré.
[Chorus]
Oh Jesús, bendito guía,
llévanos a Tu mansión;
con los ángeles del cielo
cantaremos en unión.
3. Con mi prójimo me quise una vez justificar,
y la paja de su ojo fue mi intención sacar,
pero fue difícil verla y la vista me falló,
pues la viga en mi ojo de tinieblas me cubrió.
[Chorus]
Oh Jesús, bendito guía,
llévanos a Tu mansión;
con los ángeles del cielo
cantaremos en unión.
4. Nuestra vista despejemos con amor y caridad;
los errores en la vida del hermano olvidad.
Los consejos del Maestro procuremos observar,
y pensando en la viga, la pajita olvidar.
[Chorus]
Oh Jesús, bendito guía,
llévanos a Tu mansión;
con los ángeles del cielo
cantaremos en unión.
Letra: Eliza R. Snow, 1804–1887; estribillo de M. E. Abbey.
Música: Charles Davis Tillman, 1861–1943.