Instituto
Temas suplementarios C: El simbolismo en el Antiguo Testamento


C

Temas suplementarios

El simbolismo en el Antiguo Testamento

(C-l) La importancia de los símbolos

Thomas Carlyle escribió lo siguiente: “Es por medio del simbolismo que el hombre, consciente o inconscientemente, vive, trabaja y existe. Además, se considera que son más nobles las épocas en que las personas han sido capaces de reconocer el valor simbólico de las cosas y apreciarlo como lo más elevado”. (Citado en Maurice H. Farbridge, Studies in Biblical and Semitic Symbolism.) No debe resultar sorprendente, entonces, que el lenguaje simbólico y las imágenes verbales desempeñen un papel tan importante en la religión, ya que ésta trata el destino eterno del hombre. Las ordenanzas religiosas y los ritos son profundamente simbólicos, y las Escrituras, que contienen la palabra del Señor revelada a sus hijos, abundan en semejanzas, metáforas, parábolas, alegorías, y símbolos. Este simbolismo es tan profundo y amplio que si una persona no comprende su significado, puede pasar por alto las grandes verdades que satisfacen el alma.

(C-2) La ley de Moisés: una ley de importancia simbólica

Muchas personas en el mundo, y también algunas en la Iglesia, piensan que el Antiguo Testamento refleja una cultura que existió antes de que el evangelio fuera revelado y el cual fue dado en lugar de las leyes del evangelio. Pero el Señor dijo lo siguiente en cuanto a lo que los israelitas recibieron cuando rechazaron la ley mayor: “Y continuó el sacerdocio menor, que tiene la llave del ministerio de ángeles y el evangelio preparatorio, el cual es el evangelio de arrepentimiento y de bautismo, y la remisión de pecados, y la ley de los mandamientos carnales” (D. y C. 84:26-27; cursiva agregada). Les fue quitada la plenitud del evangelio, pero en su lugar les fue dado un evangelio preparatorio que encerraba los principios básicos del evangelio. Pablo enseñó a los gálatas que se hizo esto para que los israelitas pudieran ser llevados a Cristo: “De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo”. (Gálatas 3:24-25.) El Antiguo Testamento, especialmente en sus semejanzas y símbolos, refleja abundantemente este aspecto del evangelio, siendo que contiene el evangelio preparatorio que les fue dado para llevar a Israel a la fe en el Redentor.

(C-3) ¿Por qué el Señor emplea un lenguaje figurativo en las Escrituras?

¿Por qué emplea el Señor tantas imágenes literarias y tanto simbolismo para enseñar a sus hijos? ¿Por qué no les dice claramente lo que quiere que sepan? Aunque es probable que no podamos entender todos los propósitos del Señor en el uso del simbolismo para enseñar a sus hijos, las razones que damos a continuación parecen ser importantes:

(C-4) El lenguaje en sentido figurado y el simbolismo tienen el poder de transmitir, con gran poder y efecto, importantes verdades en muchos idiomas y culturas. Una situación o ejemplo expresado en sentido figurado puede añadir gran énfasis a la enseñanza de algún principio. Por ejemplo, entre sus extensas profecías y juicios sobre Israel, Isaías dio lo que al principio parece ser un pasaje difícil y obscuro:

“Estad atentos, y oíd mi voz; atended, y oíd mi dicho.

“El que ara para sembar, ¿arará todo el día? ¿Romperá y quebrará los terrones de la tierra?

“Cuando ha igualado su superficie, ¿no derrama el eneldo, siembra el comino, pone el trigo en hileras, y la cebada en el lugar señalado, y la avena en su borde apropiado?

“Porque su Dios le instruye, y le enseña lo recto;

“que el eneldo no se trilla con trillo, ni sobre el comino se pasa rueda de carreta; sino que con un palo se sacude el eneldo, y el comino con una vara.

“El grano se trilla; pero no lo trillará para siempre, ni lo comprime con la rueda de su carreta, ni lo quebranta con los dientes de su trillo.

“También esto salió de Jehová de los ejércitos, para hacer maravilloso el consejo y engrandecer la sabiduría.” (Isaías 28:23-29.)

El lenguaje y el simbolismo usados por Isaías despliegan una lección con gran poder de comunicación. A fin de mostrar los propósitos de Dios, empleó el símbolo de un agricultor y la forma en la que trabaja su campo y recoge las cosechas. Israel es el campo de Jehová, y por causa de su iniquidad y apostasía se endureció y se tornó incapaz de producir mucho fruto. Así como el labrador ara la tierra, rompiendo la dureza con sus herramientas y dando vuelta a los terrones con el fin de preparar el terreno para plantar, así los juicios y castigos enviados sobre el pueblo del convenio son el arado y el rastrillo de Dios (confrontar con el comentario de Mormón en Helamán 12:1-6 con respecto a la naturaleza de los hijos de Dios). Pero notemos la pregunta de Isaías: “¿Arará todo el día?” La respuesta es que no. El que ara no lo hace una y otra vez, sino que solamente ara lo suficiente para preparar el terreno con el fin de plantar el eneldo, el comino (dos tipos de hierbas) y el trigo.

Del mismo modo, en la imagen del agricultor que trilla sus cosechas se ilustra la sabiduría de Dios. Las distintas siembras son trilladas en forma diferente. Para cosechar el trigo se emplea un trillo dentado, pesado instrumento arrastrado por un buey o un asno. Pero para trillar granos más tiernos, granos que no soportarían un peso mayor, se usan otros medios. Así es con Dios, ya que El no envía sus castigos para moler a los hombres hasta la destrucción. Si la maldad de la gente requiere solamente el golpeteo “con la vara”, eso es todo lo que Señor envía. Si, por el contrario, se requiere una forma más dura de trilla, entonces El la envía. En algunos casos extremos, tales como los del Diluvio o de Sodoma y Gomorra, es posible que sea necesario quemar los campos completamente a fin de dar lugar a una siembra completamente nueva.

El Señor podría haber explicado en una manera más directa la forma en la que trata a sus hijos rebeldes, señalando punto por punto lo que deseaba que sus hijos supieran. Pero los conceptos se ilustran mejor con imágenes descriptivas que con una lista de recomendaciones, y el poder de ese lenguaje se proyecta a través de numerosas traducciones y en distintas culturas. Tal como lo declaró el élder Bruce R. McConkie.

“A fin de concretar en nuestra mente las verdades eternas que debemos aceptar y creer para ser salvos, a fin de dramatizar su verdadero sentido e importancia con un impacto que no nos permita olvidarlas, a fin de enfocar nuestra atención en estas verdades salvadoras, una y otra vez el Señor emplea semejanzas. A menudo olvidamos fácilmente los principios abstractos o no nos damos cuenta de su significado profundo, pero las imágenes visuales y las experiencias reales quedan registradas en la mente de tal forma que nunca se pierden.” (The Promised Messiah, pág. 377.)

(C-5) El expresar grandes verdades en lenguaje simbólico ayudó a preservarlas de la amenaza que representaban quienes intentaban quitar de las Escrituras partes preciosas y claras. Sin duda alguna, muchas cosas claras y preciosas han sido quitadas de la Biblia (véase 1 Nefi 13:26). El profeta José Smith dijo: “Creo en la Biblia tal como se hallaba cuando salió de la pluma de los escritores originales. Los traductores ignorantes, los escribientes descuidados y los sacerdotes intrigantes y corruptos han cometido muchos errores”. (Enseñanzas, pág. 327.)

El Profeta sugiere que ha habido una mutilación deliberada del texto. Pero las verdades expresadas en imágenes verbales simbólicas, que requieren el “espíritu de profecía” o el “testimonio de Jesús” para ser interpretadas (Alma 25:16; Apocalipsis 19:10), no fueron entendidas por esos “sacerdotes intrigantes y corruptos” y, en esa forma, quedaron básicamente intactas.

(C-6) El lenguaje figurado transmite la verdad y el significado de las cosas a todos los niveles de madurez espiritual. Después de enseñar a la multitud la parábola de las cuatro clases de terrenos, Jesucristo dijo: “El que tenga oídos para oír, oiga” (Mateo 13:9). Esta declaración indicó a los que lo escuchaban que lo que el Salvador acababa de decir era algo más que un relato ameno. Los discípulos más tarde se le acercaron y preguntaron: “Por qué les hablas por parábolas?” (Mateo 13:10.) La respuesta del Salvador es, al principio, enigmática. Explicó que enseñaba así porque la multitud rehusaba ver y escuchar verdades espirituales. El élder Bruce R. McConkie señaló la importancia del empleo de las parábolas por el Salvador:

“Nuestro Señor frecuentemente usó parábolas para enseñar verdades del evangelio. Su propósito, sin embargo, al relatar estas breves ilustraciones, no era presentar las verdades de su evangelio con claridad para que todos los que lo escuchaban entendieran, sino más bien era para esconder la doctrina que solamente las personas llenas del Espíritu comprenderían, mientras que aquellos cuyo entendimiento estaba obscurecido permanecerían en tinieblas. (Mateo 13:10-17.) Nunca resulta apropiado enseñar a una persona más de lo que su capacidad espiritual le permite asimilar.” (Mormon Doctrine, pág. 553.) Para los que carecen de la influencia del Espíritu y no conocen de cuestiones espirituales, la parábola de las clases de terreno es un pequeño relato poético. Para quien está en armonía con el Espíritu y comprende las verdades del evangelio, es mucho más. Así, el lenguaje simbólico puede tanto revelar como esconder la verdad, según la disposición del individuo que escucha.

(C-7) Los símbolos afectan profundamente las emociones y las actitudes de las personas. La bandera nacional de un país no es, realmente, nada más que un trozo de tela con sus colores dispuestos en una forma particular. Pero por tal trozo de tela las personas son conmovidas a las lágrimas, van a la guerra, se arriesgan a ser perseguidas o enfrentan la muerte. No es, naturalmente, el trozo de tela en sí lo que cuenta, pues éste fácilmente podría ser reemplazado. Lo que tiene importancia es lo que ese trozo de tela simboliza para el individuo; este significado puede ser muy profundo e influir grandemente en sus sentimientos y pensamientos. Para entender una de las razones por las que el Señor enseña mediante símbolos, basta con considerar la manera en que influyen en nuestras emociones objetos y hechos simbólicos, tales como un anillo de casamiento, el templo, el bautismo, la Santa Cena, etc.

(C-8) El poder espiritual se obtiene cuando nos vemos forzados a considerar y a buscar el significado de las imágenes verbales. Cuando se paga un precio por algo, ya sea en esfuerzo o en sacrificio personal, ese algo se aprecia más que cuando se recibe sin ningún esfuerzo. Para poder descubrir las grandes verdades espirituales escondidas por el lenguaje figurado, el que estudia debe escudriñar las Escrituras y meditar acerca de ellas. Debe pagar el precio, pero cuando recibe el entendimiento, es mucho más satisfactorio y lo aprecia más que si lo hubiera obtenido de otra manera.

De vez en cuando algunas personas tratan de desanimar a otras de buscar el significado del lenguaje figurado y simbolismo que hay en las Escrituras. Naturalmente, uno no debe intentar darle un sentido particular a aquello que no lo tiene, pero tampoco debe ignorar el significado simbólico cuando está presente. En su libro The Promised Messiah, Bruce R. McConkie nos estimula a buscar el significado simbólico en las Escrituras. El dice: “Es apropiado buscar símbolos de Cristo en todas partes y emplearlos en nuestros esfuerzos por conservarlo a El y a sus leyes en la cumbre de nuestros pensamientos” (pág. 453).

(C-9) Pautas para interpretar el simbolismo del Antiguo Testamento

¿Cuándo se debe interpretar literalmente un hecho u objeto empleado en las Escrituras? y ¿cuándo debe ser interpretado en sentido figurado? Muchas veces interpretamos los símbolos en forma demasiado literal, y su significado real llega a perderse. Por otra parte, a veces pasamos por alto el sentido real de un pasaje porque decimos sencillamente que está escrito en sentido figurado. Las pautas siguientes pueden ser útiles para interpretar correctamente los símbolos usados en las Escrituras:

(C-10) Debemos investigar más allá de lo que superficialmente representan los símbolos para descubrir su significado y la intención con que fueron incluidos en las Escrituras. Los símbolos y semejanzas que encontramos en las Escrituras tienen dos significados: uno que salta a la vista, que es la parte tangible del hecho u objeto, y otro que es el significado que sugiere a la persona por asociación. Por ejemplo, una lámina o ilustración del Templo de Salt Lake nos muestra un edificio grande y de construcción elaborada, con seis torres y seis agujas ornamentadas, y en cuya torre principal se ha colocado la estatua dorada de un ángel sosteniendo una trompeta. Sin embargo, como símbolo, el Templo de Salt Lake tiene otro significado, pues es un símbolo del casamiento eterno, de santidad, belleza y reverencia y un lugar de bienestar espiritual. También ha llegado a representar a la Iglesia misma. Por supuesto, no consideramos la ceremonia de casamiento como parte del edificio, sino que la idea de esa ceremonia solamente se asocia con el símbolo que está en la mente de la persona. A menudo una imagen o semejanza que encontramos en las Escrituras es más importante por su significado simbólico que por su significado real.

Al estudiar una semejanza o el simbolismo encerrado en un relato, no debemos dejar que nuestros propias experiencias y nuestra cultura influyan en nosotros al tratar de comprenderlo, de tal manera que pasemos por alto su verdadero significado. Por ejemplo, aunque una persona haya crecido en una gran ciudad y nunca haya tenido experiencias en la vida del campo, de todas maneras puede apreciar las semejanzas y los relatos tomados de la vida campesina de la antigüedad. Con muy poco estudio y meditación, se puede captar la importancia de la trilla, de la recolección de la uva, etc.

Tal vez un problema más difícil para algunas personas es la naturaleza de muchos de los símbolos usados en el Antiguo Testamento. El leer acerca del derramamiento de sangre en el sacrificio de animales y de la forma en que esta sangre era recogida en recipientes y lanzada contra el altar, o empleada en otras formas, puede resultar repulsivo para algunos lectores modernos. En el mundo actual muchas personas no tienen ninguna experiencia relacionada con la matanza de animales y casi nunca ven la sangre y entrañas del animal. Por lo tanto, al comentar sobre ellas en detalle, como es el caso del Antiguo Testamento, el lector moderno puede experimentar repulsión y tener una reacción negativa.

Hay que tener presentes dos cosas: primero, estas prácticas no eran ofensivas para la gente del Antiguo Testamento. La matanza de animales para obtener alimento, la sangre que brotaba, la limpieza de la carne, todo era parte de la vida cotidiana. La familia típica en aquellos tiempos criaba animales y los mataba para alimentarse. Aun en las grandes ciudades la gente compraba carne en mercados abiertos donde a menudo se mataba a los animales en el mismo lugar para que la carne fuera fresca. Tal práctica es común en el Medio Oriente aún hoy día. En segundo lugar, tal vez sea el significado aparente de estas prácticas lo que resulta ofensivo para el lector moderno. Pero cuando consideramos el simbolismo encerrado y lo que significa para nosotros, entonces el primer sentimiento es reemplazado por uno de aprecio hacia las verdades espirituales que eran enseñadas por medio de estos sacrificios.

(C-11) ¿Nos dan las Escrituras la interpretación de los símbolos? A veces los que estudian la Biblia discuten acerca de cuál es el significado de cierto símbolo, aunque la respuesta es dada claramente en las Escrituras. ¿Qué significan los siete candelabros de oro que se mencionan en el Apocalipsis? El Señor respondió directamente la pregunta, de manera que no hay necesidad de especular (véase Apocalipsis 1:20). Cuando Jesucristo habló acerca de la semilla que caía en cuatro tipos de suelo, ¿qué quiso decir? El mismo explicó claramente el simbolismo (véase Mateo 13:18-23). ¿Cuál era el significado de la gran imagen que Nabucodonosor vio en su sueño? (Véase Daniel 2: 36-45.) Así como en los casos que acabamos de estudiar, hay cientos de ejemplos de tales interpretaciones directas. Por medio del estudio cuidadoso de las Escrituras, muchas de las interpretaciones se encuentran rápidamente. Pero el lector debe estudiar y escudriñar si quiere encontrar estas interpretaciones, pues a menudo son dadas en otra parte de las Escrituras.

(C-12) Debemos buscar al Señor en los símbolos e imágenes verbales de las Escrituras. Puesto que Jesucristo y su sacrificio expiatorio contituyen la parte fundamental de la religión de los Santos de los Ultimos Días, no es de sorprender que, por lo general, todos los símbolos giren alrededor de Cristo. Se podría decir que todas las parábolas, símiles, metáforas y todo el simbolismo que se encuentran en las Escrituras tienen la intención de enseñar a los hijos de Dios lo que deben hacer para incorporar en su propia existencia el sacrificio de Cristo y llegar a ser “uno en el Padre” (Juan 17:20-23). Este concepto es tan verdadero con respecto al Antiguo Testamento, así como con las demás Escrituras. Nefi enseñó la profunda importancia del simbolismo al expresar: “He aquí, mi alma se deleita en comprobar a mi pueblo la verdad de la venida de Cristo; porque con este fin se ha dado la ley de Moisés; y todas las cosas que han sido dadas de Dios al hombre, desde el principio del mundo, son la representación de él“ (2 Nefi 11:4; cursiva agregada.)

Amulek enseñó el mismo principio al decir: “Y he aquí, éste es el significado entero de la ley, pues todo ápice señala a ese gran y postrer sacrificio; y ese gran y postrer sacrificio será el Hijo de Dios, sí, infinito y eterno” (Alma 34:14).

El rey Benjamín también enseñó el mismo principio (véase Mosíah 3:14H5), así como Abinadí (véase Mosíah 13:29-31). (Véase además el encabezamiento 1-5, en donde hay una declaración que se refiere al hecho de que se tenía conocimiento de un Redentor divino en la época del Antiguo Testamento.)

La clave para comprender el verdadero significado de la ley de Moisés fue sugerida por Mormón: “Pero no creían que la salvación viniera por la ley de Moisés, sino que la ley de Moisés servía para fortalecer su fe en Cristo; y así, mediante la fe, retenían la esperanza de salvación eterna, confiando en el espíritu de profecía que habló aquellas cosas que habían de venir” (Alma 25:16; cursiva agregada). Juan aprendió que el “espíritu de profecía” es el “testimonio de Jesús” (Apocalipsis 19:10). Sin este testimonio, las personas no pueden percibir la importancia y significado de las leyes y ordenanzas del Antiguo Testamento.

(C-13) Permitamos que la naturaleza del objeto empleado como símbolo contribuya a la comprensión de su significado espiritual. Los pueblos del Oriente amaban las imágenes verbales y sus escritores tomaban figuras y símiles de todo lo que los rodeaba. Buscaban las características naturales de algo para ver si servía para comunicar verdades espirituales. Por ejemplo, el Salmo 83:13 dice: “Dios mío, ponlos [a tus enemigos] como torbellinos, como hojarascas delante del viento”. El vocablo torbellino es la traducción de la palabra hebrea galgal, que describe a una planta espinosa, grande, originaria del Medio Oriente. Un comentarista de la Biblia explicó el sentido de esta metáfora:

“El galgal es una planta espinosa, de la familia Aster (astaracea o compositae). El galgal permanece sin cambios durante los meses secos del verano. Después de la primera lluvia de invierno, brota una roseta de hojas partiendo de su raíz gruesa. Los racimos de flores crecen a fines del invierno y comienzos de la primavera. De las flores salen el fruto y sus semillas. Luego la planta muere como parte del procedimiento de esparcimiento de las semillas. Las hojas del tallo son duras y tienen venas; estas hojas parecen alas levantadas en todas direcciones. Toda la planta toma una forma esférica, de manera que puede rodar como una pelota. Cuando las semillas están listas para salir de los frutos muertos y así ser esparcidas, la base del tronco se separa de la raíz gruesa gracias a un tejido especialmente débil que se desarrolla en el momento preciso. La planta, entonces, comienza a rodar, llevada por el viento, dispersando sus semillas por donde va pasando. (Galgal también significa rueda en el idioma hebreo; el nombre de la planta probablemente fue tomado por su capacidad de rodar a través de los campos.)

“Justo antes de que la planta se separe de la raíz, ésta tiene un aspecto que verdaderamente atemoriza: está llena de espinas y parece fuerte y firme. Sin embargo, la base de la planta es sumamente débil, y es muy fácil que el viento la arrastre entera. El sonido que producen los galgales rodantes resulta una experiencia memorable para quienes viven en la región en que crecen estas plantas.” (Anivoam Danin, “Plants as Biblical Metaphors”. Biblical Archaeology Review, mayo-junio de 1979, pág. 20.)

“En la versión castellana de la Biblia, equivocadamente aparece el vocablo “torbellino” como traducción de “galgal”, y no “rueda” como en otros idiomas. Por lo tanto, para que la metáfora tenga sentido, debe utilizarse el vocablo “rueda”, en lugar de “torbellino”, ya que en esta metáfora el salmista pide al Señor que haga semejantes al galgal a los enemigos de Israel: de aspecto fiero, pero de base débil y que pueden ser arrastrados por el viento y desaparecer.

“También se menciona el galgal en Isaías 17:13.

“ ‘Los pueblos harán estrépito como el ruido de muchas aguas; pero Dios los reprenderá y huirán lejos; serán ahuyentados como el tamo de los montes delante del viento y como el polvo delante del torbellino.’

“El ‘torbellino’ es el galgal. El ‘polvo’ añade énfasis al sentido de la palabra. El profeta está en realidad anunciando la destrucción del imperio asirio, un enemigo fiero, pero de base débil, que puede ser fácilmente arrastrado por el viento del Señor.” (Anivoam Danin, “Plants as Biblical Metaphors”, Biblical Archaeology Review, mayo-junio de 1979, pág. 20.)

Así, nos podemos dar cuenta de que, si analizamos el objeto simbólico, llegamos a la comprensión del simbolismo que encierra. A menudo resulta útil estudiar la historia y cultura de estos pueblos para que podamos ver tanto el significado de los objetos usados como su impacto espiritual.

(C-14) Una verdad puede ser enseñada mediante numerosos símbolos; un símbolo puede transmitir numerosas ideas; y, aunque el Señor puede cambiar los símbolos que usa para enseñar las verdades, éstas no cambian nunca. A veces cuando encontramos una interpretación de cierto símbolo en particular, tendemos a sentirnos satisfechos con la misma y no exploramos otras posibilidades o tal vez nos sentimos confundidos al encontrar otro símbolo que representa la misma verdad. La amplitud y profundidad de las verdades del evangelio de Jesucristo son tales que se necesitarían para transmitirlas una miríada de imágenes, tipos y semejanzas. Por ejemplo, hay tantos aspectos distintos de la vida y misión de Jesucristo, que se le representa como el Cordero (Juan 1:29), la Luz (Juan 1:7-8), el Intercesor (D. y C. 45:3-5), la Roca (1 Corintios 10:4), el Buen Pastor (Juan 10:11, 14), la Vid Verdadera (Juan 15:1-5), el Verbo (Juan 1:1, 14), el León (Apocalipsis 5:5), la Principal Piedra del ángulo (Efesios 2:20), el Pan Vivo (Juan 6:51), el Amén (Apocalipsis 3:14), la Estrella Resplandeciente de la Mañana (Apocalipsis 22:16), el Sumo Sacerdote (Hebreos 3:1), el Esposo (Mateo 25:1-13), el que Pisa el Lagar (D. y C. 133:50), y el Fuego Consumidor (Hebreos 12:29). Un análisis cuidadoso de la connotación de estos títulos puede proporcionarnos el entendimiento necesario en cuanto al Salvador y su misión.

Del mismo modo, un símbolo puede comunicar numerosas verdades espirituales. Por ejemplo, el olivo fue usado como símbolo de la casa de Israel (véase Jacob 5:3). Aplicando las sugerencias presentadas anteriormente de que debemos analizar la naturaleza del símbolo, encontramos muchas ideas significativas con respecto al olivo:

  1. Este árbol es un ser viviente y produce mucho fruto.

  2. El olivo requiere constante poda si es que se quiere que llegue a producir. Sin estas podas constantes el árbol se convierte en un olivo silvestre, el cual es poco más que una mezcla enmarañada de ramas que prodr^en solamente frutos pequeños y amargos, sin valor alguno.

olive tree

Un olivo

  1. Para que el olivo silvestre llegue a ser productivo, debe ser cortado dejando solamente el tronco al que se injerta una rama de olivo cultivado. Si se poda y cultiva cuidadosamente, el árbol comenzará a producir fruto en siete años y llegará a ser plenamente productivo a los catorce o quince años.

  2. Aunque se requiere mucho tiempo para lograr que el árbol llegue a su máxima capacidad de producción, una vez que comienza a producir continúa haciéndolo durante largo tiempo. Algunos árboles de la Tierra Santa han estado produciendo abundantemente por más de cuatrocientos años.

  3. Cuando el árbol finalmente envejece y muere, de las raíces salen varios nuevos brotes que, si son cultivados adecuadamente, crecerán hasta llegar a ser árboles maduros. En esta forma, el mismo árbol puede seguir reproduciéndose por milenios. (Es inevitable percibir un símbolo de la Resurrección en este fenómeno y, al mismo tiempo, pensar en la cantidad de veces que varios grupos de la casa de Israel parecieron haber desaparecido y, sin embargo, nuevos retoños salieron de la raíz moribunda para llegar a constituir la casa de Israel otra vez.)

  4. El fruto de este árbol es el artículo de consumo más importante de la dieta del Medio Oriente. Además de su uso como alimento, el aceite del olivo era y es usado para encender lámparas, para ungir el cuerpo y para cocinar; también se emplea como materia prima en la industria cosmética y en la medicina.

Muchas de las señales y símbolos dados bajo el convenio mosaico han sido remplazados por otros, pero eso no implica que los anteriores hayan sido inferiores. El Señor mandó a los israelitas poner franjas en los bordes de sus túnicas como recordatorio de su relación con el Señor (véase Números 15:38-39; Deuteronomio 22:12). En respuesta a un erudito que calificó esta vestimenta tan peculiar como “burdo rudimento de un pueblo espiritualmente inmaduro”, un comentarista de la Biblia escribió:

“Los hombres se visten en formas diversas y extrañas para estar en armonía con el mundo y sus modas. ¿Qué hay de extraño o ‘burdo’ en cuanto a someterse a la ley de Dios, o a una moda que Dios especifica? No hay nada extraño en cuanto a esta ley, ni nada absurdo o imposible.”

Luego destacó este punto significativo acerca de tales símbolos:

No es acostumbrado por los cristianos [el uso de ropas con franjas] porque, como la circuncisión, el día de reposo y otros aspectos del convenio mosaico, esto fue reemplazado por nuevas señales cuando Cristo renovó el convenio. La ley del convenio permanece intacta aunque los ritos y las señales hayan cambiado, y las señales del convenio cristiano no son menos honorables, profundas y hermosas que las del convenio mosaico. El cambio no representa un adelanto evolucionario o una relación superior o inferior. El convenio fue cumplido con la expiación de Jesucristo; pero Dios no consideró a Moisés, David, Isaías, Ezequías o a ningún otro de los personajes del Antiguo Testamento como inferiores o con menos capacidad, de manera que necesitaran ‘burdos rudimentos’ como dicen algunos.” (Rushdoony, Institutes of Biblical Law, pág. 23.)

(C-15) Para comprender plenamente lo que un símbolo intenta comunicar, debemos estudiar antes las verdades espirituales contenidas en el evangelio. El Antiguo Testamento está lleno de símbolos, metáforas y semejanzas de Cristo, y, a pesar de ello, la mayoría de los líderes de Judá en la época de Cristo lo rechazaron cuando estuvo entre ellos. Estos líderes conocían el lenguaje, la cultura, así como los giros idiomáticos empleados en las Escrituras y, sin embargo, no comprendieron el significado real de sus enseñanzas y rehusaron convertirse. No conocían las verdades del evangelio, verdades que daban a los símbolos su significado real.

La realidad detrás de los símbolos del Antiguo Testamento son Jesucristo y sus enseñanzas de salvación. Mientras mejor lo comprendamos, más claramente veremos el sentido de los símbolos. Sin ese entendimiento, el mensaje se pierde.

The reality behind Old Testament types and symbols is Jesus Christ and His teachings of salvation. The better one understands Him, the more clearly one will see the meaning of the symbols. Without that understanding, the message will be lost.

(C-16) Debemos escudriñar, estudiar, meditar y orar

Una persona no puede llegar a comprender todas las imágenes en sentido figurado descritas en el Antiguo Testamento ni el simbolismo en el contenido en una lectura rápida del mismo. Es posible que necesitemos pasar toda nuestra vida analizando y meditando las Escrituras antes de que el Señor plenamente revele todos sus tesoros de enseñanza simbólica. Consideremos sus propias palabras a Adán:

“Y he aquí, todas las cosas tienen su semejanza, y se han creado y hecho todas las cosas para que den testimonio de mí; tanto las que son temporales, como las que son espirituales; cosas que hay arriba en los cielos, cosas que están debajo de la tierra, tanto arriba como abajo; todas las cosas testifican de mí.” (Moisés 6:63.)

Al estudiar el Antiguo Testamento, especialmente las imágenes figurativas y el simbolismo de la dispensación mosaica, debemos pagar el precio que es un estudio esmerado, meditación y oración, a fin de descubrir muchas verdades preciosas y claras que el Señor despliega ante nuestros ojos. El Antiguo Testamento es un testimonio de Jesucristo si tenemos ojos para ver y oídos para escuchar.