Ayudas para el maestro
Objetivo
Este manual se ha escrito para ayudar a enseñar a los niños que al seguir el ejemplo de Jesucristo podrán escoger lo correcto, ser bautizados y ser miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Mensaje a los maestros de la Primaria
Nuestro Padre Celestial le ha dado el llamamiento sagrado de enseñar a los niños el Evangelio de Jesucristo y ayudarles a vivirlo. A medida que sirve a los niños e invita a cada uno de ellos a venir a Cristo, usted traerá bendiciones a sus vidas. Usted les ayudará a entender las bendiciones de nuestro Padre Celestial y a obtener un testimonio de Su evangelio. Usted también crecerá y aprenderá de los niños. Su servicio en la Primaria le dará gran satisfacción, ya que al servir a los niños estará sirviendo a nuestro Padre Celestial. (Véase Mosíah 2:17)
Información acerca de la clase
HLJ significa Haz lo justo. El escudo HLJ, que se encuentra al frente de este manual, y el anillo HLJ (31362) [PCPR13G0] se usan en varias lecciones. Además, la lección 1 le da instrucciones para hacer un cartel HLJ que también usará en varias lecciones. El anillo HLJ sirve a su dueño como recordatorio personal de que debe escoger lo correcto. Si el anillo está disponible en la región en la que usted vive, consulte con el obispo o presidente de rama acerca de la disponibilidad de fondos del barrio o rama para comprar anillos para todos los niños.
El período de la clase
Oración
Comience y termine cada período de clase con una oración. Dé a los niños oportunidades de hacer la oración a menudo. Para lograr que la oración sea una parte significativa de su clase, dé a los niños instrucciones y sugerencias y pregúnteles qué piensan que deberían incluir en la oración. Enfoque sus sugerencias en las necesidades de la clase y el mensaje de la lección.
La enseñanza de la lección
Prepare cada lección cuidadosamente y con un espíritu de oración para que los niños la entiendan y disfruten de ella; de esta manera usted contará con la ayuda del Espíritu.
Siga el orden de las lecciones, con excepción de las lecciones 45 y 46 (Pascua de Resurrección y Navidad). Si alguno de los niños de su clase se va a bautizar durante el año, podría enseñar las lecciones 12 y 13, acerca del bautismo y la confirmación, antes de que tome lugar el primer bautismo.
Seleccione de entre los materiales de la lección sólo aquellos que sean apropiados para su clase. Las actividades complementarias que se encuentran hacia el final de la lección son para usarse durante la lección como usted lo crea necesario. No todos los materiales de la lección o las actividades complementarias serán apropiados para los niños de su clase o para la zona en la que usted vive. Algunas actividades tal vez sean muy difíciles para los niños de cuatro años, mientras que otras serán demasiado sencillas para que los niños de siete las disfruten.
Seleccione actividades a las que los miembros de su clase respondan positivamente. Si en su clase hay niños más pequeños, tal vez le daría mejores resultados usar canciones y movimientos con las manos a menudo durante la presentación de la lección para mantener la atención. Puede repetir una canción o los movimientos de las manos varias veces si a los niños les gusta. En lugar de usar tiras de palabras, para los niños más pequeños, podría ilustrar el concepto que va a enseñar con dibujos que usted haya hecho o recortado de revistas.
Evite leer la lección a los niños; ellos responderán mejor si usted la presenta en sus propias palabras. En forma breve, exprese su testimonio con frecuencia para que los niños escuchen con la influencia del Espíritu y respondan al mensaje del evangelio.
El manual La enseñanza, el llamamiento más importante (33043 002) [PXC064ASP] le puede ayudar a enseñar las lecciones.
Música en el salón de clases
La música puede traer el Espíritu del Señor al salón de clases. El cantar con el resto de los niños de la clase puede hacer que sus lecciones sean más interesantes y puede ayudar a los niños a recordar mejor el concepto de la lección.
La letra de las canciones que se usan más de una vez en este manual se encuentra en la parte de atrás del manual, mientras que la letra de las canciones que se usan sólo una vez forman parte de la lección. La música que corresponde a las canciones se encuentra en Canciones para los niños (34831 002).
No es necesario tener capacitación musical para lograr que la música en el salón de clase sea una experiencia agradable. Los niños no se fijan si usted canta bien o no; simplemente notarán que a usted le gusta cantar. Aprenda las canciones y practíquelas en su casa como parte de la preparación de la lección; si necesita ayuda adicional, pídala a la directora de música de la Primaria o a la pianista. (Para más información, véase Cómo enseñar a los niños [31109 002], sección titulada: “Música en el salón de clases”, pág. 48.)
Tal vez le sea de ayuda utilizar movimientos de las manos para describir las acciones de la canción, especialmente si tiene niños pequeños en la clase, o simplemente decir las palabras en lugar de cantarlas.
Los Artículos de Fe
Los Artículos de Fe constituyen una parte muy importante del programa de aprendizaje de la Primaria. Cuando se mencione un Artículo de Fe en la lección, haga lo posible por que los niños memoricen tanto como les sea posible.
Escrituras
Lleve sus Escrituras a la clase todas las semanas y deje que los niños le vean leyendo y enseñándoles de las Escrituras. Si los niños tienen sus propias Escrituras, anímelos a traerlas todas las semanas. Ayude a los niños más grandes a encontrar y leer los pasajes que se usen en la lección. De vez en cuando comparta su testimonio acerca del valor de las Escrituras.
Ayudas didácticas
Láminas. La mayoría de las láminas que se utilizan en las lecciones están numeradas e incluidas en el paquete que viene con este manual. Éstas deben permanecer con el manual. En la sección “Preparación” al principio de cada lección se encuentra una lista de las láminas que se necesitan. En esta sección también encontrará los números de biblioteca de las láminas que se encuentran allí en tamaños más grandes (algunas de ellas pueden ser diferentes, pero del mismo tema) y también encontrará el número por el que las puede obtener en el juego de láminas Las bellas artes del evangelio en el caso de que formen parte del mismo.
Figuras para recortar. Las figuras para recortar que se utilizan en las lecciones vienen con el manual y deben permanecer con él. Recorte y use las figuras en las lecciones que correspondan. También será necesario que haga algunas otras ayudas didácticas sencillas que las lecciones sugieren, como tiras de palabras, gráficas y volantes. Guarde estas ayudas para usarlas en la enseñanza de otras lecciones y en años venideros.
Música. Véase “Música en el salón de clases”, pág. VIII.
Comida. Cada vez que la lección sugiera el uso de alimentos, hable con los padres de los niños de antemano para asegurarse de que ninguno tenga alergia o alguna otra reacción adversa a la comida. Por favor no lleve comida el domingo de ayuno.
Presentaciones del Tiempo para Compartir
De vez en cuando se pedirá a la clase que haga una presentación sencilla sobre un tema del evangelio durante el “Tiempo para Compartir” de la Primaria. Estas presentaciones deben basarse en los temas de las lecciones. Mientras prepara y da las lecciones, busque ideas para hacer la presentación durante el “Tiempo para Compartir”. También puede escoger uno de los temas de la presentación de los niños en la reunión sacramental del año en curso.
El que los niños enseñen un principio del evangelio a otros bajo la dirección de usted durante el “Tiempo para Compartir” es una manera muy eficaz de ayudarles a aplicar en su vida los principios que hayan aprendido en la clase.
Vea que la presentación durante el “Tiempo para Compartir” sea sencilla y que requiera muy poco ensayo.
A continuación se sugieren algunas ideas para estas presentaciones:
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Representar una historia o una situación especial tomada de una lección.
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Contar un relato que aparezca en una lección utilizando láminas, tiras de palabras o figuras recortadas.
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Pedir a los niños que compartan sus sentimientos acerca del día de su bautismo que se acerca. Si alguno de los niños ya cumplió los ocho años y ha sido bautizado, pídale que comparta sus sentimientos acerca de su bautismo.
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Pedir a los niños que reciten de memoria y expliquen un Artículo de Fe.
Para obtener mayor información, véase Tiempo para Compartir de la Primaria: Sugerencias para las presentaciones y actividades (33231 002).
Compartir con las familias de sus niños
Anime a los niños a compartir con sus familias lo que aprenden en la Primaria. Invite a los padres a visitar la clase y participar en ella de vez en cuando para enriquecer las lecciones. Sea receptivo a las ideas de los padres que ayudarán a que la Primaria sea una experiencia más significativa para los niños.
La preparación para el bautismo
Si en su clase hay niños de siete años, es posible que algunos de ellos sean bautizados durante el año. Como maestro de la Primaria, usted puede proporcionar apoyo a las familias de los niños y ayudar a los miembros de su clase a prepararse para el bautismo. Tome en cuenta las siguientes sugerencias para lograrlo:
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Si es posible, enseñe las lecciones que hablan acerca del bautismo y la confirmación (lecciones 12 y 13) antes del bautismo del primer niño de su clase.
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El domingo antes del bautismo de cada niño, tome algunos minutos del tiempo de la clase para hablar acerca de la importancia de esta ordenanza.
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Haga lo posible por asistir al bautismo de cada niño con un miembro de la presidencia de la Primaria y los miembros de la clase que puedan asistir.
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Prepare con los niños presentaciones para el “Tiempo para Compartir” acerca del bautismo.
La importancia de entender a los niños
Su llamamiento de enseñar a los niños el Evangelio de Jesucristo es una responsabilidad sagrada que se le ha dado por medio de su obispado o presidencia de rama. Estos líderes del sacerdocio le han llamado por inspiración de nuestro Padre Celestial. Usted puede ejercer una gran influencia en los niños de su clase para que ellos sigan al Salvador durante toda la vida.
Demuestre siempre amor y una actitud positiva hacia los niños de su clase. Familiarícese con los talentos de ellos, sus intereses y habilidades. Adapte a las habilidades de los niños las actividades de la lección que requieran leer y escribir.
Esfuércese por ayudar a cada niño a desarrollar o aumentar su propia estimación escuchándole y dándole tanta atención individual como le sea posible.
Estas lecciones fueron escritas para clases de niños de la misma edad o para grupos de niños de diferentes edades entre cuatro y siete años; sin embargo, es posible que usted tenga que adaptar las lecciones de acuerdo con las edades de los niños de su clase en particular. El entender las características típicas de la edad de los niños de su clase le ayudará a enseñar en forma más eficiente, sin importar cómo su clase esté organizada. Este conocimiento le ayudará a entender por qué los niños se comportan de cierta manera y cómo enseñarles para que aprendan mejor. El entender a los niños también le ayudará a mantener una actitud positiva en el salón de clase. Repase las siguientes características cuando prepare sus lecciones. Recuerde, sin embargo, que cada niño madura a un nivel diferente y las siguientes no son más que pautas generales.
Niños de cuatro años
A los cuatro años es cuando se les dispierta la curiosidad a los niños. Por qué y cómo son las palabras que utilizan más a menudo los niños de esta edad. Ellos tienen las siguientes características generales:
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Pueden correr, brincar y treparse con más facilidad que los niños de tres años. Pueden tirar o patear una pelota y construir una casa con cubos de madera.
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Les gusta mucho decir cosas como: “Eso ya lo hice; ahora puedo hacer algo diferente”.
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Les gusta jugar con otros niños pero no están preparados para desenvolverse dentro de un grupo grande de niños.
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A pesar de que tienen el deseo y la necesidad de jugar con otros niños, ellos juegan por lo general en forma individual. Es posible que jueguen o que bailen al ritmo de la música como parte de un grupo, pero no prestan atención a la forma en que los demás niños juegan o se mueven.
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Además de hacer muchas preguntas, a esta edad pueden llevar una conversación con otro niño o con un adulto.
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Dado que la mayoría de sus experiencias han tomado lugar en el hogar, la mayoría de sus conversaciones son acerca del hogar y la familia. Con frecuencia prefieren contar sus historias que escuchar las de los otros niños. Les encantan las lecciones y actividades que se centran en la familia.
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Viven enteramente en el presente. El pasado y el futuro tienen muy poca importancia para ellos; sin embargo, muestran un gran entusiasmo por los acontecimientos venideros, y debido a que no entienden todavía el significado del tiempo, es posible que pregunten: “¿Es mañana?”
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Les gusta escuchar historias y versos; quieren escuchar sus historias predilectas vez tras vez, sin el más mínimo cambio. Después de escuchar la historia, les gusta representar a los personajes.
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Pueden aprender a orar con un poco de ayuda.
Niños de cinco años
Los niños de cinco años tienden a sentirse más seguros de sí mismos y son por lo general más fiables. Por lo general, han aprendido a hacer lo que se espera de ellos en la casa. Juegan bien con otros niños, pero encuentran muchas formas de divertirse solos, tales como dar brincos o dibujar. A continuación se encuentran algunas generalidades típicas del comportamiento de los niños de cinco años:
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La coordinación de los músculos grandes sigue mejorando; ya pueden brincar, dar vueltas de campana (media luna) y saltar en un pie. Pueden tirar de un carrito o trineo con cierta facilidad.
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La coordinación de los músculos pequeños ya les permite recortar y pegar dibujos y colorear figuras, aunque quizás se salgan de las líneas. Muchos de ellos pueden atarse las correas de los zapatos.
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Son más fiables y más independientes que los niños de cuatro años. A menudo les gusta ayudar con las tareas de la casa y son felices cuando pueden trabajar junto con sus padres.
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Cuando preguntan: “¿Para qué sirve esto?” o “¿Cómo funciona esto?”, es porque verdaderamente quieren saber y deben recibir respuestas serias y honestas en un lenguaje que ellos puedan entender.
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Ellos quieren mucho a sus maestros y sienten que es un privilegio sentarse al lado de ellos. Les encanta cuando los maestros les piden ayuda para sostener una lámina o para hacer algo durante la lección.
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Disfrutan de proyectos en grupos pequeños y representaciones acerca de la casa y la familia.
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Les encanta escuchar y contar historias y piden que se les cuente la misma historia vez tras vez. La forma principal de aprendizaje es por medio de la repetición. A menudo son capaces de contar una historia casi palabra por palabra pasando las páginas de un libro.
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Generalmente son amigables, simpáticos, afectuosos y serviciales; pero si no pueden hacer las cosas a su manera, pueden enfadarse mucho.
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Les gusta recibir nuevos privilegios para mostrar que son más grandes y de mayor edad.
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Con una capacidad de concentración de diez a doce minutos, cambian muy rápido de una actividad a otra. Comienzan a pensar que ya son muy grandes para hacer juegos que incluyan movimientos con las manos y quieren actividades para niños más grandes.
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A menudo querrán jugar con algo que otro niño ya tenía. Maneje estas situaciones con cuidado; enséñeles a tomar turnos.
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Prefieren grupos pequeños. Disfrutan más jugando con un solo amigo que con un grupo de diez.
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Todavía no saben distinguir entre la imaginación y la realidad; por lo tanto, el niño tal vez diga que su reloj es de oro, que su papá es más grande que cualquier otro o que el pez que atrapó era extremadamente largo. Ésta es una etapa normal en la vida de los niños; a ellos les toma tiempo aprender a distinguir entre lo que es real y lo que no lo es, y esta etapa pasará a medida que el niño se desarrolle.
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Están ansiosos por aprender, y dado que nuestro Padre Celestial es muy real para ellos, les interesa mucho y hacen muchas preguntas acerca de Él. Les gusta orar y es posible que puedan hacerlo sin ayuda.
Niños de seis años
A los seis años los niños pueden controlar bien sus cuerpos y cuentan con una gran cantidad de energía para aprender nuevas habilidades y para perfeccionar las que ya tienen. Por ejemplo, aprenden a brincar la cuerda, a hacer rebotar la pelota, a silbar, a dar volteretas sobre las manos y a andar en bicicleta. Es posible que algunos niños de seis años todavía tengan un poco de dificultad para utilizar los músculos pequeños, pero pueden aprender a escribir las letras del abecedario, sus nombres y algunas otras palabras. A continuación se encuentran algunas otras características de los niños de seis años:
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Aumenta su capacidad de concentración. Aun cuando por momentos se pongan muy inquietos, tienen la habilidad de concentrarse en una actividad durante quince o veinte minutos, según el interés que tengan en la misma.
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Les gustan las actividades en las que puedan usar todo el cuerpo, como treparse a un árbol, subirse a los juegos en los parques o correr carreras.
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Les gustan los juegos y la competencia amistosa.
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La opinión del maestro es muy importante para ellos; quieren sentarse al lado de él y ayudar con la clase sosteniendo las láminas o llevando los materiales a la biblioteca.
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Todavía les gusta escuchar historias, representarlas y simular; a muchos les gusta vestirse con ropa de los mayores.
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Son muy generosos, afectuosos y congenian con los demás; pero si no pueden hacer algo a su manera, se pueden enfadar mucho.
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Pueden haber perfeccionado el brincar, galopar y dar saltitos, y les gusta usar estas habilidades en sus juegos.
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Les preocupa mucho lo que es el buen y el mal comportamiento.
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Su fe en nuestro Padre Celestial y Jesucristo aumenta. La mayoría de los niños de seis años oran solos si han tenido experiencia previa en el hogar o en otras clases.
Niños de siete años
A la edad de siete años, los niños todavía son muy unidos a sus padres y aprecian el amor, la atención y la simpatía que les dan, pero comienzan a tener mayor contacto con gente y situaciones fuera del ámbito del hogar. Tienen gustos diferentes y quieren que se les permita tomar algunas decisiones propias. Son vivaces, entusiasmados y extremadamente interesados en la vida que les rodea. Exploran muchas actividades y quieren repetir aquellas que les gustan más. Las siguientes son otras características generales de los niños de siete años:
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Tienen mayor control sobre los músculos grandes y sus movimientos comienzan a ser más delicados, veloces y ágiles.
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El control de los músculos pequeños continúa desarrollándose, lo que les permite escribir con mayor facilidad y precisión.
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A muchos les gustan los juegos bruscos, y juegan los que les gustan más vez tras vez.
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A menudo son inquietos e impacientes. Rebozan de energía pero se cansan rápidamente. Los períodos de descanso son muy importantes.
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Les gusta coleccionar cosas y hablar de sí mismos. También les gusta hablar de las cosas que ellos mismos han hecho o confeccionado, ya sea en grupo o en forma individual.
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La capacidad de concentración aumenta; si les interesa un proyecto, pueden terminarlo aunque dure veinte o veinticinco minutos. Aún necesitan una variedad de actividades durante la mayoría de las lecciones.
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No hay tanta interacción con los miembros del sexo opuesto.
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Son menos dominantes y es menos importante hacer las cosas a su manera.
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Su forma de pensar es más independiente y más lógica.
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Con muy conscientes de lo que es bueno y lo que es malo y critican mucho a quienes no hacen lo que ellos creen que es lo bueno.
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Esperan ansiosos su bautismo.
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Saben orar solos y a menudo esperan que su oración sea contestada inmediatamente.
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Están orgullosos de poder ayunar, aunque sea una sola comida, durante el domingo de ayuno y de pagar el diezmo.
Pautas especiales para integrar a los niños discapacitados
El Salvador nos dio el ejemplo al sentir y demostrar compasión por los discapacitados. Cuando visitó a los nefitas después de la resurrección, él dijo:
“¿Tenéis enfermos entre vosotros? Traedlos aquí. ¿Tenéis cojos, o ciegos, o lisiados, o mutilados, o leprosos, o atrofiados, o sordos, o quienes estén afligidos de manera alguna? Traedlos aquí y yo los sanaré, porque tengo compasión de vosotros” (3 Nefi 17:7).
Como maestro de la Primaria usted se encuentra en una posición excelente para demostrar compasión. Aunque es posible que usted no haya recibido capacitación para proporcionar ayuda profesional, puede enseñar y dar comprensión a los niños con discapacidades. Se necesita demostrar interés y comprensión y tener el deseo de integrar a cada niño en las actividades de aprendizaje.
Los niños con discapacidades pueden sentir el Espíritu cualquiera que sea su capacidad de comprensión. A pesar de que algunos niños no están en condiciones de asistir al período de la Primaria en su totalidad, ellos necesitan la oportunidad de asistir, aunque sea por un tiempo breve, para sentir el Espíritu. Tal vez sea necesario tener un acompañante que sea sensible a las necesidades del niño durante el tiempo de la Primaria, en el caso de que el niño requiera separarse del resto del grupo en algún momento.
Algunos miembros de la clase tal vez tengan problemas de aprendizaje, algún detrimento intelectual, problemas de lenguaje o del habla, pérdida de la vista o del oído, problemas sociales y de comportamiento, enfermedad mental, problemas de movimiento y movilidad, o algún deterioro crónico de la salud. A algunos les parecerá difícil o poco común el idioma o el marco cultural. Más allá de las circunstancias individuales, todo niño tiene la misma necesidad de ser amado y aceptado, de aprender el evangelio, de sentir el Espíritu, de participar con éxito y de servir a otros.
Las siguientes pautas le ayudarán a enseñar a los niños discapacitados:
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No se concentre en la discapacidad sino en llegar a conocer al niño. Actúe en forma natural, amigable y amorosa.
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Averigüe cuáles son los desafíos y las virtudes específicas del niño.
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Esfuércese por enseñar y recordar a los niños la responsabilidad que tienen de respetar a cada miembro de la clase. Ayudar a un compañero de clase discapacitado puede enseñar a todo el grupo a ser más como Cristo.
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Consulte con los padres del niño, otros miembros de la familia y, cuando sea posible, con el niño mismo para encontrar el mejor método de enseñanza.
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Antes de pedir la participación de un niño discapacitado para leer, orar o colaborar de alguna otra manera, pregúntele al niño cómo se siente al respecto. Haga destacar siempre las habilidades y talentos de todos los niños y busque la forma de que cada uno participe con éxito y en forma cómoda.
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Adapte los materiales de la lección y el ambiente de manera que se satisfagan las necesidades de los niños discapacitados.
Otros materiales para enseñar a los niños discapacitados están disponibles a través de los centros de distribución de la Iglesia.
Cómo tratar los casos de abuso
Es posible que en su carácter de maestro de la clase se entere de casos de niños que sufran abuso físico o emocional. Si le preocupa algún niño de su clase, consulte con el obispo. Al preparar y presentar las lecciones, ore al Señor para recibir orientación y dirección. Ayude a cada niño de su clase a sentir que es un hijo o hija de nuestro Padre Celestial, que tiene un valor incalculable, que nuestro Padre Celestial y Jesucristo nos aman a cada uno y quieren que seamos felices y estemos protegidos.