Lección 30
Puedo ser obediente
Objetivo
Que los niños sientan el deseo de seguir a Jesús siendo obedientes.
Preparación
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Estudie con la ayuda de la oración Éxodo 20:12, Mateo 26:36–46, Juan 8:28–29 y Colosenses 3:20. Vea también Principios del evangelio (31110 002), capítulo 35.
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Haga una tira de palabras con la siguiente palabra: Obediente
Obediente
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Escriba en hojitas de papel (una para cada niño) “Puedo obedecer”, para adherirlas con cinta adhesiva o prenderlas con un alfiler en la blusa o camisa de los niños, o lleve estambre o hilo para colgarlas alrededor de su cuello.
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Haga arreglos para cantar o recitar con los niños las tres estrofas de “Obediencia” (Canciones para los niños, pág. 71). La letra de esta canción se encuentra al final del manual.
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Materiales necesarios:
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Una Biblia.
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La Lámina 2–51, Gansos y gansitos; la lámina 2–52, Jesús ora en Getsemaní (Las bellas artes del evangelio 227; 62175 002).
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Haga los arreglos necesarios para las actividades complementarias que desee llevar a cabo.
Observación para los maestros de niños mayores: Si lo desea, utilice la primera actividad complementaria como la actividad para despertar el interés.
Sugerencias para el desarrollo de la lección
Pida a un niño que ofrezca la primera oración.
Pregunte a los niños cómo les fue con la asignación que les dio la semana pasada. Podría pedirles que hablen de los buenos ejemplos que dieron durante la semana.
La obediencia trae felicidad
Muestre la lámina 2-51, Gansos y gansitos. Pida a un niño que sostenga la lámina mientras usted relata con sus propias palabras la siguiente historia acerca del élder Theodore M. Burton, quien fue Autoridad General de la Iglesia:
Cuando Theodore M. Burton tenía cinco años de edad, fue a visitar a su abuela que vivía en una granja. En esa oportunidad, su abuela le advirtió que no se acercara a la gallina que tenía pollitos porque ésta podía picarlo pensando que se acercaba con la intención de lastimar a los pollitos. Theodore le prometió que no lo haría.
Pero luego, cuando Theodore vio a los pollitos con sus plumitas tan suaves, quiso tocar uno. El pollito corrió para escaparse y la mamá gallina corrió hacia Theodore y le dio unos picotazos en la mano. Theodore se puso a llorar y salió corriendo a buscar a su abuela.
La abuela lo abrazó hasta que dejó de llorar y luego le explicó que la mamá de los pollitos pensaba que él iba a lastimar a los bebés y trató de protegerlos.
La abuela de Theodore le dijo que podía volver a salir pero le recordó que no debía acercarse a la gallina. También le advirtió que no se acercara a la gansa, porque también tenía gansitos y era mucho más grande que la gallina y podría hacerle mucho daño si trataba de acercarse a sus bebés. Theodore le prometió a su abuela que no los tocaría.
Theodore se mantuvo alejado de la gallina, pero cuando vio a la gansa con los gansitos, se acercó para poder mirarlos mejor. Al verlo, la gansa extendió las alas, estiró largo el pescuezo y emitió un fuerte siseo. Theodore se asustó mucho y corrió a la casa. (Véase Theodore M. Burton, “Friend to Friend: Grandmother’s Lesson”, Friend, octubre de 1973, págs. 18–19.)
Análisis
• ¿Por qué la abuela de Theodore le recomendó que no se acercara a la gallina ni a la gansa?
• ¿Cómo se sintió Theodore cuando desobedeció a la abuela?
• ¿Por qué se sintió de esa manera?
• ¿Qué piensan que aprendió Theodore?
Explique a los niños que la abuela utilizó lo que le había pasado al niño con la gallina y la gansa para enseñarle que de la misma manera que los pollitos y los gansitos tenían a sus madres para protegerlos, así nosotros tenemos a nuestros padres y familiares y a nuestro Padre Celestial y Jesucristo para cuidarnos y protegernos. Ellos nos dicen lo que debemos hacer para ser felices y estar a salvo. Es importante que aprendamos a obedecerles.
Tira de palabras
Exponga la tira de palabras con la palabra “obediente”, y pida a los niños que la repitan varias veces con usted en voz alta. Dígales que somos obedientes cuando hacemos lo que nuestro Padre Celestial, nuestros padres y nuestros líderes nos dicen que hagamos.
Diga la palabra obedecer y pida a los niños que la repitan. Explique que obedecer quiere decir lo mismo que ser obedientes.
Podemos obedecer a nuestro Padre Celestial tal como Jesucristo lo hizo
Explique que en la Biblia Jesucristo nos enseñó que es importante obedecer a nuestro Padre Celestial. Lea en voz alta las siguientes frases de Juan 8:28–29: “Nada hago por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre … porque yo hago siempre lo que le agrada”.
Explique que éstas son las palabras de Jesucristo y nos muestran que Él siempre hizo lo que nuestro Padre Celestial quería que hiciera. Sólo hacía aquellas cosas que sabía que harían feliz a nuestro Padre Celestial.
Relato de las Escrituras
Muestre la lámina 2-52, Jesús ora en Getsemaní, y cuente brevemente la historia que se encuentra en Mateo 26:36–39.
Lea en voz alta lo que Jesucristo dijo en su oración: “… Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa” (Mateo 26:39). Explique que Jesucristo no deseaba sufrir y morir si existía otra manera de ayudarnos a volver al lado de nuestro Padre Celestial.
Lea en voz alta lo que dijo Jesús a continuación: “ … pero no sea como yo quiero sino como tú” (Mateo 26:39). Explíqueles que esto significa que Jesus estaba dispuesto a hacer lo que nuestro Padre Celestial quería a pesar de que no era fácil. Dígales que a nosotros no se nos pedirá hacer algo tan difícil como lo que hizo Jesús; sin embargo, debemos obedecer a nuestro Padre Celestial en todo lo que Él quiera que hagamos.
• ¿Cuáles son algunas de las cosas que nuestro Padre Celestial nos ha pedido que hagamos? (Algunas respuestas podrían ser: orar, amar a otros, ser bautizados y confirmados, y ser honrados.)
Podemos obedecer a nuestros padres
Análisis de las Escrituras
Explique que si obedecemos a nuestro Padre Celestial, también obedeceremos a nuestros padres. (Si alguno de los niños de su clase no vive con sus padres, adapte la conversación según sea necesario. Por ejemplo, podría decir que los niños también deben obedecer a sus abuelos.) Señale que uno de los Diez Mandamientos nos dice que debemos obedecer a nuestros padres. Lea en voz alta la primera parte de Éxodo 20:12: “Honra a tu padre y a tu madre”. Explique que el obedecerles es una forma de honrarles.
• ¿Por qué debemos obedecer a nuestros padres?
Lea en voz alta Colosenses 3:20 (recuerde a los niños que el Señor es otro nombre por el que se conoce a Jesucristo). Ayúdeles a aprender de memoria la primera parte del versículo: “Hijos, obedeced a vuestros padres en todo”.
• ¿Cómo se sienten cuando obedecen a sus padres?
• ¿Cómo se sienten sus padres cuando ustedes les obedecen?
Canción
Pida a los niños que se pongan de pie para cantar o recitar la letra de las tres estrofas de “Obediencia”.
Aliente a los niños a tomar desde ahora la decisión de obedecer a sus padres y a nuestro Padre Celestial.
Relato
Relate la historia de una niña que se sintió feliz porque obedeció a sus padres. Si lo desea, puede utilizar el siguiente relato:
A Rocío le gustaba mucho jugar en la casa de su amiga Carolina, y su mamá le había dicho que podía jugar con ella una hora. Cuando la mamá de Carolina dijo que ya había pasado una hora, a Rocío se le hizo difícil irse. Quería terminar un juego que habían comenzado, pero pensó por un instante y decidió que se iría a casa, tal como su madre le había dicho. Rápidamente se despidió de Carolina y corrió a su casa.
Cuando llegó a la casa, su abuelita la estaba esperando para que fuera a dormir a la casa de ella, pero tenía apuro por regresar. Si Rocío no hubiera regresado a casa a la hora que su mamá le había dicho, se hubiera perdido la oportunidad de visitar a su abuelita.
• ¿Cómo piensan que se sintió Rocío?
Haga hincapié en el hecho de que no siempre recibiremos una recompensa cuando somos obedientes, pero que si lo hacemos tendremos un sentimiento de paz y felicidad. Ese sentimiento viene al saber que hemos escogido lo correcto.
Resumen
Participación de los niños
Pida a los niños que tomen turnos para contar acerca de alguna ocasión en que hayan sido obedientes y cómo se sintieron, o que hablen de cómo podrían ser obedientes en el futuro (por ejemplo, guardando un mandamiento de nuestro Padre Celestial, pidiendo permiso a sus padres antes de salir a jugar, ayudando a limpiar la casa o respondiendo al primer llamado de sus padres).
A medida que cada niño termine de contar su experiencia, entréguele una de las hojitas en las que escribió: “Puedo obedecer”. Inste a los niños a llevar la hojita a su hogar y colocarla en algún lugar donde puedan verla para que les recuerde que deben ser obedientes. Sugiérales también que expliquen su significado a sus padres y miembros de la familia y que les digan el tema de la lección.
Testimonio
Comparta su testimonio de las bendiciones que ha recibido por obedecer a sus padres y a nuestro Padre Celestial. Si lo desea, puede contar alguna experiencia en la que se haya sentido feliz por ser obediente.
Aliente a los niños a obedecer a sus padres durante la semana.
Pida a un niño que ofrezca la última oración.
Actividades complementarias
Elija de entre las siguientes actividades aquellas que sean de mayor beneficio para los niños de su clase. Puede utilizarlas durante la lección o como repaso o resumen. Para mayor información, vea la sección “El período de clase” en “Ayudas para el maestro”.
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Dibuje un círculo grande en la pizarra y otros dos círculos más pequeños adentro (véase la ilustración).
Explique que el propósito de esta actividad es trazar una X dentro del círculo más pequeño con los ojos cubiertos. Pida que un voluntario le ayude a demostrarlo. Cúbrale los ojos al voluntario y déle un trozo de tiza. Déle dos o tres vueltas y luego ayúdele a pararse delante de la pizarra. Pídale que dibuje una X y después que dibuje otra X siguiendo las instrucciones que le dará otro niño (por ejemplo, “más arriba”, “más abajo”, “hacia la derecha”, “hacia la izquierda”).
Compare con la clase las dos marcas y hablen de cuánto mejor fue el resultado cuando el niño obedeció las instrucciones.
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¿Por qué (nombre del niño con los ojos cubiertos) colocó mejor la marca cuando obedeció las instrucciones?
Dé a cada niño que lo desee la oportunidad de participar tratando de poner una X con los ojos tapados mientras que otro niño le da instrucciones.
Señale que los niños que tenían los ojos tapados tuvieron más éxito para colocar las marcas dentro del círculo cuando obedecieron las instrucciones de alguien que podía ver el círculo. Explique que a veces nuestro Padre Celestial y nuestros padres pueden ver cosas en nuestra vida mejor de lo que nosotros podemos verlas. Ellos pueden darnos instrucciones para ayudarnos. Si obedecemos a nuestro Padre Celestial y a nuestros padres, seremos felices.
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Cuente el siguiente relato con sus propias palabras:
A Carlos le gustaba mucho encender fósforos (cerillos); si había que encender las velas de un pastel de cumpleaños, o una fogata, él siempre era el primero en ofrecer su ayuda. A veces su mamá le dejaba encender un fósforo, pero ella siempre permanecía cerca de él para protegerlo. Un día, cuando la madre de Carlos estaba fuera, él se dirigió a la cocina para tomar un vaso de agua y vio una caja de fósforos sobre la mesa. Pensó en llevarse los fósforos y en lo divertido que sería prenderlos todos él solito. De cualquier manera, él tendría mucho cuidado al hacerlo.
Pero entonces, Carlos recordó que su madre muchas veces le había dicho que los fósforos no eran juguetes, y que nunca debía usarlos sin permiso. Tranquilamente, Carlos se dio vuelta, salió de la cocina y se fue a jugar.
Hable con los niños y analice lo que podría haber sucedido si Carlos se hubiera puesto a jugar con los fósforos. Recalque el hecho de que la obediencia de Carlos ayudó y protegió a la familia, aun cuando nadie estuvo al tanto de ello.
Si lo desea, podría continuar la charla preguntando:
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¿Qué debería hacer Carlos si su hermano mayor le pidiera que trajera los fósforos al dormitorio para jugar?
Explique que cuando alguien quiere que hagamos algo que sabemos que no está bien, no debemos hacer caso. Nuestro Padre Celestial no espera que obedezcamos si se nos pide que hagamos algo malo.
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Prepare papelitos con instrucciones sencillas como las siguientes:
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Borra la pizarra.
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Saluda de mano a todos los miembros de la clase.
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Canta o recita la letra de “Hazlo conmigo”.
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Di algo agradable acerca de cada miembro de la clase.
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Menciona cinco cosas por las que estás agradecido.
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Representa algo que vayas a hacer durante la semana por algún miembro de la familia.
Coloque los papelitos en un recipiente. Pida a los niños que se turnen para sacar un papel y obedecer la orden.
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Antes de comenzar la clase, esconda pistas para llevar a cabo una pequeña “búsqueda del tesoro” en su clase. Cada pista deber guiar a los niños a la siguiente hasta que la última pista los dirija al tesoro.
Hable con los niños de la necesidad de obedecer las instrucciones de cada pista para encontrar el tesoro. Lea en voz alta la primera pista para comenzar la búsqueda.
Una vez que hayan encontrado el tesoro, ayúdeles a comprender que si obedecemos a nuestro Padre Celestial, Él nos dará el mayor de los tesoros: vivir con Él para siempre.
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Repase la historia del arca de Noé tal como se encuentra en Génesis 6–8. Explique que debido a que Noé fue obediente, él y su familia se salvaron durante el Diluvio. Aliente a los niños a obedecer los mandamientos de nuestro Padre Celestial y Jesucristo, tal como Noé lo hizo.
Dé a cada niño una copia del volante que se encuentra al final de la lección. Permita que coloreen la ilustración del arca y que hagan un dibujo que muestre cómo van a ser obedientes.