Lección 1
El plan de nuestro Padre Celestial para nosotros
Objetivo
Que los niños comprendan que son hijos espirituales de nuestro Padre Celestial y que Él tiene un plan que les ayudará a ser como Él y a regresar a vivir nuevamente en Su presencia.
Preparación
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Con oración, estudie:
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Romanos 8:16: Somos los hijos de Dios.
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Abraham 3:22–26: El Plan de Salvación nos fue presentado antes de que naciéramos en la tierra.
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Doctrina y Convenios 138:55–56; Job 38:4, 7: En la vida preterrenal se preparó a muchos para ser Profetas y líderes sobre la tierra.
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Principios del Evangelio, capítulo 2, “Nuestra familia celestial”.
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Estudie la lección y decida qué método empleará para enseñar a los niños el relato de las Escrituras (véase “Cómo preparar las lecciones”, pág. VII, y “La enseñanza por medio de las Escrituras”, pág. VIII). Elija las preguntas para analizar y las actividades complementarias que mejor promuevan la participación de los niños y los ayuden a alcanzar el objetivo de la lección.
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Materiales necesarios:
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Un ejemplar de la Biblia y uno de la Perla de Gran Precio para cada niño.
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Diez figuras recortadas del Plan de Salvación: de la 6–A a la 6–J (que se encuentran al final del manual).
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Tiras de cartulina o papel con las siguientes inscripciones:
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¿Dónde?
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¿Quién?
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¿Cuál?
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Advertencia: La segunda parte del relato del Concilio de los cielos, cuando nosotros elegimos seguir a Jesucristo y a nuestro Padre Celestial en lugar de a Lucifer, se tratará en la lección 2.
Sugerencias para el desarrollo de la lección
Pida a uno de los niños que ofrezca la primera oración.
Actividad para captar la atención
Ponga a la vista las tiras de cartulina o papel que preparó o escriba en la pizarra las siguientes palabras: ¿Dónde? ¿Quién? ¿Cuál?
Pida a los niños que presten atención mientras usted canta o lee la letra de la primera estrofa de la canción “Viví en los cielos” (Canciones para los niños, pág. 148) para que de esa forma puedan saber las respuestas a algunas preguntas importantes que usted va a hacerles. “Yo en los cielos viví y amé, cierto es a las personas que ahora conozco, traté y nuestro Padre un plan presentó con bondad para salvarnos con Él en la eternidad”.
• ¿Dónde vivimos hace mucho tiempo? (En el cielo; véase D. y C. 93:29, Abraham 3:22–23.) “Mucho antes de que el mundo fuera creado, los espíritus de todos los hombres y de las mujeres que habrían de venir a esta tierra vivían en una existencia espiritual” (Spencer W. Kimball, The Teachings of Spencer W. Kimball, ed. Edward L. Kimball, 1982, pág. 30).
• ¿Quién vivía allí con nosotros?
• ¿Cuál era el plan que nuestro Padre Celestial tenía para nosotros? Explique que el Padre Celestial deseaba que recibiéramos un cuerpo físico, que aprendiéramos a elegir entre el bien y el mal (nota: la lección 2 trata acerca del albedrío), y que tuviéramos la oportunidad de llegar a ser como Él.
Relato de las Escrituras
Enseñe a los niños el relato de nuestra vida preterrenal tal como se describe en la revelación registrada en Abraham 3:22–26 y en Doctrina y Convenios 138:55–56 y la explicación que se da en el capítulo 2 de Principios del Evangelio. (En “La enseñanza por medio de las Escrituras”, pág. VIII, encontrará sugerencias de cómo enseñar los relatos de las Escrituras.) Nota: El primer estado se refiere a la vida preterrenal y el segundo estado es nuestra vida sobre la tierra. Explique que la palabra inteligencias, tal como se utiliza en estos pasajes de las Escrituras, se refiere a los hijos espirituales de nuestro Padre Celestial y que la vida preterrenal significa nuestra vida antes de que naciéramos en la tierra. Enseñe el plan de nuestro Padre Celestial utilizando las figuras recortadas del Plan de Salvación.
Haga hincapié en que el objetivo principal del plan de nuestro Padre Celestial es el de darnos la oportunidad de llegar a ser como Él.
Preguntas para analizar y aplicar
Al preparar la lección, estudie las preguntas y los pasajes de las Escrituras que se encuentran a continuación. Después, utilice las preguntas que usted considere que mejor ayudarán a los niños a comprender las Escrituras y a aplicar los principios en su vida. El leer los pasajes en clase con los niños hará que éstos entiendan mejor las Escrituras.
• ¿Quién es el Padre de nuestro espíritu? (Romanos 8:16.) ¿De qué manera somos nosotros, los mortales, como nuestros padres celestiales? (Génesis 1:27.)
• ¿Qué hicimos en el mundo de los espíritus? (D. y C. 138:56.)
• ¿Qué hicimos cuando nuestro Padre Celestial nos presentó Su plan? (nos regocijamos; véase Job 38:4, 7.)
• ¿Por qué no recordamos nuestra vida preterrenal? Explique a los niños que cuando nacimos en la tierra olvidamos la vida con nuestro Padre Celestial. Eso nos permitió desarrollar fe en Él y en Jesucristo. Eso lo podemos lograr al creer en los Profetas, al estudiar las Escrituras, al orar y seguir la guía del Espíritu Santo.
• ¿En qué forma es la vida terrenal diferente de nuestra vida preterrenal? (Véase la actividad complementaria N° 6.)
• ¿Qué se supone que debemos hacer mientras nos encontramos en la tierra? (Abraham 3:25; Alma 34:32–33.) ¿Qué sucederá si guardamos los mandamientos mientras nos encontramos en la tierra? (Abraham 3:26.)
• ¿Qué le sucede a nuestro cuerpo físico cuando morimos? ¿A dónde va nuestro espíritu? (Eclesiastés 12:7; Alma 40:11–14. Es importante que los niños comprendan que al morir nuestro espíritu no va en realidad a la presencia de Dios sino al mundo de los espíritus, donde recibimos un juicio parcial.)
• ¿Qué significa resucitar? (2 Nefi 9:12.) ¿Quiénes serán resucitados? (1 Corintios 15:22.)
• ¿Qué sucederá después de que resucitemos? (2 Corintios 5:10.) ¿Quiénes serán dignos de vivir en el reino celestial? (D. y C. 76:51–53. Es preciso que los niños comprendan que para poder entrar en el reino celestial, deben tener fe en Jesucristo, arrepentirse, ser bautizados y recibir el Espíritu Santo. Después, deben vivir dignamente y probar su fidelidad. Véase la actividad complementaria Nº 3.) ¿Quiénes vivirán en el reino terrestre? (D. y C. 76:71–79.) ¿Quiénes vivirán en el reino telestial? (D. y C. 76:81, 101–3.)
• ¿Cómo será vivir en el reino celestial? (D. y C. 76:92–94.) ¿Qué se nos promete si somos dignos de vivir en el reino celestial? (Seremos como Dios; véase D. y C. 76:95.)
Actividades complementarias
En cualquier momento de la lección o como repaso, resumen o cometido, utilice una o más de las siguientes actividades:
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Diga a los niños que este año estudiarán el Evangelio utilizando en su mayor parte el Antiguo Testamento y la Perla de Gran Precio. Muestre a la clase un ejemplar de cada uno de estos libros, o si los niños poseen sus propios ejemplares de las Escrituras, pídales que localicen esos libros. Explíqueles que el Antiguo Testamento es la historia de los tratos de Dios con Su pueblo desde la creación de la tierra hasta unos cuatrocientos años antes del nacimiento de Jesucristo. La Perla de Gran Precio contiene escritos sagrados registrados por varios Profetas, incluso dos Profetas del Antiguo Testamento: Moisés y Abraham. Ellos hablan en cuanto a la vida preterrenal, el comienzo de la historia del mundo, el plan que el Padre Celestial tiene para nosotros y la restauración del Evangelio.
Quizás desee comparar algunos versículos del Antiguo Testamento con los correspondientes en la Perla de Gran Precio, tales como Génesis 1:5 con Moisés 2:5. Inste a los niños a que, si es posible, lleven todas las semanas a clase sus propios ejemplares de las Escrituras.
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Lea y analice con los niños Abraham 3:23.
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¿Qué tipo de cosas pudimos haber sido escogidos para hacer aquí en la tierra? Explique que somos libres para escoger lo que haremos en esta vida, pero que cada uno de nosotros ha sido preordenado para hacer una importante obra sobre la tierra.
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Coloque las figuras recortadas del Plan de Salvación en varias partes del salón y pida a los niños que, a medida que usted repasa brevemente cada una de ellas, vayan desplazándose de lugar en lugar de acuerdo con el lugar donde las haya colocado (durante el repaso, haga hincapié en que todos vivimos con nuestro Padre Celestial en la vida preterrenal y que podemos vivir con Él nuevamente). O pida a los niños que coloquen las figuras recortadas sobre una mesa en el orden correspondiente. Aliente a los niños a que opten por tomar las decisiones correctas para que algún día sean dignos de regresar a vivir para siempre en el reino celestial. (Tal vez desee que los niños hagan su propio juego de figuras recortadas para llevarlas a la casa y mostrárselas a sus respectivas familias.)
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Explique que nuestra vida en la tierra es como una escuela. Estamos aquí para aprender y ser probados. Si hacemos las elecciones correctas, pasaremos la prueba y podremos regresar a nuestro Padre Celestial. Lea y analice la siguiente cita: “Mis hermanos y hermanas, nos encontramos lejos de nuestro hogar; estamos en la escuela y nuestras lecciones no serán fáciles. La forma en que reaccionemos ante ellas, la forma en que salgamos adelante, nos destaquemos y vivamos determinará nuestras recompensas, las cuales serán permanentes y eternas” (Spencer W. Kimball, The Teachings of Spencer W. Kimball, pág. 28).
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Ayude a los niños a comprender y a aprender de memoria Abraham 3:25.
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Analice con los niños la forma en que la vida en la tierra es semejante y al mismo tiempo diferente de nuestra vida preterrenal. Tal vez desee preparar papelitos con las frases que siguen a continuación. Pida a los niños que se turnen para escoger un papelito, lean en voz alta lo que dice y lo coloquen debajo de la figura recortada que corresponda: Vida terrenal o Vida preterrenal. (Algunas de esas frases se relacionan con ambas figuras, por lo tanto, podría hacer papelitos adicionales o hacer que los coloquen entre las dos figuras recortadas.)
Vivir con nuestro Padre Celestial y Jesucristo (preterrenal). Estar con nuestra familia (ambas). Tener la Biblia y el Libro de Mormón como guía (terrenal). Tener solamente un cuerpo espiritual (preterrenal). Tener un cuerpo físico (terrenal). Aprender el plan de nuestro Padre Celestial (ambas). Experimentar el trabajo arduo, el sufrimiento y la muerte (terrenal). Tener hijos (terrenal).
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Hable con los niños acerca de la importancia de vivir dignamente a fin de regresar a la presencia de nuestro Padre Celestial y vivir en el reino celestial. Pida a los niños que representen situaciones tales como las siguientes, las cuales demuestren la decisión que los ayudará a regresar a vivir con nuestro Padre Celestial:
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Tu amigo te invita a ir con él al cine el domingo.
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Te olvidaste de hacer la tarea escolar y te sientes tentado a decirle al maestro que no la pudiste hacer porque estabas enfermo.
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Tu mamá te pide que te quedes en casa a cuidar a tu hermano más pequeño en lugar de salir a jugar con tus amigos.
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Canten o repitan la letra de las canciones “Soy un hijo de Dios” (Canciones para los niños, pág. 2), “El plan de Dios puedo seguir” (Canciones para los niños, pág. 86), “Viví en los cielos” (Canciones para los niños, pág. 148) o “Los libros del Antiguo Testamento” (Más cantos para niños, pág. 28).
Conclusión
Testimonio
Quizás desee testificar que todos somos hijos de un amoroso Padre Celestial. Exprese gratitud por el Plan de Salvación, el cual nos ayudará a regresar algún día con nuestros seres queridos a vivir con nuestro Padre Celestial.
Sugerencias para que los niños hablen con la familia
Inste a los niños a hablar con la familia sobre una parte específica de la lección, tal como un relato, una pregunta o actividad, o que lean con ella las “Sugerencias de lectura” que tienen para estudiar en casa.
Sugerencias de lectura
Como repaso de la lección de hoy, sugiera a los niños que estudien en casa Job 38:4, 7 y Abraham 3:22–26.
Pida a uno de los niños que ofrezca la última oración.