Lección 3
La Creación
Objetivo
Aumentar en los niños el aprecio por la tierra que nuestro Padre Celestial y Jesucristo crearon para nosotros.
Preparación
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Con oración, estudie:
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Génesis 1 o Moisés 2: Jesucristo creó la tierra, el cielo y todas las formas de vida bajo la dirección de nuestro Padre Celestial.
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Génesis 2:1–3 o Moisés 3:1–3: El Señor descansó el séptimo día.
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Lectura complementaria:
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Abraham 4:1–31: Los Dioses planearon la creación de la tierra.
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Abraham 5:1–21: Los Dioses siguieron Su plan de creación.
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Moisés 1:31–39: Moisés descubrió que Jesucristo creó mundos sin fin.
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Estudie la lección y decida qué método empleará para enseñar a los niños el relato de las Escrituras (véase “Cómo preparar las lecciones”, pág. VII, y “La enseñanza por medio de las Escrituras”, pág. VIII). Elija las preguntas para analizar y las actividades complementarias que mejor promuevan la participación de los niños y los ayuden a alcanzar el objetivo de la lección.
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Materiales necesarios:
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Un ejemplar de la Biblia o una combinación triple para cada niño.
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Un recipiente que contenga las partes de un rompecabezas (si no tiene uno, corte una lámina de alguna revista en varias partes, como si fuera un rompecabezas).
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La lámina 6–1: La Creación: los seres vivientes (Las bellas artes del Evangelio 100; 62483).
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Sugerencias para el desarrollo de la lección
Pida a uno de los niños que ofrezca la primera oración.
Actividad para captar la atención
Muestre a los niños el recipiente con las piezas del rompecabezas y pídale a uno de ellos que lo sacuda y trate de tirar las piezas sobre la mesa de forma tal que todas las piezas caigan en el lugar debido para formar una ilustración completa. Señale que las piezas de un rompecabezas no caen armadas de casualidad, sino que es necesario que un ser inteligente las organice y las coloque cuidadosamente en su lugar correspondiente.
Muestre la lámina de La Creación: los seres vivientes, y analice algunos de los conceptos que demuestran que la creación de la tierra se planeó cuidadosamente. Por ejemplo, la tierra tiene que estar a la distancia correcta del sol o todo se quemaría o se congelaría. Sin la cantidad necesaria de oxígeno, los seres humanos y los animales no podrían respirar.
Si hubiera muy poca gravedad, saldríamos flotando de la tierra. Trate de que los niños comprendan que la tierra no fue hecha por accidente o casualidad. Un amoroso Padre Celestial le mandó a Jesucristo que organizara esta hermosa tierra para nosotros.
Relato de las Escrituras
Enseñe a los niños el relato de la creación de la tierra según se encuentra en Génesis 1:1–2:3 o Moisés 2:1–3:3 (véase la actividad complementaria N° 1). (En “La enseñanza por medio de las Escrituras”, pág. VIII, encontrará varias sugerencias de cómo enseñar los relatos de las Escrituras.)
Preguntas para analizar y aplicar
Al preparar la lección, estudie las preguntas y los pasajes de las Escrituras que se encuentran a continuación. Después, utilice las preguntas que usted considere que mejor ayudarán a los niños a comprender las Escrituras y a aplicar los principios en su vida. El leer los pasajes en clase con los niños hará que éstos entiendan mejor las Escrituras.
• ¿Quién creó la tierra? (Moisés 1:33; 2:1.) Explique que Jesucristo creó la tierra bajo la dirección de nuestro Padre Celestial.
• ¿Por qué quería nuestro Padre Celestial que se creara la tierra? (Abraham 3:24–26.)
• ¿Por qué hay una maravillosa diversidad de plantas sobre la tierra? (Génesis 1:29–30; D. y C. 59:18–19.) ¿Qué tipo deq plantas les gustan más? ¿Para qué las utilizan?
• ¿Qué hay en todas las frutas? (Génesis 1:12 o Moisés 2:12; véase la actividad complementaria N° 6.) ¿Por qué son importantes las semillas?
• ¿Qué les mandó Dios a los peces, a los animales y a las aves que hicieran? (Génesis 1:22 o Moisés 2:22.)
• ¿Qué mandamiento le dio Dios a Adán y a Eva (y a todas las personas) acerca de tener una familia? (Génesis 1:28 o Moisés 2:28.)
• ¿A imagen de quién fuimos creados? (Génesis 1:27 o Moisés 2:27.)
• ¿Cuál es nuestra responsabilidad hacia la tierra y hacia todas las cosas vivas que hay en ella? (Génesis 1:26 o Moisés 2:26.) Explique que señoree o dominio quiere decir tener poder sobre algo (véase la actividad complementaria N° 5).
• ¿Qué dijo Dios acerca de Sus creaciones? (Génesis 1:31 o Moisés 2:31.) ¿Cómo debemos sentirnos acerca de las cosas buenas que hacemos?
• ¿Qué hizo Dios el séptimo día? Génesis 2:2–3 o Moisés 3:2–3.) ¿Qué debemos hacer en el día de reposo?
Actividades complementarias
En cualquier momento de la lección o como repaso, resumen o cometido, utilice una o más de las siguientes actividades:
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Prepare papelitos o tiritas de papel para anotar ya sea el relato de Génesis o el de Moisés para cada uno de los días de la Creación:
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Primer día: Génesis 1:3–5 o Moisés 2:3–5.
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Segundo día: Génesis 1:6–8 o Moisés 2:6–8.
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Tercer día: Génesis 1:9–13 o Moisés 2:9–13.
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Cuarto día: Génesis 1:14–19 o Moisés 2:14–19.
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Quinto día: Génesis 1:20–23 o Moisés 2:20–23.
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Sexto día: Génesis 1:24–27 o Moisés 2:24–27.
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Séptimo día: Génesis 2:1–3 o Moisés 3:1–3.
Divida la pizarra o una hoja grande de papel en siete partes y numérelas del uno al siete. Dé a cada niño uno de los pasajes de las Escrituras. Si tiene más de siete niños en la clase, pídales que trabajen juntos y decidan qué pueden dibujar para ilustrar el día de la Creación del que leyeron. Ayúdelos a buscar las referencias de las Escrituras (si necesitan ayuda) y concédales tiempo para leerlas en silencio.
Pida a cada niño (o a un representante de cada grupo de niños) que dibuje, en el lugar apropiado, lo que se creó en ese día, sin decirles a los demás qué están dibujando. Después de que los demás miembros de la clase adivinen lo que están dibujando, pida al niño que lea en voz alta la parte correspondiente del pasaje de las Escrituras para mostrarles si adivinaron correctamente. Pida a los otros niños que vayan leyendo al mismo tiempo en sus Escrituras. Después que se hayan hecho los siete dibujos, podría repasar rápidamente lo que ocurrió durante cada uno de los siete días de la Creación.
Después de que los niños hayan repasado los siete días de la Creación, entrégueles a cada uno una hoja de papel y un lápiz o marcador, y pídales que hagan otro dibujo de uno de los días de la Creación para llevarlo a casa y mostrárselo a la familia.
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Diga a los niños que está pensando en algo que vio cuando se dirigía a la Iglesia que le recordó lo mucho que nuestro Padre Celestial y Jesucristo nos aman. (Podría ser un pájaro, un árbol, las nubes, etc.) Pídales que adivinen qué es a medida que usted les da algunas pistas. Pida a los niños que se turnen para dar pistas sobre algo que hayan visto que les recuerde el amor que nuestro Padre Celestial y Jesucristo tienen por ellos. Analice el Artículo de Fe N° 1 y la forma en que la evidencia que vemos en la naturaleza fortalece nuestro testimonio de nuestro Padre Celestial, de Jesucristo y del Espíritu Santo. Pida a los niños que repitan el Artículo de Fe N° 1.
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Prepare un gran círculo de papel que represente la tierra y dé a los niños papel de colores, lápices y tijeras para “crear” una de las cosas que hay en la tierra que ellos más prefieran. Concédales algunos minutos para que hagan sus propias “creaciones” y luego colóquelas en la tierra de papel. Explique que la palabra crear significa organizar, no hacer algo de la nada. Analice la siguiente declaración de José Smith cuando habló sobre la creación de la tierra: “Pero la palabra crear vino del término hebreo baurau, que no significa crear de la nada, sino manifestar, dar forma, organizar, así como un hombre organiza los materiales y construye un barco” (Enseñanzas del Profeta José Smith, pág. 433).
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Muestre a los niños un frasco con sal fina o arena y pregúnteles cuántos granitos de sal o de arena piensan que hay en el frasco. Quizás desee sacar una pizca de sal o arena del frasco y pedirle a alguien que trate de contar las partículas. Explique que Dios ha creado muchos más mundos que los granos de sal o de arena que hay en el frasco o en el mundo entero. Muchos de estos mundos han sido habitados o serán habitados por gente que ha sido creada a imagen de Dios, como nosotros, y aún así nuestro Padre Celestial conoce y ama a cada uno. Lea y analice Moisés 7:29–30.
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Analice las formas en que los niños pueden cuidar de las creaciones que se nos han dado, tales como ser buenos con los animales, cuidar de las plantas, no tirar basura en los parques ni en los edificios, etc. Pida a cada niño que diga una forma en la que él o ella cuidará de los cosas maravillosas que nos ha dado nuestro Padre Celestial.
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Lleve a clase una variedad de frutas y verduras que haya rebanado de manera tal que las semillas queden a la vista. Analice la importancia de las semillas y cómo Dios planeó desde el principio que las plantas produjeran más de su misma clase. Si no puede conseguir frutas ni verduras, muestre fotografías o láminas, o dibuje en la pizarra algunas frutas y verduras con sus semillas.
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Canten o repitan la letra de las canciones “Siento el amor de mi Salvador” (Canciones para los niños, pág. 42) o “Mi Padre Celestial me ama” (Canciones para los niños, pág. 16).
Conclusión
Testimonio
Exprese a los niños sus sentimientos en cuanto a la hermosa tierra que tenemos y cómo le ayuda a sentirse más cerca de nuestro Padre Celestial y de Jesucristo. Explique que cada uno de nosotros es la creación más grande de nuestro Padre Celestial. Exprese su gratitud y amor por cada uno de los miembros de la clase.
Sugerencias para que los niños hablen con la familia
Inste a los niños a hablar con la familia sobre una parte específica de la lección, tal como un relato, una pregunta o actividad, o que lean con ella las “Sugerencias de lectura” que tienen para estudiar en casa.
Sugerencias de lectura
Sugiera a los niños que estudien en casa Génesis 1:26–31 como repaso de la lección de hoy.
Pida a uno de los niños que ofrezca la última oración.