Lección 44
Malaquías enseña acerca del diezmo y de las ofrendas
Objetivo
Fortalecer en los niños el compromiso de pagar un diezmo honrado.
Preparación
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Con oración, estudie:
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Malaquías 3:7–12: A Israel se le manda pagar diezmos y ofrendas y se le prometen grandes bendiciones.
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Doctrina y Convenios 119:3–4: Los santos deben pagar como diezmo la décima parte de su interés anualmente.
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Doctrina y Convenios 64:23–24: Quienes sean diezmados no serán quemados en la Segunda Venida.
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1 Corintios 2:9: El Señor ha preparado grandes cosas para quienes lo aman.
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Lectura complementaria:
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Alma 13:15: Abraham paga diezmos a Melquisedec.
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Doctrina y Convenios 104:14–18: Todo pertenece a Dios. Debemos compartir con el pobre.
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Estudie la lección y decida qué método empleará para enseñar a los niños el relato de las Escrituras (véase “Cómo preparar las lecciones”, pág. VII, y “La enseñanza por medio de las Escrituras”, pág. VIII). Elija las preguntas para analizar y las actividades complementarias que mejor promuevan la participación de los niños y los ayuden a alcanzar el objetivo de la lección.
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Haga una copia del candado y la llave o cálquelos. Con cinta engomada o con pegamento adhiera la ilustración del candado a la tapa de una caja pequeña. Coloque en la caja tiritas de papel con las siguientes referencias de las Escrituras: Malaquías 3:10–12; Doctrina y Convenios 64:23–24 y1 Corintios 2:9. Antes de comenzar la clase, esconda la ilustración de la llave en algún lugar del salón de clases.
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Materiales necesarios:
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Un ejemplar de la Biblia para cada niño.
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La lámina: “Maneras en que se utilizan los diezmos y las ofrendas” (que se encuentra al final de la lección).
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Sugerencias para el desarrollo de la lección
Pida a uno de los niños que ofrezca la primera oración.
Actividad para captar la atención
Muestre a los niños la caja con el candado y explique que contiene algo importante. Dígales que hay una llave escondida en un lugar del salón, que abre esa caja. Pida a los niños que sin hacer ruido busquen la llave y luego solicite al niño que la encontró que lea en voz alta la palabra que tiene escrita. Explique que las Escrituras nos dicen que si obedecemos la ley de diezmos, recibiremos grandes bendiciones. Coloque la llave junto a la caja y explique que más tarde, durante el transcurso de la lección, usted va a utilizar esa llave para abrir la caja y descubrir qué bendiciones nos aguardan si somos fieles en el pago del diezmo y las ofrendas.
Relato de las Escrituras
Enseñe a los niños acerca del diezmo, de los pasajes de las Escrituras enumerados en la sección “Preparación”. (En “La enseñanza por medio de las Escrituras”, pág. VIII, encontrará varias sugerencias de cómo enseñar los relatos de las Escrituras.) Durante el análisis, trate de que los niños entiendan que al pueblo de Israel se le había enseñado la ley de diezmo muchos años antes (véase Génesis 14:20; Alma 13:15). El pueblo pagaba diezmos dando un diez por ciento de sus cosechas y de sus animales, pero habían comenzado a dar animales ciegos y enfermos y pan echado a perder como diezmo. El Señor no se sentía complacido con la forma en que ellos pagaban el diezmo y las ofrendas y por tanto envió a Malaquías a enseñarles.
Preguntas para analizar y aplicar
Al preparar la lección, estudie las preguntas y los pasajes de las Escrituras que se encuentran a continuación. Después, utilice las preguntas que usted considere que mejor ayudarán a los niños a comprender las Escrituras y a aplicar los principios en su vida. El leer los pasajes en clase con los niños hará que éstos entiendan mejor las Escrituras.
• ¿Qué dijo Malaquías que el Señor haría si el pueblo se “volv[ía] a [Él]”? (Malaquías 3:7.) Analice la frase “Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros” (Malaquías 3:7). ¿Qué le dijo el Señor al pueblo que hiciera para que se arrepintiera y “volv[iera] a mí”? (Malaquías 3:8–10.) Si nos arrepentimos de nuestras malas acciones, ¿en qué forma el Señor “se volve[rá] a [nosotros]”?
• ¿De qué manera dijo el Señor que el pueblo le había robado? (Malaquías 3:8–9.) ¿En qué forma el no pagar el diezmo o pagarlo de mala voluntad es robar a Dios? ¿Cuánto de lo que tenemos nos lo ha dado el Señor? ¿Cuánto se nos ha pedido que le devolvamos al Señor? (D. y C. 119:3–4.) Durante el análisis, haga hincapié en que todo lo que tenemos y utilizamos proviene de nuestro Padre Celestial y de Jesucristo. Recalque que, aun cuando haya personas que hacen nuestra ropa, edifican la casa en que vivimos o producen los alimentos, todas esas cosas provienen de animales, plantas y minerales que se colocaron sobre la tierra durante la Creación. Es importante que los niños comprendan que en verdad no es mucho devolverle al Señor un diez por ciento de lo que tenemos.
• ¿Para qué se utiliza el dinero de los diezmos? (Muestre y analice la lámina que se encuentra al final de la lección.) ¿En qué forma ese dinero bendice nuestra vida? ¿Cómo se utilizan las ofrendas de ayuno? (Para proporcionar alimentos, ropa y refugio a los pobres y a los necesitados.) ¿Qué otras ofrendas podemos dar al Señor? (Podemos entregar dinero para el fondo misional general o para el del barrio, podemos contribuir al fondo para comprar Libros de Mormón, contribuir para el templo si se está construyendo uno en el área o podemos ofrecer nuestro tiempo para servir a otras personas de nuestro vecindario, etc.)
Tome la llave y simule abrir la caja. Pida a tres niños que tomen de la caja una tirita de papel cada uno. Mientras buscan las referencias, explique que esos pasajes de las Escrituras nos hablan de las bendiciones que se nos han prometido si pagamos las ofrendas y un diezmo honrado.
• ¿Qué piensan que quiere decir el Señor cuando promete a quienes son honrados en el pago de sus diezmos y ofrendas que Él abrirá “las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”? ¿Qué otras bendiciones se prometen? (Malaquías 3:11–12; explique que el devorador se refiere a Satanás.) ¿De qué manera el pago de diezmos nos protege de los poderes de Satanás? (Es importante que los niños comprendan que cuando hacemos sacrificios por el Señor, nos acercamos más a Él y como consecuencia el poder de Satanás tiene menos influencia sobre nosotros.)
Doctrina y Convenios 64:23–24.
• ¿Qué promesa acerca de los últimos días hace el Señor a quienes son fieles en el pago de los diezmos y las ofrendas?
• ¿En qué forma el pago de los diezmos y las ofrendas demuestra que amamos al Señor? ¿Por qué creen que no podemos ni siquiera imaginarnos algunas de las bendiciones que el Señor nos tiene reservadas si somos fieles? ¿Cuándo podríamos recibir esas bendiciones? Cuando parecería que no estamos recibiendo bendiciones, ¿qué debemos hacer? (Trate de que los niños comprendan que con frecuencia las bendiciones se reciben de maneras inesperadas y por lo tanto al principio no nos damos cuenta de ellas. En ocasiones debemos seguir siendo fieles y esperar hasta que sea el momento apropiado antes de recibir bendiciones o hasta que reconozcamos las bendiciones que ya hemos recibido.)
Actividades complementarias
En cualquier momento de la lección o como repaso, resumen o cometido, utilice una o más de las siguientes actividades:
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Entregue un recibo de diezmos y otros donativos a cada uno de los niños. Entregue a cada uno ellos una cantidad diferente de dinero de juguete y pídales que llenen el recibo de diezmos de acuerdo con la cantidad de dinero que recibieron. (Quizás algunos de los niños necesiten ayuda para calcular cuánto es el 10 por ciento de la cantidad que usted les asignó individualmente.) Analice qué son las ofrendas de ayuno y de qué manera utiliza la Iglesia ese dinero con el fin de ayudar a las personas dignas y necesitadas. Analice cómo se utiliza el dinero que se dona para el fondo misional y hable acerca de las ofrendas que se colocan en “Otros”. Una vez que hayan llenado en el recibo de diezmos toda la información pertinente, dedique algunos momentos a hablar acerca del lugar donde va el dinero una vez que la gente entrega las donaciones al obispo. (Véase la lámina que se encuentra al final de la lección para sacar ideas sobre la forma en que se utiliza el dinero de los diezmos y cuáles son las otras ofrendas que podemos dar.)
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Lea 2 Corintios 9:6–7 y analice cómo se relaciona con la forma en que pagamos los diezmos y las ofrendas. Pida a los niños que, al escuchar las siguientes oraciones, sonrían cuando representan a un donante alegre y que frunzan el entrecejo cuando representan a un donante malhumorado:
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Me siento bien cuando pago un diezmo íntegro.
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Sé que si no pago el diezmo, mis padres se van a enojar conmigo.
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Me siento bendecido por tener suficientes alimentos para comer, por eso, estoy dispuesto a ayunar de buena gana. Sé que el dinero que mis padres dan como ofrendas de ayuno ayudará a los pobres. Yo quiero que todos tengan comida suficiente.
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Pensar que podría comprar tantos juguetes con el dinero de los diezmos.
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El Señor me ha dado muchas bendiciones; deseo pagar un diezmo íntegro para demostrar mi agradecimiento.
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El Señor nos ha mandado pagar el diez por ciento como diezmo; ¿por qué entonces nos pide que demos más para otras cosas? Mi diezmo debería ser suficiente.
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El Señor desea que el Evangelio se predique a todos los habitantes de la tierra; por lo tanto, yo quiero hacer mi parte al ayudar a los misioneros a hacerlo.
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Escriba en la pizarra un presupuesto sencillo; como por ejemplo, el que se da a continuación:
Ingresos
$10.00
Ahorros
$2.50
Caramelos (dulces)
$0.50
Regalo de cumpleaños para mamá
$5.00
Diversiones
$2.00
Diezmo
$1.00
Ofrendas
$0.50
Total
$11.50
Pregunte a los niños qué problema hay con este presupuesto. Explique que si esperamos hasta el final para pagar el diezmo y las ofrendas, no tendremos suficiente dinero para hacerlo. Es importante que los niños comprendan que lo primero que deben hacer cuando reciben dinero es pagar el diezmo y las ofrendas. De esa forma, habrán hecho del Señor su socio y Él les ayudará a tener suficiente dinero para sus necesidades, si utilizan con prudencia el dinero que les ha quedado. Analice cómo el presupuesto podría ajustarse para tener suficiente dinero para pagar el diezmo y las ofrendas.4. Cuente el siguiente relato del élder Dallin H. Oaks:
“Durante la Segunda Guerra Mundial, mi madre viuda mantuvo a sus tres hijos pequeños con su sueldo de maestra de escuela, que era muy exiguo. Cuando llegué a darme cuenta de que vivíamos sin algunas cosas deseables porque no contábamos con suficiente dinero, le pregunté a mi madre por qué pagaba tanto de su sueldo como diezmo. Nunca he olvidado la explicación que me dio: ‘Dallin, quizá haya gente que se las arregle sin pagar el diezmo, pero nosotros no podemos. El Señor se ha llevado a tu padre y he quedado yo para criarlos a ustedes; no puedo hacerlo sin las bendiciones del Señor, y recibo esas bendiciones al pagar un diezmo íntegro. Cuando pago mi diezmo, tengo la promesa del Señor de que Él nos bendecirá, y necesitamos esas bendiciones para arreglárnoslas para vivir’” (“El diezmo”, Liahona, julio de 1994, pág. 39).
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Canten o repitan la letra de la canción “Mis diezmos pago al Señor” (véase Canta conmigo, cantos para niños, B–44).
“Mis diezmos pago al Señor con toda voluntad,
pues todo cuanto tengo yo, me da por Su bondad.
De cada diez que gane yo, me pide uno Él.
A Su Iglesia lo daré, pues quiero serle fiel”.
Conclusión
Testimonio
Testifique, si lo desea, sobre la importancia de pagar diezmos y ofrendas. Si piensa que es conveniente, hable de alguna experiencia personal en la cual fue bendecido por haber obedecido este mandamiento. Inste a los niños a ejercitar la fe al pagar diezmos y ofrendas.
Sugerencias para que los niños hablen con la familia
Inste a los niños a hablar con la familia sobre una parte específica de la lección, tal como un relato, una pregunta o actividad, o que lean con ella las “Sugerencias de lectura” que tienen para estudiar en casa.
Sugerencias de lectura
Sugiera a los niños que estudien en casa Malaquías 3:8–12 como repaso de la lección de hoy.
Pida a uno de los niños que ofrezca la última oración.