Manuales de la Primaria y del Tiempo para compartir
Los israelitas reciben alimento del cielo


Lección 20

Los israelitas reciben alimento del cielo

Objetivo

Que los niños observen el día de reposo como un día de adoración y gozo.

Preparación

  1. Con oración, estudie:

    • Éxodo 16:1–35: A los israelitas se les envía maná del cielo, excepto en el día de reposo.

    • Doctrina y Convenios 59:9–19, 23: El día de reposo nos ayuda a permanecer sin mancha del mundo. Si guardamos el día de reposo con corazón alegre y agradecimiento, la abundancia de la tierra será nuestra.

  2. Lectura complementaria:

  3. Estudie la lección y decida qué método empleará para enseñar a los niños el relato de las Escrituras (véase “Cómo preparar las lecciones”, pág. VII, y “La enseñanza por medio de las Escrituras”, pág. VIII). Elija las preguntas para analizar y las actividades complementarias que mejor promuevan la participación de los niños y los ayuden a alcanzar el objetivo de la lección.

  4. Materiales necesarios:

    1. Un ejemplar de la Biblia para cada niño.

    2. Un ejemplar de Doctrina y Convenios.

    3. Seis hojas de papel con una de las siguientes frases en cada una (no incluya el número), o dibujos sencillos que representen cada uno de los días de la creación:

      • Se dividió la luz de las tinieblas. (1)

      • Cielo o firmamento. (2)

      • Tierra seca, mares y plantas. (3)

      • Sol, luna y estrellas. (4)

      • Aves y peces. (5)

      • Animales y gente. (6)

Sugerencias para el desarrollo de la lección

Pida a uno de los niños que ofrezca la primera oración.

Actividad para captar la atención

Con el fin de repasar con los niños la creación del mundo pongan en el orden correspondiente los papeles de la creación. Si cuenta por lo menos con seis niños en la clase, cada uno podría sostener un papel y ponerse de pie en el orden correspondiente. Pregunte a los niños que sucedió el séptimo día. Invite a un niño que lea Génesis 2:1–3. El último día se bendijo y se santificó.

Relato de las Escrituras

Enseñe a los niños el relato de los israelitas en el desierto utilizando para ello el capítulo 16 de Éxodo. Explíqueles que murmurar en este caso significa protestar o rebelarse. (En “La enseñanza por medio de las Escrituras”, pág. VIII, encontrará varias sugerencias de cómo enseñar los relatos de las Escrituras.)

Preguntas para analizar y aplicar

Al preparar la lección, estudie las preguntas y los pasajes de las Escrituras que se encuentran a continuación. Después, utilice las preguntas que usted considere que mejor ayudarán a los niños a comprender las Escrituras y a aplicar los principios en su vida. El leer los pasajes en clase con los niños hará que éstos entiendan mejor las Escrituras.

• ¿Por qué murmuraron los hijos de Israel contra Moisés y Aarón en el desierto? (Éxodo 16:2–3.) ¿Qué alimento les proporcionaba el Señor durante las mañanas? ¿Qué alimento les proporcionaba el Señor al caer la tarde? (Éxodo 16:11–15.) Según lo describen las Escrituras, ¿cómo era el maná? (Éxodo 16:14, 21, 31.)

• ¿Cuánto maná deseaba el Señor que los israelitas recogieran al día? (Éxodo 16:16–18.) ¿Qué sucedía con el maná cuando se recogía más de lo necesario para ese día? (Éxodo 16:19–20.)

• ¿Qué instruyó el Señor a los israelitas que hicieran durante el sexto día? (Éxodo 16:22–23.) ¿Qué se les enseñó a los israelitas acerca del día de reposo mediante la forma en que debían recoger el maná? (Éxodo 16:24–30.) ¿Qué sucedía cuando la gente no se preparaba con anticipación y esperaba recoger maná en el día de reposo? (Éxodo 16:27.)

• ¿Qué hacían los israelitas en el día de reposo? (Éxodo 16:30.) ¿Qué aprendieron los israelitas al descansar en el día de reposo? ¿Cómo podemos santificar el día de reposo hoy en día? (D. y C. 59:9–10.) ¿Por qué creen que nuestro Padre Celestial desea que tengamos el día de reposo todas las semanas?

• ¿Cuántos años proporcionó el Señor alimento para los israelitas en el desierto? (Éxodo 16:35.)

Actividades complementarias

En cualquier momento de la lección o como repaso, resumen o cometido, utilice una o más de las siguientes actividades:

  1. Pida a uno de los niños que lea en voz alta Éxodo 31:16–17. Haga que toda la clase repita la frase “y en el séptimo día cesó y reposó”. Pregunte a los niños qué significa reposar. ¿En qué forma el santificar el día de reposo nos ayuda a reponer las fuerzas?

    Utilice una jarra con agua, una vasija y una taza para ilustrar cómo podemos ser llenos espiritualmente. Ponga agua de la jarra en la taza y explique que al asistir a las reuniones de la Iglesia, adorar y santificar el día de reposo, somos llenos del Espíritu del Señor. Durante la semana participamos en actividades que pueden consumir nuestras reservas espirituales. Nombre varias posibilidades, tales como la escuela, las tareas, los deportes, los amigos, un desacuerdo con algún miembro de la familia o el hacer una mala elección, a medida que vacía agua de la taza a la vasija. Al leer las Escrituras, orar y guardar los mandamientos (vaya echando un poquito de agua de la jarra en la taza con cada una de las sugerencias) podemos volver a llenar nuestra taza un poco cada día. El día de reposo es para reponer nuestras fuerzas espirituales (termine de llenar la taza). Cuando nuestra taza está llena, es más fácil seguir las enseñanzas de Jesús durante la semana.

  2. En Doctrina y Convenios 59:9–19, 23 encontramos instrucciones contemporáneas sobre cómo santificar el día de reposo. Pida a varios niños que se turnen para leer los versículos 15–19. Explique que se nos ha prometido que, si guardamos el día de reposo con agradecimiento y alegría, seremos muy bendecidos. Pida a los niños que nombren algunas de las bendiciones que se mencionan en estos versículos. El Señor ha prometido que la abundancia de la tierra será nuestra si guardamos este importante mandamiento.

    • ¿Qué podemos hacer para que el día de reposo sea de agradecimiento?

    Aliente a los niños a mirar a su alrededor, a apreciar lo que tienen y agradecer a nuestro Padre Celestial Su gran amor, el Salvador, los amigos, la familia, el Evangelio y las bellezas del mundo. Entregue a cada niño una hoja de papel y un lápiz y pídales que anoten las cosas que ellos disfrutan o que hagan un dibujo que represente algunas de las bendiciones por las cuales se sienten agradecidos. Si lo desea, cante o lea la letra de “Por la belleza terrenal” (Himnos, No. 136) o “Mi Padre Celestial me ama” (Canciones para los niños, pág. 16).

  3. Pida a los niños que nombren cosas que son buenas para hacer durante el día de reposo, tales como las siguientes, y anótelas en la pizarra:

    • Escribir cartas a los misioneros.

    • Hacer tarjetas de agradecimiento y reconocimiento para los miembros de nuestra familia.

    • Escribir en nuestro diario personal.

    • Tocar o escuchar música sagrada.

    • Estudiar las Escrituras.Leer o contar un relato de las Escrituras a un hermano o hermana menor.

    • Visitar parientes.

    • Dar una lección en la Noche de hogar.

    • Trabajar para obtener el premio del programa El Evangelio en acción.

    • Visitar a alguien que está enfermo o solo.

    • Llevar a cabo juegos tranquilos con los hermanos y las hermanas.

    • Turnarse para dramatizar y adivinar relatos de las Escrituras.

    • Leer de tu diario de bebé o de tu historia familiar.

    • Mirar fotografías familiares.

    Entregue a cada niño un lápiz, ocho tiritas de papel y una pequeña caja, sobre u otro recipiente sencillo. Pida a los niños que en cada una de las tiritas de papel escriban una actividad para llevar a cabo el día de reposo, de la lista que aparece en la pizarra. Los niños pueden llevárselas a casa para utilizarlas durante una lección de la Noche de hogar o podrían ir sacándolas, una por una, cuando necesiten llevar a cabo actividades propias del día de reposo.

  4. Canten o repitan la letra de la canción “El sábado” (Canciones para los niños, pág. 105). Pida a los niños que nombren o hagan la pantomima de algunas de las cosas que deben hacer el día anterior al día de reposo para prepararse para el día del Señor. Es importante que los niños comprendan que de la misma forma en que los israelitas tuvieron que recoger el doble de alimentos el día anterior al día de reposo, nosotros debemos hacer planes con anticipación con el fin de que el nuestro sea un día para descansar y reponer fuerzas.

    Explique que no todas las religiones consideran el día domingo como el día de reposo. Algunas observan el día de reposo el séptimo día de la semana, el cual es el sábado en nuestro calendario y algunos lo observan durante lo que para nosotros sería el viernes. Antes de la resurrección del Salvador, los judíos guardaban el día de reposo el séptimo día de la semana. Después de que Cristo resucitó un día domingo, el primer día de la semana, Jesús dio instrucciones a la Iglesia para que se reunieran y adoraran durante ese día. El Señor le reveló al profeta José Smith que el domingo es el día apropiado para adorar en la actualidad. (Véase “Día de reposo” en la Guía para el Estudio de las Escrituras, págs. 51–52.)

    Explique a los niños que ellos habrán notado que hay personas que hacen cosas en el día de reposo que no parecen ser apropiadas para ese día, como por ejemplo, trabajar en el jardín, asistir o mirar eventos deportivos, gastar dinero en diversiones o hacer compras en la tienda. Debemos tener cuidado de no juzgar a nadie, ya que algunas personas tal vez hayan guardado el día de reposo el sábado o el viernes. Sin embargo, mucha gente del mundo utiliza el día de reposo como un día para trabajar o divertirse. Pregunte a los niños qué deben hacer cuando no estén seguros si es apropiado hacer algo en el día de reposo (preguntar a los padres, orar a nuestro Padre Celestial para que les guíe.) Dígales que también pueden preguntarse: “¿Qué desearía Jesús que hiciese?” Eso les ayudará a escoger con prudencia. Narre el siguiente relato de un niño de Primaria que escogió santificar el día de reposo:

    “Un día recibí una llamada de mi nieto, Joel, que pronto será diácono. Tenía que tomar una decisión difícil. Lo habían invitado a ir con un grupo de estudiantes de su escuela a un campamento cerca del mar, en California. ¡Era para entusiasmar a cualquier joven! Tendrían la oportunidad de observar a los entrenadores de animales acuáticos y de ayudar a alimentarlos. Su dilema era que el campamento sería durante un fin de semana y pensaban ir a bucear y explorar las playas el domingo.

    “Sus padres le habían aconsejado que no fuera, pero le habían dado la oportunidad de tomar su propia decisión, con la esperanza de que escogiera lo correcto. Joel les había dicho que aunque no pudiera ir a la Iglesia, no nadaría. Les dijo además: ‘Puedo sentarme en la playa y sentirme rodeado de las creaciones de Dios. No creo que nuestro Padre Celestial se enoje por eso, ¿verdad?’

    “Joel quería saber lo que yo creía que él debía hacer. Le contesté con una pregunta: ‘¿Qué piensas que Jesús quiere que hagas?’ Se le cortó la voz un poco al contestarme: ‘Abuelo, no creo que Él esté muy contento si hago eso el domingo’.

    “No fue una decisión fácil de tomar, pero fue la correcta” (Rex D. Pinegar, “Sigamos a Cristo en palabra y obra”, Liahona, enero de 1992, pág. 46).

  5. Haga a los niños un cuestionario sencillo acerca de actividades apropiadas para hacer en el día de reposo cuyas respuestas deberán ser un “sí” o un “no”. Dígales que si la respuesta es sí, deben levantar los dedos pulgares, pero que si la respuesta es no deben ponerlos hacia abajo. Complete la frase “El día de reposo es un buen día para…” con actividades diferentes y variadas, tales como asistir a la Iglesia, ir a nadar, visitar a los parientes, ir de compras, cantar los himnos con entusiasmo, ir al cine, leer las Escrituras, participar en juegos deportivos, hacer una tarjeta para los abuelos, escribir cartas, ir a caminar, etc. Si los niños no saben con seguridad si una actividad es apropiada, deben hacerse dos preguntas: “¿Me acercará esto más a nuestro Padre Celestial?” y “¿Aprobaría Jesús que yo hiciera esto hoy?” Si las respuestas a esas preguntas son afirmativas, la actividad es probablemente algo bueno para hacer durante el día de reposo.

  6. El Señor nos da mandamientos para que nuestra vida sea más feliz. ¿En qué forma el santificar el día de reposo nos hace felices? (Nos sentimos más cerca de Jesucristo y de nuestro Padre Celestial, descansamos de nuestros estudios escolares, de nuestras labores y de nuestra tarea escolar, y además disfrutamos de estar con nuestros padres y nuestra familia.) Hábleles sobre alguna vez en la cual usted o alguien que conoce tomó la decisión de santificar el día de reposo y fue bendecido.

    Explique que la santificación del día de reposo yace tanto en nuestro corazón como en nuestros hechos. Henry Ward Beecher [gran orador norteamericano, 1813–1887] expresó esta verdad cuando dijo: “‘Un mundo sin el día de reposo sería como un hombre sin sonrisa, como un verano sin flores y como una casa solariega sin jardín. Es el día de más gozo de toda la semana’” (citado por Ezra Taft Benson, “Keeping the Sabbath Day Holy”, Ensign, mayo de 1971, pág. 5).

Conclusión

Testimonio

Exprese su amor por el día de reposo, el cual nos fue dado para ayudarnos y para reponer nuestro espíritu. Prometa a los niños que si adoran a Dios y santifican el día de reposo, se sentirán renovados y recibirán mayor fortaleza para guardar sus convenios y tomar buenas decisiones durante la semana.

Sugerencias para que los niños hablen con la familia

Inste a los niños a hablar con la familia sobre una parte específica de la lección, tal como un relato, una pregunta o actividad, o que lean con ella las “Sugerencias de lectura” que tienen para estudiar en casa.

Sugerencias de lectura

Sugiera a los niños que estudien en casa Éxodo 16:2–8, 11–31 como repaso de la lección de hoy.

Pida a uno de los niños que ofrezca la última oración.