Manuales de la Primaria y del Tiempo para compartir
Daniel y la comida del rey


Lección 40

Daniel y la comida del rey

Objetivo

Fortalecer en los niños el deseo de obedecer la Palabra de Sabiduría.

Preparación

  1. Con oración, estudie:

  2. Estudie la lección y decida qué método empleará para enseñar a los niños el relato de las Escrituras (véase “Cómo preparar las lecciones”, pág. VII, y “La enseñanza por medio de las Escrituras”, pág. VIII). Elija las preguntas para analizar y las actividades complementarias que mejor promuevan la participación de los niños y los ayuden a alcanzar el objetivo de la lección.

  3. Materiales necesarios:

    1. Un ejemplar de la Biblia para cada niño.

    2. Optativo: Una trampa para cazar ratones con un pedacito pequeño de comida como cebo (o una caña de pescar con algo en el anzuelo).

    3. La lámina 6–45: Daniel rehusa la comida y el vino del rey (Las bellas artes del Evangelio 114; 62094).

Sugerencias para el desarrollo de la lección

Pida a uno de los niños que ofrezca la primera oración.

Actividad para captar la atención

Muestre a los niños una trampa para ratones ya pronta y lista para que salte el resorte. Utilice un palito o algo parecido para hacer saltar la trampa. (Puede utilizar en su lugar una caña de pescar y explicar cómo se pesca al colocar una carnada en el anzuelo.) Pregunte a los niños qué haría un ratón si comprendiera cómo funciona la trampa y supiera que si toca el cebo seguramente quedaría atrapado y sería para él una catástrofe. Analice con los niños el “cebo o la carnada” que utiliza Satanás para tratar de persuadirnos a desobedecer la ley de buena salud del Señor, la Palabra de Sabiduría. Es importante que ellos comprendan que el dejarse influenciar por los avisos publicitarios que parecen tentadores o por la presión que ejerzan los demás se puede comparar con tocar el cebo de una trampa para cazar ratones.

Diga a los niños que en esta lección aprenderán acerca de la valentía y el control que Daniel tenía sobre sí mismo al rehusar la carne y el vino que el rey había ordenado que comiera y cómo fue bendecido por obedecer la ley de salud del Señor.

Relato de las Escrituras

Utilice la lámina en el momento apropiado para enseñar a los niños el relato de Daniel rehusando la comida del Rey, de los pasajes de las Escrituras enumerados en la sección “Preparación”. (En “La enseñanza por medio de las Escrituras”, pág. VIII, encontrará varias sugerencias de cómo enseñar los relatos de las Escrituras.) Durante el transcurso del análisis explique que Nabucodonosor, el rey de Babilonia, le había declarado la guerra al pueblo de Judá y capturado a muchos israelitas. Una vez que regresó a su tierra, pidió que algunos de los mejores jóvenes israelitas fueran llevados a vivir en su palacio, junto con algunos de los hijos del rey y algunos príncipes. Entre esos jóvenes se encontraban Daniel y tres israelitas más llamados Sadrac, Mesac y Abed–nego.

Preguntas para analizar y aplicar

Al preparar la lección, estudie las preguntas y los pasajes de las Escrituras que se encuentran a continuación. Después, utilice las preguntas que usted considere que mejor ayudarán a los niños a comprender las Escrituras y a aplicar los principios en su vida. El leer los pasajes en clase con los niños hará que éstos entiendan mejor las Escrituras.

• Después que el rey Nabucodonosor capturó a Jerusalén y llevó cautivas a muchas personas pertenecientes al pueblo de Judá, ¿a quiénes mandó que fueran a vivir a su palacio? (Daniel 1:3–4.) ¿Qué cualidades poseían esos escogidos? ¿Cómo se llamaban cuatro de los hijos escogidos de Judá? (Daniel 1:6–7.)

• El rey quería que con el tiempo esos jóvenes estuvieran a su servicio, ¿qué hizo entonces para cuidarlos? (Daniel 1:5.) ¿Qué promesa hicieron Daniel y sus amigos en su corazón? (Daniel 1:8.) ¿Por qué piensan que Daniel no quiso comer la comida del rey ni beber de su vino? (Explique que cuando Moisés fue el Profeta de Israel, el Señor dio a los hijos de Israel una ley que especificaba qué debían comer y beber. La comida que el rey deseaba que Daniel y sus amigos comieran estaba en contra de esa ley. En nuestros días, tenemos una ley de salud que nos ha sido revelada y que se llama la Palabra de Sabiduría.) (Véase la actividad complementaria N° 1.)

• Si alguien les ofreciera algo que está en contra de la Palabra de Sabiduría, ¿qué podrían hacer para parecerse a Daniel? (Véase la actividad complementaria N° 2.)

• ¿Por qué el jefe de los eunucos se preocupó cuando vio que Daniel no comería ni bebería la comida del rey? (Daniel 1:10.) ¿Cuál fue el plan de Daniel? (Daniel 1:12–13.) ¿En qué forma fue diferente la salud de esos jóvenes a la de los demás, después de los diez días de prueba? (Daniel 1:15.) (Véase la actividad complementaria N° 4.)

• Además de ser bendecidos con una buena salud física, ¿de que otra manera fueron bendecidos Daniel y sus amigos? (Daniel 1:17, 20.) ¿Por qué piensan que sus habilidades mentales aumentaron?

• ¿Qué podemos hacer para recibir las mismas bendiciones que recibieron Daniel y sus amigos? ¿Cuáles son las promesas del Señor para todos los que obedecen la Palabra de Sabiduría? (D. y C. 89:18–21.)

Actividades complementarias

En cualquier momento de la lección o como repaso, resumen o cometido, utilice una o más de las siguientes actividades:

  1. Analice con los niños los alimentos saludables que se mencionan en la Palabra de Sabiduría (véase D. y C. 89:11–12, 16.) Adviértase que en estos versículos se menciona el fruto de la tierra, entre los cuales se encuentran las legumbres que Daniel y sus amigos quisieron comer. Después analice qué substancias que se mencionan específicamente en la Palabra de Sabiduría son dañinas para nuestro cuerpo (véase D. y C. 89:5–9). Explique que el profeta José Smith definió como “bebidas calientes” el té y el café. Los Profetas contemporáneos han agregado las drogas a esta lista de substancias dañinas, cuando se utilizan inapropiadamente.

    Lleve a la clase láminas (o haga tiras de cartulina con las inscripciones correspondientes) de los alimentos y las substancias que se enumeran en la Palabra de Sabiduría. Haga dos letreros que digan “Es bueno para nosotros” y “No es bueno para nosotros”. Distribuya entre los niños las láminas de los alimentos y las substancias o las tiras de cartulina o papel con los nombres de esos alimentos y substancias y pídales que, de a uno, coloquen la lámina (o la tira) debajo del letrero correspondiente.

  2. Satanás trata de convencernos, por medio de los avisos publicitarios y la presión que ejercen los compañeros y amigos, que desobedecer la Palabra de Sabiduría es divertido y emocionante y que no nos hará daño. Analice con los niños las formas en que otras personas pueden tratar de convencerlos de fumar, beber bebidas alcohólicas, café, té o usar drogas. Entre las ideas de los niños podría haber cosas tales como: “Un poquito no te hará daño”, “Te hace sentir tan bien” o “Una sola vez no te hará nada”.

    En hojas de papel escriba palabras tales como las siguientes: té, cerveza, cigarrillos. Pida a los miembros de la clase que escojan una hoja de papel y hagan una representación de cómo responderían a la presión que pudieran ejercer sus compañeros y amigos para que utilizaran esa substancia. Recalque que en todos los casos, aun cuando se puede decir de diferentes formas, la respuesta debe ser siempre “¡No!”

  3. Jueguen a “Simón dijo” dando una orden de algo que el cuerpo puede hacer, como por ejemplo: “Simón dijo: ‘Párate sobre un pie’” o “Simón dijo: ‘agita la mano derecha’”. Siempre que la orden se dé precedida por la frase “Simón dijo”, los niños deben obedecer. Pero, si usted no dice “Simón dijo”, ellos no deben obedecer la orden que usted les da. Después de unos minutos, analice con los niños todas las cosas maravillosas que nuestro cuerpo puede hacer. Recuérdeles lo que nuestro cuerpo hace constantemente sin que nosotros ni siquiera tengamos que pensar en ello; por ejemplo, respirar, propulsar la sangre por las venas, combatir enfermedades, enviar mensajes del cerebro a los terminales nerviosos, etc. Sugiera a los niños que en sus oraciones expresen agradecimiento a nuestro Padre Celestial por el gran don de su cuerpo. Aliente a los niños a obedecer la Palabra de Sabiduría para demostrar agradecimiento por su cuerpo físico.

  4. Relate a los niños la siguiente historia:

    En el año 1919, el corredor Creed Haymond representaba a su colegio universitario en una competencia atlética anual en la que participaban mil setecientos hombres. La noche anterior a la competencia, el entrenador de Creed le dijo: “Creed, esta noche les he dado a los muchachos un poco de vino dulce y quiero que tú bebas un poquito”.

    “No puedo, señor”

    “Pero Creed, no estoy tratando de que bebas. Yo conozco las creencias de los mormones. Te estoy dando esto como un tónico estimulante”.

    El entrenador siguió tratando de convencer a Creed que bebiera un poco de vino, pero el muchacho se rehusó.

    Sin embargo, más tarde Creed pensó: “¿Qué pasa si mañana hago una mala actuación; ¿qué le voy a decir al entrenador? Él tenía que competir con los corredores más rápidos del mundo; tenía que dar lo mejor de sí. Se les dijo a sus compañeros lo que tenían que hacer y ellos lo habían hecho; creían en su entrenador. ¿Qué derecho tenía él de desobedecer? Había sólo una razón: creía en la Palabra de Sabiduría. Oró para que el Señor fortaleciera su testimonio de la Palabra de Sabiduría y se acostó a dormir.

    A la mañana siguiente, todos los muchachos del equipo, con excepción de Creed, estaban enfermos.

    Durante el torneo era evidente que algo malo le sucedía al equipo de Creed. En todas las pruebas sus compañeros tuvieron un desempeño muy por debajo de sus actuaciones anteriores. Por fin se anunció la carrera de los cien metros llanos; ésta y la de doscientos metros llanos eran las competencias en las que corría Creed Haymond.

    El encargado disparó la pistola y todos comenzaron a correr, con excepción de Creed Haymond. La tierra cedió como consecuencia de un hoyo que había hecho un corredor que había utilizado la pista anteriormente y Creed se cayó de rodillas. Sin embargo, rápidamente se puso de pie y al último momento, ya cerca de la meta, pasó al que llevaba la delantera y ganó la carrera.

    Debido a un error en la programación, las finales de los doscientos metros llanos se llevaron a cabo inmediatamente después de las semifinales. Creed había ya corrido tres carreras y apenas había terminado de correr las semifinales de los doscientos metros llanos. Se dirigió entonces al encargado y le rogó que le diera tiempo para reponerse, pero el oficial había ordenado comenzar la carrera y había llamado a los hombres a sus marcas.

    Esta vez Creed salió como un disparo y corrió a toda velocidad. Creed ganó la carrera en veintiún segundos, logrando así correr los doscientos metros llanos en menos tiempo que ningún otro corredor lo había hecho jamás. (Adaptado de “I can’t Do It, Coach”, en Inspiring Stories for Young Latter-day Saints, comp. Leon Hartshorn, 1975, págs. 1234–128; véase L. Tom Perry, “Correrán sin fatigarse”, Liahona, enero de 1997, págs. 41–42.)

    Analice con la clase las bendiciones que recibió Creed haymond como consecuencia de haber obedecido la Palabra de Sabiduría.

  5. Canten o repitan la letra del himno “Haz tú lo justo” (Himnos, N° 154.)

Conclusión

Testimonio

Exprese el agradecimiento que siente por la Palabra de Sabiduría y su testimonio de que la obediencia a la ley de salud nos bendice tanto física como espiritualmente. Si lo desea, reláteles alguna experiencia personal que haya tenido en que fue bendecido debido a su obediencia a la Palabra de Sabiduría.

Sugerencias para que los niños hablen con la familia

Inste a los niños a hablar con la familia sobre una parte específica de la lección, tal como un relato, una pregunta o actividad, o que lean con ella las “Sugerencias de lectura” que tienen para estudiar en casa.

Sugerencias de lectura

Sugiera a los niños que estudien en casa Daniel 1:5–17 como repaso de la lección de hoy.

Pida a uno de los niños que ofrezca la última oración.

Imprimir