Lección 39
Job
Objetivo
Que los niños tengan fe y permanezcan fuertes durante las pruebas.
Preparación
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Con oración, estudie:
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Job 1: Las propiedades de Job y sus hijos son destruidos pero él sigue adorando a Dios.
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Job 2:1–12: Job es herido con una sarna maligna.
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Job 19:13–29: Job habla de sus aflicciones y testifica del Redentor.
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Job 22:5–10: Los amigos de Job lo acusan de pecar.
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Job 27:2–5: Job hace valer su integridad.
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Job 42:7–17: El Señor castiga a los amigos de Job y éste es bendecido con el doble de lo que tenía antes.
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Estudie la lección y decida qué método empleará para enseñar a los niños el relato de las Escrituras (véase “Cómo preparar las lecciones”, pág. VII, y “La enseñanza por medio de las Escrituras”, pág. VIII). Elija las preguntas para analizar y las actividades complementarias que mejor promuevan la participación de los niños y los ayuden a alcanzar el objetivo de la lección.
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Materiales necesarios:
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Un ejemplar de la Biblia para cada niño.
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Un lápiz y una joya con un diamante (si es posible y si no con una piedra de fantasía que se asemeje a un diamante).
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Sugerencias para el desarrollo de la lección
Pida a uno de los niños que ofrezca la primera oración.
Actividad para captar la atención
Muestre el lápiz a los niños y explique que la parte con la cual se escribe es de grafito, que es una forma de carbono. Pida a los niños que estimen cuánto podría costar el grafito que está en el lápiz. Luego muestre el diamante (o describa uno o muestre una piedra de fantasía y pídales que se imaginen que es un diamante de verdad) y explique que los científicos creen que los diamantes se formaron hace millones de años, cuando el carbono fue expuesto a un gran calor y a una gran presión. Los diamantes tienen un gran valor ya que son la substancia natural más dura, es una piedra preciosa que se utiliza para hacer joyas y se utiliza en la industria para cortar y pulir. Si lo desea, pida a los niños que estimen el valor del diamante. Analice cómo el grafito del lápiz y el diamante están hechos de la misma substancia (el carbono), y aun así el diamante tiene muchísimo más valor. Pregunte a los niños qué pasó con el diamante para que fuera de tanto valor.
Compare los problemas y las pruebas que tenemos en la vida con el calor y la presión por la que tuvo que pasar el carbono para convertirse en diamantes. Explique que el “calor” y la “presión” que pasamos con nuestras pruebas pueden convertirnos en personas más fuertes, como lo es un diamante, si permanecemos fieles a nuestro Padre Celestial. Pida a los niños que presten atención al relato que les va a hacer de un hombre que sufrió muchas pruebas, pero que aun así, nunca perdió su fe en Dios.
Relato de las Escrituras
Enseñe a los niños el relato de Job; utilice para ello los pasajes de las Escrituras enumerados en la sección “Preparación”. (En “La enseñanza por medio de las Escrituras”, pág. VIII, encontrará varias sugerencias de cómo enseñar los relatos de las Escrituras.) Durante el análisis, trate que los niños comprendan que Job fue un hombre recto y perfecto que fue bendecido con grandes riquezas. El Señor permitió que Satanás tentara y probara a Job para que él pudiera probar su fidelidad.
Preguntas para analizar y aplicar
Al preparar la lección, estudie las preguntas y los pasajes de las Escrituras que se encuentran a continuación. Después, utilice las preguntas que usted considere que mejor ayudarán a los niños a comprender las Escrituras y a aplicar los principios en su vida. El leer los pasajes en clase con los niños hará que éstos entiendan mejor las Escrituras.
• ¿Qué clase de hombre era Job? (Job 1:1.) ¿Cuántos hijos e hijas tenía? (Job 1:2.) ¿Qué pensó Satanás que sucedería si Job perdía su riqueza y su familia? (Job 1:11.)
• ¿Qué pasó con los hijos de Job y con su riqueza? (Job 1:13–19.) ¿Cómo reaccionó Job ante estas pérdidas? (Job 1:21–22.) Explique que “ni atribuyó a Dios despropósito alguno” quiere decir que él no culpó a Dios por las pruebas que sufría. ¿Por qué no debemos culpar a Dios por nuestras pruebas? (Véase la actividad complementaria N° 1.)
• ¿Qué pensó Satanás que sucedería si Job sufría físicamente? (Job 2:5.) ¿Con qué sufrimiento físico permitió el Señor que Satanás probara a Job? (Job 2:7.)
• ¿Cómo reaccionaron los amigos, la familia y los criados de Job cuando lo vieron sufrir por sus pruebas? (Job 19:13–19.) ¿Cómo debemos reaccionar nosotros cuando vemos a otros sufrir? ¿De quién continuó testificando Job, aún después de haber sufrido tanto física como mentalmente? (Job 19:25–27.) ¿De qué manera las pruebas nos pueden fortalecer si continuamos testificando del Salvador?
• Los amigos de Job pensaron que los pecados que había cometido Job eran los responsables de su sufrimiento, ¿cuáles fueron esos pecados? (Job 22:5–9.) Explique que algunas veces nuestros pecados pueden traer sobre nosotros sufrimiento, pero en muchos casos, como en el de Job, no es así. ¿Por qué tanto la gente recta como la inicua pasa por pruebas? (Véase la actividad complementaria N° 2.)
• ¿Qué resolvió Job hacer sin importarle lo que le sucediera? (Job 27:4–5.) ¿De qué manera este tipo de resolución nos ayuda a superar nuestras pruebas diarias?
• ¿Qué dijo el Señor a los amigos de Job después de que éstos lo acusaron de iniquidad? (Job 42:7–9.) ¿Cómo bendijo el Señor a Job después de que éste hubo permanecido fiel a través de sus pruebas? (Job 42:10–17.) ¿Cómo podría bendecirnos el Señor si permanecemos fieles a través de nuestras pruebas? (Véase la actividad complementaria N° 4.) ¿En qué forma las pruebas por las que han pasado han sido una bendición para ustedes?
Actividades complementarias
En cualquier momento de la lección o como repaso, resumen o cometido, utilice una o más de las siguientes actividades:
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Hable a los niños acerca de los pajaritos y explíqueles que cuando están por nacer picotean la cáscara del huevo para salir de ella. ¿Qué pasaría si rompemos nosotros la cáscara del huevo porque nos da lástima el pajarito? Explique que el ave podría morir. Al picotear la cáscara del huevo para poder salir, el pichón desarrolla la fortaleza necesaria para ser lo suficientemente fuerte como para vivir una vez que está afuera. Analice cómo nuestras pruebas pueden hacernos fuertes para poder regresar a vivir con nuestro Padre Celestial.
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Con sus propias palabras, relate el siguiente incidente y luego analícelo:
El presidente Spencer W. Kimball, duodécimo Presidente de la Iglesia, le dijo a una señora que le preguntó: “ ‘¿Por qué es que aquellos que contribuyen menos a la edificación del reino parecen prosperar más…? Nosotros observamos el día de reposo y asistimos a nuestras reuniones; ellos van a los deportes, salen a cazar, a pescar y a divertirse… Nosotros pagamos una buena suma en calidad de diezmos y otros donativos a la Iglesia; ellos disfrutan de sus amplios ingresos para derrocharlos totalmente sobre sí mismos… Me parece que casi ni conviene obedecer el Evangelio; que los soberbios y los que no guardan los convenios son los que prosperan’ “. El presidente Kimball explicó que finalmente nosotros cosecharemos lo que hemos sembrado. Dijo: “La hora de rendir cuentas es tan segura como el correr del tiempo y la venida de la eternidad. Todos los que han vivido finalmente se hallarán ante el tribunal de Dios para ser juzgados según sus obras. Su disposición final consistirá en galardones y castigos, de acuerdo con la clase de vida que llevaron sobre la tierra… no se hace balance diario de los libros, sino más bien al tiempo de la siega” (El Milagro del Perdón, [1976], págs. 309–312).
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Prepare tiritas de papel con las siguientes palabras u otras que usted haya elegido: ojos, pan, libro, árbol, caballo, nadar. Diga a los niños que les va a enseñar un juego llamado “Veinte preguntas”. Pida a un niño que se pare al frente del salón y escoja una de las tiritas de papel sin mostrársela a sus compañeros. Los miembros de la clase deben de tratar de adivinar qué palabra se encuentra escrita en la tirita de papel, para ello, pueden hacer preguntas que se puedan contestar con un “sí” o un “no”, tales como: “¿Es algo para comer? ¿Es un animal? ¿Es parte del cuerpo?” El niño que está al frente contesta las preguntas con una mirada fija si es “sí” o un parpadeo de los ojos si es “no”. (Esa era la única forma que la niña del siguiente relato se podía comunicar.) Pueden hacer veinte preguntas para tratar de adivinar lo que está escrito en la tirita de papel. (Con seguridad, sólo tendrá tiempo de jugar este juego una sola vez.)
Cuénteles acerca de una niña llamada Heather Erickson. Ella sufría una grave enfermedad que le impedía tener muy poco control sobre su cuerpo. La única forma que tenía su familia para comunicarse con ella era por medio de preguntas. Si la respuesta era “sí”, ella miraba fijamente a la persona que le estaba hablando pero si la respuesta era “no” ella entornaba los ojos. Heather y su familia habían logrado comunicarse muy bien utilizando ese método y, a pesar de su incapacidad física, la niña expresaba con frecuencia el amor que sentía por Jesús por medio de esa forma de comunicación. Un día la terapeuta que le estaba enseñando a hablar le preguntó a Heather cuál era su canción preferida. La niña se emocionó mucho y con ansiedad trataba de hacerle saber cual era la canción que más le gustaba. Después de tres días de buscar y hacer preguntas, por fin pudieron descubrir cual era esa canción. Se trataba de: “Tengo gozo en mi alma hoy” (Himnos, N° 146).
Las dos últimas estrofas: “que Él [Jesús] escucha con amor, brindándome Su luz” eran las preferidas de Heather [Para que la letra concordara con la música, en la traducción al español de este himno no se utilizaron exactamente las mismas palabras que en inglés. La traducción literal de estas estrofas es: Y Jesús escucha y puede oír, las canciones que yo no puedo cantar]. Su terapeuta le preguntó: “Heather, ¿es eso? ¿Es por eso que te gusta tanto ese himno? ¿Es eso lo que deseas que yo sepa? Que Jesús escucha y puede oír las canciones que tú no puedes cantar?” Heather levantó la cabeza y miró a la terapeuta fijamente a los ojos con emoción y al mismo tiempo con un evidente alivio en su rostro. Se había dado un testimonio. (Adaptado de Bruce y Joyce Erickson, When Life Doesn’t Seem Fair [1995], pág. 49–55.)
Analice con los niños cómo pudo Heather tener una actitud positiva y mantener su fe en Jesús aun cuando no podía hablar ni tener control sobre su cuerpo. Analice las pruebas a las cuales los niños podrían verse enfrentados y de qué forma pueden mantenerse fieles a pesar de ellas.
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Pida a los niños que se imaginen un largo trozo de lana que envuelva a la tierra. Dígales que la lana representa la eternidad. Pídales que se imaginen un poco más de un centímetro de esa lana. Esa parte sólo representa el corto período que vivimos en la tierra. Lean todos juntos Doctrina y Convenios 121:7–10 y analice de qué manera esta vida es muy corta comparada con la eternidad. Si podemos superar nuestras pruebas y permanecer fieles, seremos bendecidos durante toda la eternidad.
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Canten o repitan la letra de la canción “Oración de un niño” (Canciones para los niños, pág. 6).
Conclusión
Testimonio
Testifique a los niños de qué manera, las pruebas por las que ha pasado en su vida, le han hecho más fuerte al haberse mantenido usted fiel a nuestro Padre Celestial.
Sugerencias para que los niños hablen con la familia
Inste a los niños a hablar con la familia sobre una parte específica de la lección, tal como un relato, una pregunta o actividad, o que lean con ella las “Sugerencias de lectura” que tienen para estudiar en casa.
Sugerencias de lectura
Sugiera a los niños que estudien en casa Job 27:2–5 como repaso de la lección de hoy.
Pida a uno de los niños que ofrezca la última oración.