2006
Una alegre congregación de hermanas
enero de 2006


Una alegre congregación de hermanas

Las reuniones de la Sociedad de Socorro de superación personal, de la familia y del hogar ayudan a las hermanas de todo el mundo a llenar su corazón y su hogar de amor y caridad.

En Lutsk, Ucrania, un horno calienta la pequeña cocina donde se han reunido dieciséis hermanas para hacer galletitas y tortas [pasteles]. El horno está en el suelo y las hermanas sentadas cerca, compartiendo no sólo la calidez que proviene de él, sino también la de estar juntas. A esto le llaman “noche de las hermanas”, una reunión alegre que quizás se conozca mejor como la reunión de superación personal, de la familia y del hogar.

En ésta en particular, hay muchas risas, abrazos e incluso danzas. Esas hermanas siempre cantan himnos juntas, demostrando su amor por los himnos de la Iglesia; el canto continúa cuando algunas de las que viven lejos suben al autobús para el viaje de tres horas que las lleva a casa.

Es un maravilloso ejemplo de la forma en que la reunión de superación refuerza lo que enseñó el presidente James E. Faust, Segundo Consejero de la Primera Presidencia, cuando dijo que la Sociedad de Socorro es una organización para el aprendizaje, el servicio y la sociabilidad1.

Y parece coincidir con la descripción que hizo la hermana Bonnie D. Parkin, presidenta general de la Sociedad de Socorro, de la reunión de superación personal, de la familia y del hogar como una “en la que se unen manos y corazones en un ambiente seguro, tranquilo y agradable”.

La hermana Parkins explica esto: “Las mujeres de todas las épocas y de cualquier edad pueden tener un sentido de unidad al participar en actividades que aumentan la fortaleza espiritual, desarrollan las habilidades personales, fortalecen el hogar y la familia y ejercen la caridad por medio del servicio. En esas reuniones, se fortalecen los lazos de la hermandad, se extiende amistad hacia los miembros nuevos y los menos activos, y se encuentran abundantes oportunidades misionales”.

El aprendizaje

Debido a la diversidad de temas que se presentan en la reunión de superación personal, de la familia y del hogar, las hermanas pueden participar y aprender juntas, sea cual fuere su situación o su edad.

En los bosques tropicales del sureste de Nigeria, las mujeres jóvenes y las hermanas de la Sociedad de Socorro, con su ropa y sus turbantes de colores brillantes, se reúnen en las inmediaciones de una sencilla casa de reuniones de la Iglesia con el fin de aprender a hacer moldes (patrones) para blusas y vestidos. Utilizando bolsas vacías de cemento como papel de molde, las hermanas de la Sociedad de Socorro se juntan alrededor de una mesa para escuchar atentamente a las mujeres jóvenes que les enseñan esa habilidad, nueva para ellas. Después que dibujan los moldes y cortan la tela, se turnan para coser en una máquina de pedal a fin de terminar sus prendas.

El servicio

En el Barrio 2 de Juneau, Estaca Juneau, Alaska, las hermanas tienen fuertes lazos de amistad aun cuando estén separadas por la distancia. El primer domingo del mes, la hermana Sandy Perkins, miembro de la presidencia de la Sociedad de Socorro, hace esta pregunta: “¿Cómo podemos llevar la luz del Evangelio a la comunidad?”. Y ella misma contesta su propia pregunta al describir la próxima reunión de superación. La presidencia de la Sociedad de Socorro ha invitado a varios líderes de la localidad, un pequeño grupo que representa los servicios y los programas de caridad en la región, para que expongan a las hermanas las necesidades de su grupo en particular. “La esperanza que tenemos”, explica la hermana Perkins, “es poder aumentar nuestra influencia acá, en nuestra propia ciudad, al tratar de extender nuestra luz hacia los demás”.

La sociabilidad

La reunión de superación personal, de la familia y del hogar es una magnífica oportunidad de relacionarse y establecer la hermandad que se necesita para crear entre los miembros y visitantes de la Sociedad de Socorro un sentido de haber sido aceptadas. Esta idea se ejemplifica en una reunión de superación que se realiza en Benidorm, España, un centro turístico donde hay un constante ir y venir de viajeros. Una noche se reúnen hermanas de Ecuador, Perú, Colombia, Noruega, Suecia, Suiza, Inglaterra, Escocia y España para tener la reunión de superación. En la noche a la que nos referimos, las hermanas de Suiza enseñan a las demás a hacer tarjetas de felicitación que se pueden utilizar para distintas ocasiones. Tienen un diseño sencillo que las hermanas aprenden fácilmente mientras conversan y fortalecen sus lazos de amistad.

Al trabajar juntas, la amistad y la sinceridad de las hermanas pronto salvan las barreras del idioma. Las hermanas misioneras han llevado algunas investigadoras que charlan alegremente con las otras mujeres; cuando esas investigadoras vuelven a visitar la pequeña rama el domingo, sienten que ya pertenecen a ese grupo.

La actividad es sencilla, pero esa reunión de superación logra las metas de aprender, prestar servicio y socializar. Quizás algunas de las hermanas hayan pensado: “No necesito ir; me sobran las tarjetas de felicitación”; pero las tarjetas son sólo una mínima parte del beneficio de asistir a la reunión de esa noche. A veces vamos para sacar algo de la reunión; otras veces estamos allí para dar a los demás, aunque no sea más que un oído atento, una palabra de ánimo o una mano que se extiende para dar una bienvenida de amistad.

Vayan a la Sociedad de Socorro

En el mundo de hoy, cada vez hay más mujeres que trabajan; otras que son miembros de la Sociedad de Socorro enfrentan dificultades, entre ellas la de la falta de tiempo para estar con los hijos al tener que criarlos solas, las grandes distancias que deben recorrer para reunirse con los santos, y las implicaciones económicas de trasladarse y participar. Para algunas, asistir a la reunión de superación puede ser una difícil decisión. Cuando se le preguntó a una ocupada hermana, que criaba sola a sus siete hijos y estudiaba, qué la inspiraría para asistir a esas reuniones, ella respondió: “Tendrían que prometerme que mi familia sería bendecida por ello”.

Esa promesa se ha hecho. La hermana Parkin dijo: “¡Vayan a la Sociedad de Socorro! Ésta llenará sus hogares de amor y de caridad; las nutrirá y las fortalecerá a ustedes y a su familia”2.

La invitación se extiende a ustedes, así como a todas las mujeres.

María Jasmine Juan, que vive lejos de su familia en Manila, Filipinas, es una de las mujeres que ha decidido ir a la Sociedad de Socorro. “Me sentía muy sola y extrañaba a mi mamá”, dice. “Y sabía que si iba a la Sociedad de Socorro, me sentiría bien. Cuando las hermanas me dieron la bienvenida en una reunión de superación, me di cuenta de que había una sala llena de ‘mamás’”.

En la Sociedad de Socorro encontrarán un lugar seguro donde pueden compartir alegrías y tristezas, donde la conversación y la risa fortalecen los lazos de amistad y donde el ambiente cordial hace sentir bienvenidas a las visitantes. Vayan, y sean parte de la organización del Señor para las mujeres. Como el horno en aquella diminuta cocina de Ucrania, la reunión de superación personal, de la familia y del hogar le dará calor a su corazón y, por extensión, a su hogar.

Lilian DeLong es miembro del Barrio Weber Sur 1, Estaca Weber Sur, Utah.

Conceptos Imperecederos

“Creo que los cuatro grandes e imperecederos conceptos de esta sociedad son: Primero, es una hermandad establecida divinamente. Segundo, es una sociedad de aprendizaje. Tercero, es una organización cuyo objetivo básico es servir a los demás. Su lema: ‘La caridad nunca deja de ser’. Cuarto, es una sociedad en la que las mujeres pueden tratarse con sociabilidad y establecer amistades eternas”.

Presidente James E. Faust, Segundo Consejero de la Primera Presidencia, “Todas son enviadas del cielo”, Liahona, nov. de 2002, pág. 111.

Notas

  1. Véase “Todas son enviadas del cielo”, Liahona, nov. de 2002, pág. 111.

  2. “¿En qué forma ha sido la Sociedad de Socorro una bendición para usted?”, Liahona, nov. de 2004, pág. 35.