2006
Promesas en las Escrituras
enero de 2006


Tiempo para compartir

Promesas en las Escrituras

“Porque él cumplirá todas las promesas que te haga, pues ha cumplido sus promesas que él ha hecho a nuestros padres” (Alma 37:17).

Había una vez un jovencito que deseaba hacer una pregunta muy importante. Él quería saber cuál iglesia era la verdadera para unirse a ella. Leyó una promesa en la Biblia, en Santiago 1:5: “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”. El joven creyó en esa promesa. Sabía que si le preguntaba sinceramente a nuestro Padre Celestial cuál era la iglesia verdadera, recibiría una respuesta.

Seguramente ya adivinaste que el nombre de ese joven es José Smith. Él estudió las Escrituras y creyó en la promesa. Oró y recibió una respuesta maravillosa: nuestro Padre Celestial y Jesucristo se le aparecieron y le dijeron que no se uniera a ninguna de las iglesias. José aprendió por sí mismo que la promesa del libro de Santiago es verdadera, que si una persona tiene falta de sabiduría, puede orar a nuestro Padre Celestial y recibir una respuesta. Muchas de las respuestas no vendrán en forma de una aparición celestial sino a través de los susurros del Espíritu Santo.

Hay muchos relatos en las Escrituras en cuanto a las promesas de nuestro Padre Celestial. Las Escrituras también nos enseñan que nuestro Padre Celestial siempre cumple Sus promesas. Al estudiar las Escrituras, aprendemos sobre las promesas que Él nos hace.

Marcadores de las Escrituras

Para hacer los marcadores que están en la página A4, haz un corte sobre las líneas gruesas y negras y haz un doblez sobre las líneas punteadas. Lee cada pasaje de las Escrituras y escribe en las líneas en blanco la promesa que se hace. Guarda estos marcadores en tus Escrituras como un recordatorio de que debes leerlas todos los días.

Nota: Si no desea quitar las páginas de la revista, esta actividad se puede copiar, calcar o imprimir desde www.lds.org. en Internet. Para el idioma inglés, haga clic en “Gospel Library”. Para otros idiomas, haga clic en el mapamundi.

Ideas para el Tiempo para compartir

  1. 1. Nuestro Padre Celestial y Jesucristo hicieron promesas a los hijos de Israel. Relate la historia de los hijos de Israel en Egipto (véase Éxodo 5). El Señor prometió sacarlos del cautiverio (véase Éxodo 6:6–7) y les dijo a Moisés y a Aarón que pidieran a Faraón que dejara ir al pueblo de Israel. El Señor prometió que enviaría plagas hasta que Faraón aceptara hacerlo. Divida los niños en grupos pequeños. Entregue a cada grupo un papel que tenga escrito uno de los siguientes pasajes de las Escrituras: (1) Éxodo 7:20–21; (2) Éxodo 8:6; (3) Éxodo 8:17; (4) Éxodo 8:24; (5) Éxodo 9:6; (6) Éxodo 9:10; (7) Éxodo 9:23; (8) Éxodo 10:14–15; (9) Éxodo 10:22. Pida a los niños de cada grupo que lean juntos el pasaje de las Escrituras, decidan cuál plaga fue enviada y hagan un dibujo que la represente. Reúna todos los dibujos y muestre al grupo los dibujos a medida que cuenta la historia de las plagas. Explique que Faraón endureció su corazón hasta llegar la décima plaga, la muerte del primogénito de todos los egipcios. El pueblo de Israel se salvó cuando el ángel de la muerte pasó sobre sus hogares y ellos cruzaron el Mar Rojo sobre tierra seca (véase Éxodo 12–14). Testifique que nuestro Padre Celestial cumplió Su promesa de sacarlos del cautiverio.

  2. 2. Haga copias de los marcadores de la página A4 para cada niño o escriba las referencias de las Escrituras en la pizarra. Divida los niños en grupos y pida a cada grupo que busque un pasaje de las Escrituras, que lo lea y que busque la promesa. Para que cada grupo dé un informe, pídale que lea o resuma el pasaje de las Escrituras y que explique la forma en que todos somos bendecidos a causa de la promesa. A medida que los grupos den sus informes, pida a los niños que anoten la promesa correspondiente sobre las líneas en blanco de sus marcadores. Aliéntelos a guardar los marcadores en sus Escrituras como un recordatorio para leer todos los días. Testifique del amor que nuestro Padre Celestial y Jesucristo tienen por nosotros. Sus promesas nos bendicen a todos.