2010
Ideas para la noche de hogar
Julio de 2010


Ideas para la noche de hogar

Este ejemplar incluye artículos y actividades que pueden usarse en la noche de hogar. A continuación se proveen algunos ejemplos.

“Bendecida por mi llamamiento”, pág. 11: Al dar la lección, considere hablar acerca de cómo el Señor alivió las cargas de la autora conforme ella servía con todo el corazón. Invite a los integrantes de la familia a expresar cómo han sido bendecidos al servir al Señor.

“¿Qué aportaron los pioneros?”, pág. 16: Considere la opción de hacer una lista de las cuatro aportaciones de sabiduría que el presidente Stephen L Richards presenta en este artículo. Hablen acerca de cómo esos puntos pueden fortalecer a su familia y bendecir la vida de las personas que sigan el ejemplo de ustedes.

“Hablemos del Evangelio con confianza”, pág. 30: Podría pedir a los miembros de su familia que analicen la forma de aplicar la siguiente declaración del artículo: “Tengan a bien recordar que no tienen por qué justificar sus creencias; simplemente, deben explicarlas con un espíritu de amor y bondad. La verdad siempre prevalece cuando se enseña la doctrina verdadera”.

“‘De ninguna manera’, me dijo”, pág. 58: Después de leer o relatar la historia, podrían representar maneras de responder cuando enfrenten una tentación. Los integrantes de la familia podrían practicar decir “De ninguna manera” en voz alta, tal como dijo Chase.

¿Qué hay de la noche de hogar?

“¿Qué hay de la noche de hogar? ¿No vamos a hacerla esta noche?”, preguntó Leilani, mi hija de seis años. Me invadió un sentimiento de culpa. Mi esposo y yo habíamos tratado de tener la noche de hogar, pero, con tantos asuntos que requerían nuestro tiempo, habíamos perdido el hábito. El recordatorio de Leilani hizo que volviéramos a comprometernos a no descuidar la noche de hogar bajo ninguna condición.

A medida que Leilani y su hermana, Nadia, han ido creciendo, han querido enseñar durante la noche de hogar lo que aprendieron en la Primaria, y hasta dibujan sus propias ayudas visuales para explicar los principios que desean enseñar. Como padres, sentimos gozo al escuchar que hablan acerca del Evangelio y a menudo podemos explayarnos en el tema que han escogido.

“¿Qué hay de la noche de hogar? ¿No vamos a hacerla esta noche?”, son las palabras que me esfuerzo por no escuchar que se repitan. Sé que la mejor época para enseñar a los niños es cuando son pequeños. El mundo podrá ejercer su influencia pero, si trabajamos y crecemos junto a nuestros hijos, podemos alcanzar nuestra meta de criar hombres y mujeres que tengan principios.

Patricia Cárdenas de Prado, Guatemala