¿Cómo se establece la doctrina?
La doctrina se recibe hoy al igual que en la antigüedad: mediante revelación divina a los profetas.
Como Santos de los Últimos Días, “creemos todo lo que Dios ha revelado, todo lo que actualmente revela, y creemos que aún revelará muchos grandes e importantes asuntos pertenecientes al reino de Dios” (Artículos de Fe 1:9).
En cuanto a la relación que existe entre la revelación y la doctrina, el élder D. Todd Christofferson, del Quórum de los Doce Apóstoles, dijo: “…en la Iglesia hoy día, tal como en la antigüedad, el establecer la doctrina de Cristo o el corregir las desviaciones en cuanto a la doctrina es un asunto de revelación divina a aquellos que el Señor inviste con autoridad apostólica”1.
Al igual que la revelación es el medio por el cual los apóstoles, videntes y reveladores reciben la doctrina, cada uno de nosotros también puede recibir su propia confirmación de que las doctrinas del evangelio de Jesucristo son verdaderas. Esta revelación personal se recibe por medio de la oración, el estudio de las Escrituras y el testimonio del Espíritu Santo. Demostramos que aceptamos la doctrina de Jesucristo si nos arrepentimos, somos bautizados, recibimos el don del Espíritu Santo y continuamos obedeciendo las leyes y guardando los convenios del Evangelio a lo largo de nuestra vida.
El siguiente organigrama, basado en el discurso del élder Christofferson de la conferencia general de abril de 2012, muestra cómo se establece la doctrina2.