Una promesa profética
Eternidad
“Mi mensaje esta noche es un intento de describir… lo que debemos hacer para ser una parte del plan de felicidad que nuestro Padre Celestial ha preparado para nosotros. Antes de nacer, vivíamos en una familia con nuestro Padre Celestial exaltado y eterno. Él ordenó un plan que nos permite avanzar y progresar para llegar a ser como Él. Lo hizo por amor a nosotros; y el propósito del plan era permitirnos el privilegio de vivir para siempre como vive nuestro Padre Celestial. Ese plan del Evangelio nos ofrecía una vida terrenal en la cual seríamos probados y se nos hizo la promesa de que, mediante la expiación de Jesucristo, si obedecíamos las leyes y las ordenanzas del sacerdocio en el Evangelio, tendríamos la vida eterna, el más grande de todos Sus dones”.