Voces de los Santos de los Últimos Días
Salud física: Bajar de peso y la Palabra de Sabiduría
Carol E. Wolf, Utah, EE. UU.
Cuando tenía sesenta y tantos años, empecé a tener dificultad para moverme. Pesaba casi 135 kilos; tenía poca energía y me cansaba fácilmente; incluso conseguí un permiso para estacionar mi automóvil en zonas para discapacitados a fin de poder estacionarme lo más cerca de las tiendas como fuera posible.
Decidí que había llegado el momento de bajar de peso. Acudí a Doctrina y Convenios 89 y oré a mi Padre Celestial: “Ayúdame a entender lo que esto realmente me está diciendo”. Con el tiempo, cada versículo y cada palabra cobraron un nuevo significado para mí. Aun cuando no tomo alcohol, ni té ni café, y no fumo, realmente no había comprendido el mensaje general. Sabía que la Palabra de Sabiduría era un código de salud, pero nunca antes había considerado que fuera una forma de vida.
Por primera vez sentí realmente que podía cambiar mi estilo de vida. Me puse una meta realista de bajar 50 libras (23 kilos) en 50 semanas.
Llevé un control de las calorías y nutrientes que consumía e investigué los beneficios a la salud de todo lo que comía. A medida que consumía alimentos más saludables, me sentía satisfecha y no tenía antojos. Parecía como que mi cuerpo sabía lo que necesitaba. Los alimentos dañinos de los que antes disfrutaba perdieron su atractivo. Dejé de comer azúcar y, con el tiempo, dejé de contar calorías y consumí alimentos de origen vegetal, tal como dice la Palabra de Sabiduría: “lo que produce fruto, ya sea dentro de la tierra, ya sea arriba de la tierra” (D. y C. 89:16). Logré mi meta y aun más. En un poco más de veintitrés meses había perdido la mitad de lo que pesaba, ¡lo que equivale a doce tallas de ropa más pequeñas! He mantenido ese peso por más de tres años.
Me siento saludable; ya no tengo altibajos en mis niveles de azúcar en la sangre cuando tengo hambre, y no recuerdo cuándo fue la última vez que tuve dolor de cabeza. No tengo que tomar ningún medicamento. Mientras que perder peso ha contribuido a un sentimiento de bienestar en general, también lo ha hecho mi nuevo estilo de vida.
El controlar lo que como es parte de vencer al hombre natural (véase Mosíah 3:19). A su vez, afina mi discernimiento espiritual y me permite recibir la promesa de que “[hallaré] sabiduría y grandes tesoros de conocimiento, sí, tesoros escondidos” (D. y C. 89:19). El renunciar a la comida rápida para obtener sabiduría es un buen intercambio.
Estoy muy agradecida a un amoroso Padre Celestial que escuchó mi sencilla petición y que me dio una nueva percepción de la Palabra de Sabiduría. Sé que la Palabra de Sabiduría es revelación y que puede cambiar vidas.