Respuestas de los líderes de la Iglesia
Cómo mantenerse dignos
De un discurso de la Conferencia General de abril de 2011.
He vivido lo suficiente para haber presenciado gran parte de la metamorfosis de la moralidad de la sociedad. Si bien antes las normas de la Iglesia eran casi todas compatibles con las de la sociedad, ahora nos divide un gran abismo que cada vez se agranda más.
Muchas películas y programas de televisión presentan comportamientos que se encuentran en oposición directa a las leyes de Dios. No se sometan a la insinuación y a la indecencia explícita que con mucha frecuencia se ve allí. La letra de gran parte de la música actual está dentro de esa misma categoría. Lo profano, que tanto prevalece a nuestro alrededor, jamás se habría tolerado en un pasado no muy distante. Les imploro que no digan ni hagan nada de lo que no puedan sentirse orgullosos.
Manténganse totalmente alejados de la pornografía; nunca se permitan verla; jamás. Se ha demostrado que es una adicción muy difícil de superar. Eviten el consumo de alcohol y tabaco y cualquier otra droga, que también son adicciones que les costará mucho vencer.
¿Qué los protegerá del pecado y de la maldad que los rodea? Estoy convencido de que un testimonio firme de nuestro Salvador y de Su evangelio los ayudará a mantenerse a salvo. Si no han leído el Libro de Mormón, léanlo. Si lo hacen con oración y con el deseo sincero de saber la verdad, el Espíritu Santo les manifestará que es verdadero. Si es verdadero, y lo es, entonces José Smith fue un profeta que vio a Dios el Padre y a Su Hijo Jesucristo. La Iglesia es verdadera. Si aún no tienen un testimonio de estas cosas, hagan lo necesario para obtenerlo. Es esencial que tengan un testimonio propio, ya que los testimonios de los demás solo les servirán hasta cierto punto. Una vez que se obtiene, el testimonio debe mantenerse activo y vivo por medio de la obediencia a los mandamientos de Dios, y mediante la oración y el estudio de las Escrituras con regularidad. Asistan a la Iglesia. Asistan a Seminario.
Si hubiese algo que no está bien en su vida, tienen una salida a su disposición. Dejen toda iniquidad; hablen con el obispo. Sea cual sea el problema, se puede resolver mediante el debido arrepentimiento. Pueden volver a ser limpios (véase D. y C. 58:42).
El Salvador de la humanidad se describió a Sí mismo diciendo que estaba en el mundo sin ser del mundo. Nosotros también podemos estar en el mundo sin ser del mundo al rechazar los conceptos falsos y las enseñanzas falsas. Sean fieles a lo que Dios les ha mandado.