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Refrenar las pasiones: Cómo alinear los pensamientos y los sentimientos sexuales con las expectativas del Señor
Deshacernos de sentimientos sexuales apropiados no es lo que el Padre Celestial desea que hagamos. Él desea que aprendamos a controlarlos a fin de que nos den gozo en vez de pesar.
Es probable que no recuerdes mucho de cuando aprendiste a caminar. Al principio, tal vez te hayas caído muchas veces; pero cuando te caíste, no te regañaron. Lo más probable es que alguien que te ama te levantó y ¡te animó una y otra vez a que siguieras intentándolo! Con el tiempo, poner un pie delante del otro llegó a ser más natural. Ahora puedes evitar la mayoría de las situaciones que te pueden hacer caer.
Si tan solo pudiéramos tratarnos con esa misma paciencia cuando estamos aprendiendo a lidiar con otros aspectos de nuestro cuerpo físico, entre ellos cómo controlar los sentimientos sexuales.
¿Cómo podemos “refrenar nuestras pasiones”?
La mayoría de nosotros experimentamos sentimientos sexuales como parte de nuestra experiencia terrenal. Aunque estos sentimientos que Dios nos ha dado son parte esencial de Su plan para nuestra felicidad, muchos de nosotros hemos sentido el deseo de actuar en base a ellos de un modo que no está en armonía con Sus mandamientos.
Durante nuestros años de la adolescencia y en los primeros años de la edad adulta, muchos de nosotros hemos experimentado los desafíos que surgen al aprender a reconciliar los sentimientos sexuales vinculados a un cuerpo terrenal con la forma en que el Señor espera que utilicemos ese don.
Algunos de nosotros gastamos gran parte de nuestra energía espiritual tratando de deshacernos incluso de sentimientos sexuales apropiados. Sin embargo, ¡deshacernos de ellos no es lo que el Padre Celestial desea que hagamos! Más bien, Él quiere ayudarnos a aprender a reconocer y refrenar nuestros pensamientos y comportamientos sexuales. El desarrollar esa capacidad nos será de utilidad tanto antes como después del matrimonio.
Alma enseñó: “ … refren[a] […] tus pasiones para que estés lleno de amor” (Alma 38:12). Alma nunca dijo que eliminaras tus pasiones, ya que estas no son necesariamente malas. En cambio, él nos instó a refrenarlas o controlarlas a fin de que pudiésemos estar llenos de amor1.
¿Cómo podemos refrenar nuestras pasiones? A continuación hay algunas cosas que pueden ayudarte a medida que aprendes a “caminar” en esta importante travesía.
Comprende las influencias
En primer lugar, es útil entender algunos de los factores que influyen en tu capacidad de controlar los deseos sexuales. Comprender dichos factores puede ayudarte a gobernar tus sentimientos sexuales:
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La biología: Cada organismo produce diferentes niveles de varias sustancias químicas que afectan el deseo sexual. Como resultado, la magnitud de la lucha de cada persona puede variar.
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Los hábitos: Si has tenido el hábito de actuar de acuerdo con pensamientos y deseos sexuales, cambiar podría ser más difícil. Reemplazar esos hábitos por otros positivos es un esfuerzo a largo plazo. Debes comprometerte a volver a ponerte de pie y perdonarte a ti mismo(a) mientras atraviesas ese proceso. En algunos casos, un líder de la Iglesia o un profesional de la salud mental pueden ayudarte a dejar atrás los hábitos negativos.
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Las emociones difíciles: Algunas personas participan en pensamientos y conductas sexuales para lidiar con sentimientos como el estrés, la soledad o la depresión. Aprende a reconocer esas emociones. Considera hacer ejercicio, escribir en tu diario, hacer terapia o hallar alguna otra manera positiva de lidiar con esos sentimientos.
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La baja autoestima: Los sentimientos de baja autoestima a menudo debilitan nuestra determinación. Considera prestar servicio o realizar otros esfuerzos que te ayuden a sentirte bien contigo mismo(a).
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Las relaciones imaginarias: Una relación imaginaria jamás reemplazará de forma adecuada tu necesidad de tener una relación real. En cambio, practica tus habilidades de comunicación y forja buenas amistades. Busca oportunidades y pasatiempos sociales positivos. El relacionarte con otras personas es una de las claves del éxito.
Aprende del ejemplo del Salvador
Después de que Jesús ayunó por 40 días, Satanás lo tentó a que convirtiera las piedras en pan. Él simplemente respondió: “Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4).
El Salvador no combatió la tentación de Satanás afirmando que no tenía hambre o que no le gustaba la comida. En cambio, Él sobrellevó esa tentación declarando una razón más elevada y noble para no querer comer: deseaba vivir de toda palabra de Dios. Él vio que Su misión estaba muy por encima de la satisfacción de los deseos físicos.
Si tratas de convencer a tu mente de que no tienes sentimientos sexuales, tu cuerpo te recordará que sí los tienes, lo cual puede llevarte a sentirte abrumado(a), estresado(a) y agotado(a).
Sin embargo, si haces frente a tus deseos sexuales como el Salvador afrontó el deseo de comer, puedes tener más éxito en cuanto a refrenar tus sentimientos. El Salvador tenía una razón mucho más poderosa para abstenerse que para ceder a la tentación, ¡y tú también la tienes! Se nos prometen muchas bendiciones en esta vida y en la eternidad si guardamos los mandamientos, ya que “el vivir la ley de castidad da lugar a algunas de las bendiciones más grandes que los hombres puedan recibir en la vida terrenal: la confianza espiritual apropiada en la presencia de familiares, amigos, miembros de la Iglesia y, finalmente, del Salvador”2.
Debes saber que puedes tener éxito
Los mandamientos del Señor bendecirán tu vida si tú los obedeces. El mandamiento de controlar tus pasiones no es la excepción: tus esfuerzos por ser obediente te brindarán un gozo sempiterno. Controlar tus sentimientos sexuales puede ser un trayecto de aprendizaje que dure toda la vida, ¡pero el Padre Celestial estará a tu lado para ayudarte a lograrlo! Si cometes equivocaciones, arrepiéntete y vuelve a intentarlo. No te des por vencido(a); eso es parte del proceso de refinamiento en la vida terrenal.
El Padre Celestial es un Padre amoroso que se preocupa y que está dispuesto a ayudarnos con esta sagrada parte de la vida mortal. Jamás olvides que Él infundió sentimientos sexuales apropiados en tu interior, y Él puede ayudarte a aprender a que sean una fuerza para bien en tu vida, independientemente de cuál sea tu situación actual, al ayudarte a relacionarte con los demás de maneras saludables; al darte un sentimiento de determinación y tenacidad; al guiarte para lograr la autopercepción, el amor propio y la aceptación; y al acercarte al Salvador cada día.
Recuerda que Dios desea tu felicidad. Es Satanás quien quiere que seas miserable y quien se vale del desánimo y del engaño para separarte de Dios. El ceder a las tentaciones sexuales fuera del matrimonio te alejará de las bendiciones de la felicidad eterna y te conducirá a la desdicha. No obstante, tus esfuerzos por comprender, canalizar y controlar tu sexualidad, aunque sea una búsqueda de toda la vida, pueden conducirte hacia la felicidad, la humildad y la caridad por todos, incluso por ti mismo(a).