Mensaje de los líderes del Área
“Vivir con gratitud”
Durante el verano, los países de nuestra Área se están reabriendo lentamente después de la pandemia del COVID-19. Este año ha sido difícil para muchas personas. Lloramos con los que han perdido a seres queridos y amigos. Algunas personas han perdido su empleo y otras todavía corren el riesgo de hacerlo. Existe una gran necesidad de que ministremos a los demás, asegurándonos de que se cubran las necesidades de todos.
Sea cual sea la lucha en la que nos encontremos, nuestro Padre Celestial siempre está pendiente de nosotros y conoce las pruebas que estamos tratando de superar, por muy difíciles que sean. Me viene a la mente esta estrofa de un himno muy conocido:
Cuando te abrumen penas y dolor,
cuando tentaciones rujan con furor,
ve tus bendiciones; cuenta y verás
cuántas bendiciones de Jesús tendrás1.
Con frecuencia, es por medio de las pruebas que somos fortalecidos. Sin embargo, el saber esto no sirve de mucho consuelo cuando nos encontramos inmersos en las contiendas más profundas. El presidente Russell M. Nelson nos preguntó en la Conferencia General de abril de este año: “¿Cómo podemos soportar semejantes pruebas?”. Continuó después: “El Señor nos ha dicho que ‘si estáis preparados, no temeréis’”2. El presidente Nelson también hizo hincapié en los “momento[s] espiritual[es] culminante[s] […] al expresar […] nuestra profunda gratitud a Dios el Padre y Su Hijo Amado”, nos invitó como suele hacerlo a buscar esos momentos e incluso prometió que los tendríamos3. Incluso en las pruebas más profundas, la gratitud puede ser la clave para vencerlos.
Gracias al Salvador, se han puesto los medios no solo para que perseveremos, sino también para que superemos las pruebas, y se nos promete que lo mejor siempre está por llegar. El Salvador nos conoce a cada uno de nosotros individualmente, y Él está ahí para ayudarnos y apoyarnos en todo momento, para que al final triunfemos. De eso, podemos estar completamente seguros. Llegará el día en que con profunda gratitud, podamos mirar hacia atrás y ver cuán abundantemente fuimos bendecidos y cómo fuimos guiados a lo que era correcto para nosotros.
En su libro “Lighten up”, la hermana Chieko N. Okazaki cuenta la historia de dos hermanas holandesas, Corrie y Betsie Ten Boom, cristianas devotas que escondieron a judíos en su hogar durante la Segunda Guerra Mundial Fueron capturadas y encarceladas en un campo de concentración, en un barracón lleno de pulgas. Citando la Biblia, que no le confiscaron, Betsie leyó: “Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo …”.
Más tarde, mientras oraban juntas, Betsie oró así: “Gracias por las pulgas…”. Corrie dijo entonces: “De ninguna manera Dios podrá hacerme sentir agradecimiento por una pulga”. “Dad gracias en todo”, leyó Betsie. “No dice ‘dad gracias en las circunstancias agradables’”. A esas dos hermanas se les dio más libertad en el barracón en el que se encontraban y con el tiempo se enteraron de por qué. Los guardias no estaban dispuestos a entrar en su cuarto porque estaba plagado de pulgas4.
Vivir con gratitud incluirá necesariamente el amor y la devoción más profundos hacia nuestro Salvador y una gratitud permanente por la senda de los convenios hacia la vida eterna, que Él ha hecho posible para nosotros. Es posible que no siempre nos sintamos dignos de recibir ayuda celestial, pero el Salvador mira no solo donde estamos ahora, sino que nos bendice con amor de acuerdo con el lugar donde Él nos ve desde una perspectiva eterna. “…Jesucristo y Su expiación es el refugio que todos necesitamos, sin importar la tormenta que esté azotando nuestras vidas”5.
Invito a todos a vivir con gratitud y comprobar cómo esto nos acercará más a nuestro Salvador Jesucristo y nos ayudará a superar los desafíos de la vida.