Si he tenido problemas de salud mental, ¿puedo aun así servir en una misión?

Sí; todos aquellos que “ten[gan] deseos de servir a Dios, [son] llamados a la obra” (Doctrina y Convenios 4:3). Dónde servimos es menos importante que cómo servimos, y además, se tendrá en cuenta la salud física y mental de todo aquel que esté pensando en servir en una misión.

Si tienes el deseo de servir en una misión, habla con tu obispo; él puede ayudarte a comenzar el proceso de solicitud. Parte de ese proceso incluirá consultar a médicos y otros profesionales, así como a los líderes de la Iglesia y a los padres. Esas consultas no pretenden evaluar si eres “suficientemente bueno” para el Señor, sino que son para determinar las mejores opciones para que puedas prestar servicio.

Un llamamiento para servir puede llegar a toda persona que tenga deseos de servir. La asignación que recibas para servir en un lugar o de una manera determinada puede depender de muchos factores. Las personas que tienen problemas de salud (incluida la salud mental) a veces han intentado ocultar esa información en el proceso de solicitud, pensando que eso les ayudará a recibir la asignación que desean, pero si eres completamente honrado al declarar tu historial médico (incluso la salud mental), el Señor te bendecirá. Él espera que hagas todo lo que puedas para mejorar tu salud, y además, en el campo misional puedes continuar recibiendo gran parte del apoyo médico que ahora tienes en casa.