2021
Fe para criar hijos en un mundo cambiante
Abril de 2021


Fe para criar hijos en un mundo cambiante

La autora vive en Australia Occidental, Australia.

Usted puede tener una influencia poderosa en sus hijos, independientemente de lo que la sociedad les enseñe.

a young family walking along a beach

Ilustración fotográfica por Scott Davis.

Mi propia infancia es un testimonio de la poderosa influencia que un adulto cristiano puede tener en la vida de un niño. Mi madre murió cuando yo tenía cuatro años, y mi abuela ayudó a cuidar de mí y de mis hermanos. Ella pertenecía a la iglesia del Ejército de Salvación y nos enseñó a orar, a amar a nuestros enemigos y a tratar con bondad a los demás. Su guía durante esos pocos años críticos pusieron el fundamento de mis elecciones futuras.

Hace más de cuarenta años que soy madre y cuidadora profesional de niños, y he visto que los valores y las normas de la sociedad cada vez son más opuestos a las enseñanzas del Salvador. El mal parece impregnarlo todo: desde los libros y la música hasta el vocabulario que utilizamos a diario. Pero no hay razón para sentirse abrumado. El Señor nos ayudará a saber cómo enseñar, proteger y fortalecer a nuestros hijos en el actual clima cultural. Estas son tres lecciones concretas que he aprendido y que también podrían ayudar a su familia.

1. Céntrese en las relaciones, no solo en las normas

Al haber crecido sin una “familia ideal” como modelo, constantemente dudaba de mí misma y de mi capacidad mientras criábamos a nuestros hijos. Esta cita del élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, me brindaba consuelo: “Si ustedes […] se esfuerzan por amar a Dios y vivir el Evangelio […]; si hacen lo que esté a su alcance por ser buenos padres, habrán hecho todo lo humanamente posible y todo lo que Dios espera que hagan”1. El hacer todo lo que esté a nuestro alcance requerirá la ayuda del Salvador, y si alguna vez en la historia ha habido un tiempo en el que los padres necesitasen confiar en Él, ese tiempo es ahora.

En lugar de preocuparnos por una gran cantidad de normas y si nuestros hijos las cumplen a la perfección o no, podemos centrarnos en edificar nuestra relación con ellos y con el Salvador. Nuestro amado profeta, el presidente Russell M. Nelson, lo dijo así: “No intenten controlar a sus hijos. Más bien, escúchenlos, ayúdenlos a aprender el Evangelio, inspírenlos y condúzcanlos hacia la vida eterna. Ustedes representan al Señor en el cuidado de los hijos que Él les ha confiado; por lo tanto, permitan que Su influencia divina permanezca en su corazón al enseñarles y persuadirles”2. Sé por experiencia propia que este consejo es verdadero.

2. Diviértanse juntos

Una manera en la que fortalecimos nuestra relación con nuestros hijos fue a través de actividades familiares. A menudo eran sencillas, como ir a pasear o a comer pescado con papas fritas a la playa. Nuestros hijos sabían que realmente nos encantaba pasar tiempo con ellos.

Tratábamos de escuchar a nuestros hijos para que ellos se sintieran cómodos al hablar con nosotros en cuanto a sus problemas. Cuando surgía un desafío familiar, nos sentábamos con nuestros hijos, hablábamos de lo que nos inquietaba, escuchábamos sus respuestas y tratábamos de tomar juntos una decisión.

3. Dé ejemplo de lo que es vivir el Evangelio

Cuando mis hijos eran pequeños, yo no era miembro de la Iglesia —tardé dieciocho años en tomar la decisión de bautizarme— pero mi marido sí lo era. Él ayudó a nuestros hijos a construir una relación con el Padre Celestial por medio de la oración familiar, el estudio de las Escrituras y la noche de hogar. Estábamos lejos de ser perfectos, pero mi esposo fue persistente y paciente.

Creo que el ejemplo de mi esposo al vivir el Evangelio fue lo que más influyó en nuestros hijos. Ellos le veían leer las Escrituras, orar y asistir a la Iglesia, aunque fuera él solo, y eso tuvo un impacto mucho más poderoso que cualquier enseñanza formal que les dimos.

Incluso aunque su entorno familiar no sea ideal, usted puede guiar a sus hijos. No se desanime.

Podemos empezar hoy

Como padres y madres, cada uno de nosotros finalmente tendrá que dejar ir a sus hijos, confiando en que tomen sus propias decisiones. Con suerte, en ese momento nos sentiremos confiados al hacernos eco de las palabras del profeta José Smith: “Les enseño principios correctos y ellos se gobiernan a sí mismos”3. Podemos empezar hoy a ser para nuestros hijos una fuente que los guíe hacia el Evangelio, independientemente de lo que enseñe el mundo a nuestro alrededor.

Notas

  1. Jeffrey R. Holland, “Porque ella es madre”, Liahona, julio de 1997, pág. 39.

  2. Russell M. Nelson, “La salvación y la exaltación”, Liahona, mayo de 2008, págs. 9–10.

  3. Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, pág. 300.