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La bendición de ser padre es algo que se lleva con el corazón
Como todo lo que vale la pena, lo que realmente amamos toma esfuerzo constante.
Mi esposa, Ruth, siempre dice que debemos ser el tipo de padres que nuestros hijos necesitan. Llegar a su altura no es fácil. Fueron elegidos para triunfar en estos tiempos difíciles, y mantenerme a la altura requiere disciplina, esfuerzo, constancia y amor.
Muchas veces termino muy tarde mi trabajo, agotado mentalmente, pero ella me recuerda que debo dedicar tiempo de calidad para guiarles, para enseñarles cada noche las doctrinas durante nuestra lectura de Ven, sígueme, enseñar a los pequeños a hacer la oración familiar correctamente, ir cada domingo y ayudar al obispo porque es nuestro deber como miembros.
Pregunté a mis hijos mayores qué apreciaban de mí y me sorprendieron sus respuestas; aprecian más el tiempo para jugar el mismo videojuego, o ver el mismo animé, jugar baloncesto, reírnos de nuestras situaciones difíciles, luchar tipo ninja con mi hijo pequeño y hablar un nuevo dialecto con mi sobrina que vive con mi familia. Esos detalles son los más preciados que cualquier otra cosa que se les da.
En fin, ser padre en este tiempo me requiere ser digno de esos jóvenes espíritus que me eligieron para ser su padre. El valioso recuerdo de bendecirlos, bautizarlos y ahora ver partir al mayor a la misión me ha ayudado a ser una mejor persona. He visto las bendiciones del Padre Celestial a través de mi familia. Disfruto ser padre.