“Ministrar con paciencia”, Liahona, septiembre de 2023.
Principios de ministración
Ministrar con paciencia
En la vida y al servir a los demás, podemos desarrollar la capacidad de ser más pacientes.
En 2 Corintios 12:7–8, Pablo dice que había orado tres veces para que le fuera quitado “un aguijón en [la] carne”. Sin embargo, la respuesta a su oración no fue que se le retirara de inmediato su problema. En lugar de eso, el Señor le dijo: “Te basta mi gracia”. Pablo mostró paciencia y fe en el modo en que reaccionó: “Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo” (versículo 9).
El Señor también enseñó a Moroni que, por medio de la gracia de Jesucristo, podemos aprender y aumentar en fortaleza: “… si los hombres vienen a mí, les mostraré su debilidad. Doy a los hombres debilidad para que sean humildes; y basta mi gracia a todos los hombres que se humillan ante mí; porque si se humillan ante mí, y tienen fe en mí, entonces haré que las cosas débiles sean fuertes para ellos” (Éter 12:27).
Ministrar con paciencia
Al igual que Pablo, la mayoría de nosotros ha orado para pedir alivio muchas veces en la vida; en ocasiones mucho más de tres veces. A veces, es el momento adecuado para que se dé esa bendición, pero otras veces, al igual que a Pablo, se nos enseña y somos fortalecidos. En esos momentos, podemos aprender a tener paciencia y a esperar los tiempos del Señor.
Al ministrar, también necesitamos el atributo cristiano de la paciencia. Puede que tengamos que ministrar a personas que afronten diversos desafíos o que tengan diferentes niveles de comprensión del Evangelio, y se requiere paciencia y amor para ministrar a las personas que tal vez no sean receptivas.
Desarrollar la paciencia
A medida que lleguemos a conocer al Salvador, sabremos mejor lo que Él haría para ministrar en nuestro lugar. ¿Cómo podemos desarrollar el atributo cristiano de la paciencia?
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Acepte que la vida terrenal está llena de situaciones que prueban nuestra paciencia y que, a veces, es normal sentir frustración. Recuerde que, con práctica y fe en el Señor, podemos mejorar nuestra reacción ante las situaciones estresantes. ¡Sea paciente con sus esfuerzos por ser más paciente!
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Pida a Dios que le ayude cuando sienta que le cuesta ser paciente. Respirar hondo y hacer una oración puede ayudar a sentir calma y paz.
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Escuchar música espiritualmente edificante que propicie un estado de ánimo apacible puede ayudarle a superar los sentimientos de impaciencia.
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Acepte los tiempos del Señor en su vida. Nuestra voluntad y nuestros deseos deben adaptarse a Sus tiempos.
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Tener paciencia es una actitud. Recuerde que sentirnos apresurados o estar en un estado constante de prisas rara vez mejora la vida.
Ideas para ministrar con paciencia
A veces, nuestra labor de ministrar consiste en ayudar a otras personas a tener paciencia durante las pruebas. Estas son algunas maneras en las que podemos ayudar:
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Mostrar a la persona o a la familia que los amamos y nos preocupamos por ellos pese a cualquier desafío que afronten y aun cuando piensen, por cualquier razón, que no son dignos de ser amados.
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Compartir con ellos experiencias en las que hayamos tenido que cultivar la paciencia y decirles que sabemos lo difícil que puede ser. Ayudarles a sentir que no están solos si sienten impaciencia o frustración.
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Orar por ellos para que puedan tener paciencia durante las pruebas difíciles y hacerles saber que el Padre Celestial escuchará sus oraciones para que puedan sentir fortaleza.
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Estar dispuestos a escuchar cuando necesiten alguien con quien hablar. Tener un amigo comprensivo es una de las mejores maneras de sobrellevar una prueba o una situación difícil.