Voces de los miembros
La obediencia de Nefi
No paraba de pedirle a su mamá que fueran a hablar de la Iglesia con los amigos o los vecinos.
Un domingo, Nefi José regresó emocionado de la iglesia después de participar en la reunión de la Primaria. Lucía su camisa blanca y un gafete en su bolsillo izquierdo con la frase grabada: “Futuro Misionero”.
Ese día, en la clase de la Primaria, le enseñaron sobre la obra misional. Nefi José, obediente, como el hijo de Lehi, no paraba de pedirle a su mamá que fueran a hablar de la Iglesia con los amigos o los vecinos.
No se quitó la camisa blanca ni el gafete en toda la tarde. Continuó insistiéndole a su madre que tenía que cumplir con lo que le habían sugerido en la clase.
Después de unas horas, Yolanda, la mamá de Nefi José, habló con la mamá de Christopher, el mejor amigo de él, quien no es miembro de la Iglesia, para programar una cita para ir a su casa.
En la casa de Christopher, Nefi José no tuvo problemas para hablar de Jesucristo y del Libro de Mormón. La familia de su amigo quedó admirada al ver la obediencia de Nefi José.
Él regresó a casa emocionado. Su carita dejaba ver un rayo de luz debido a su decisión de obedecer. Como todo un “Futuro Misionero” siguió luciendo su camisa blanca y el gafete hasta la hora de dormir.
Ese día, en la familia Cerrato, aprendimos que es importante obedecer como Nefi lo hizo en 1 Nefi 3:7: “Iré y haré lo que el Señor ha mandado, porque sé que él nunca da mandamientos a los hijos de los hombres sin prepararles una vía para que cumplan lo que les ha mandado”.
Nuestro pequeño fue e hizo eso. Si así decidiéramos todos obedecer al Señor, nuestras vidas estarían repletas de las bendiciones del Padre Celestial.