Perforación del cuerpo
Los profetas Santos de los Últimos Días desaprueban firmemente la perforación del cuerpo excepto para fines médicos. Si las jovencitas o las mujeres adultas desean perforarse las orejas, se les insta a usar un solo par de aretes (pendientes, zarcillos, aros) sencillos.
Los que decidan hacer caso omiso de este consejo demuestran una falta de respeto por sí mismos y por Dios, y algún día lamentarán su decisión.
El apóstol Pablo enseñó acerca de la importancia de nuestros cuerpos y el peligro de profanarlos a propósito: “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es” (1 Corintios 3:16–17).