Dios el Padre
Dios el Padre es el Ser Supremo en quien creemos y a quien adoramos. Él es el supremo Creador, Soberano y Preservador de todas las cosas. Él es perfecto y tiene todo poder y todo conocimiento. Tiene “un cuerpo de carne y huesos, tangible como el del hombre” (D. y C. 130:22).
Nuestro Padre Celestial es un Dios de juicio, de fortaleza, de conocimiento y de poder, pero también es un Dios de misericordia, de bondad y de caridad perfectas. Aunque no sabemos “el significado de todas las cosas”, podemos hallar paz en el conocimiento seguro de que Él nos ama (véase 1 Nefi 11:17).
Padre de nuestros espíritus
Uno de los grandes interrogantes de la vida es: “¿Quién soy?”; una canción muy conocida de la Primaria ayuda incluso a los niños pequeños a saber la respuesta. Cantamos “Soy un hijo de Dios; Él me envió aquí”. El conocimiento de que somos hijos de Dios nos brinda fortaleza, consuelo y esperanza.
Tú eres literalmente un hijo o una hija de Dios, y fuiste engendrado(a) espiritualmente en la vida preterrenal. Como Su hijo o Su hija, ten la certeza de que tienes un potencial divino y eterno, y de que Él te ayudará en tus esfuerzos sinceros por alcanzar ese potencial.
Creador Supremo
Nuestro Padre Celestial es el Creador Supremo. Por medio de Jesucristo, Él creó los cielos y la tierra y todo lo que en ellos hay (véase Moisés 2:1). Alma dijo: “Todas las cosas indican que hay un Dios, sí, aun la tierra y todo cuanto hay sobre ella, sí, y su movimiento, sí, y también todos los planetas que se mueven en su orden regular testifican que hay un Creador Supremo” (Alma 30:44).
De cuando en cuando, medita sobre las bellezas de la creación: los árboles, las flores, los animales, las montañas, las olas del océano, un niño recién nacido. Dedica tiempo para contemplar los cielos, en donde el curso de las estrellas y de los planetas es evidencia de “Dios obrando en su majestad y poder” (véase D. y C. 88:41–47).
Autor del plan de salvación
Nuestro Padre Celestial quiere que moremos con Él por toda la eternidad. Su obra y Su gloria es “llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre” (Moisés 1:39). Para que eso fuera posible, preparó el plan de salvación. Envió a Su amado Hijo, Jesucristo, a soltar las ligaduras de la muerte y expiar los pecados del mundo: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). Ese sacrificio es la máxima expresión del amor de nuestro Padre por nosotros.
Cómo llegar a conocer a Dios el Padre
Como hijos de Dios, tenemos una relación especial con Él, lo que nos distingue de todas Sus demás creaciones. Esfuérzate por conocer a tu Padre Celestial. Él te ama y te ha dado la preciada oportunidad de acercarte a Él por medio de la oración. Las oraciones que ofrezcas con humildad y sinceridad serán escuchadas y contestadas.
Podrás conocer al Padre cuando aprendas sobre Su Hijo Amado y pongas en práctica el Evangelio en tu vida. El Salvador enseñó a Sus discípulos: “Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais… El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:7, 9).
Al estudiar las Escrituras y las palabras de los profetas de los últimos días y al prestar servicio a los demás, te acercarás a Dios el Padre. Cuando sigas la voluntad de Dios y vivas como Él desea que vivas, llegarás a parecerte más a Él y a Su Hijo y te prepararás para regresar a vivir en Su presencia.
Véase también Creación; Plan de salvación; Trinidad.