Reverencia
La reverencia es una actitud de profundo respeto y amor. Cuando tienes una actitud reverente hacia Dios, lo honras, le expresas gratitud y obedeces Sus mandamientos.
Debes ser reverente tanto en tu conducta como en tu actitud. La conducta reverente comprende la oración, el estudio de las Escrituras, el ayuno y el pago del diezmo y las ofrendas; implica también usar ropa modesta y un lenguaje limpio y sano. La medida de tu reverencia se pone en evidencia ante la clase de música y otros entretenimientos que escoges, en la forma en que hablas de temas sagrados, y en tu forma de vestir y actuar cuando vas a la Iglesia y al templo. Demuestras reverencia por el Señor cuando prestas servicio a los demás y los tratas con bondad y respeto.
Al llegar a ser más reverente, notarás una silenciosa transformación en tu vida. El Señor derramará Su Espíritu sobre ti con mayor abundancia, te sentirás menos preocupado y confundido, y recibirás revelación para resolver problemas personales y familiares.
Así como la reverencia te acerca más a Dios, la irreverencia cumple los objetivos del adversario. Satanás te tentará a seguir la tendencia del mundo que conduce hacia cada vez más ruido, más emociones y contención, y menos circunspección y dignidad interior. Tal como un comandante que prepara una invasión militar, él también tratará de obstruir los canales de comunicación entre tú y el Señor. Se consciente de esas tácticas y esfuérzate por ser reverente en todo lo que hagas.