Trinidad
El primer Artículo de Fe dice: “Nosotros creemos en Dios el Eterno Padre, y en Su Hijo Jesucristo, y en el Espíritu Santo”. Esos tres seres componen la Trinidad y presiden este mundo y todas las demás creaciones de nuestro Padre Celestial.
La verdadera doctrina de la Trinidad se perdió en la apostasía que ocurrió después del ministerio terrenal del Salvador y de la muerte de Sus apóstoles. Esa doctrina comenzó a ser restaurada cuando el joven José Smith, de catorce años, tuvo la Primera Visión (véase José Smith—Historia 1:17). Por el relato del Profeta, de la Primera Visión, y por sus otras enseñanzas, sabemos que los miembros de la Trinidad son tres seres separados. El Padre y el Hijo tienen cuerpos tangibles de carne y huesos, y el Espíritu Santo es un personaje de espíritu (véase D. y C. 130:22).
Aunque los miembros de la Trinidad son seres distintos, cada uno con Su propia función, son uno en propósito y en doctrina; y están perfectamente unidos en el propósito de llevar a cabo el divino plan de salvación de nuestro Padre Celestial.