“¿Cuándo dejaré de sentir culpa y vergüenza?”, Para la Fortaleza de la juventud, marzo de 2024.
Fortaleza para vencer el pecado
¿Cuándo dejaré de sentir culpa y vergüenza?
A veces puede parecer más fácil sentir desesperanza en cuanto a uno mismo que sentir el amor que el Salvador siente por nosotros, pero, como Nefi sabía, no tiene por qué ser así.
Cuando haces algo malo, puede que se te pase por la cabeza la idea de que eres un fracasado, que deberías haber actuado mejor, que no mereces amor.
En el fondo, sabes que nada de eso es verdad. Has aprendido acerca de tu valor como hijo o hija de Dios, y sabes que el arrepentimiento es real y posible. Pero aun así, después de haber pecado o cometido un error, puedes sentir la tentación de castigarte a ti mismo más de lo que lo haría cualquier otra persona con pensamientos de culpa y vergüenza.
Incluso algunos de nuestros personajes favoritos de las Escrituras se sentían así en ocasiones.
¿Incluso Nefi?
Después de escribir sobre el fallecimiento de su padre, Nefi escribió lo siguiente: “Sin embargo, a pesar de la gran bondad del Señor, al mostrarme sus grandes y maravillosas obras, mi corazón exclama: ¡Oh, miserable hombre que soy! Sí, mi corazón se entristece a causa de mi carne. Mi alma se aflige a causa de mis iniquidades. Me veo circundado a causa de las tentaciones y pecados que tan fácilmente me asedian. Y cuando deseo regocijarme, mi corazón gime a causa de mis pecados” (2 Nefi 4:17–19).
Estamos hablando de Nefi, la misma persona que rescató las planchas de bronce de Labán, hizo un arco desde cero en el desierto y construyó un barco sin haber construido ninguno antes. Tenía un testimonio de la bondad del Señor; aun así, se sentía inadecuado a causa de sus pecados y debilidades.
Entonces, ¿qué debemos hacer? Si nuestro héroe del Libro de Mormón luchaba contra sentimientos de culpa e ineptitud, ¿qué podemos hacer cuando nos sentimos de la misma manera?
La clave es centrarse en Jesucristo
La historia de Nefi no terminó allí. La clave para Nefi fue cambiar el centro de atención de sí mismo a Jesucristo.
Mientras Nefi se lamenta, dice: “No obstante, sé en quién he confiado. Mi Dios ha sido mi apoyo” (2 Nefi 4:19–20).
Después de ese cambio de forma de ver las cosas, nuestro héroe de las Escrituras ya no se centra en la angustia que siente por sus errores. En vez de ello, ¡se regocija en su Salvador! Nefi dice: “Regocíjate, oh mi corazón, y clama al Señor y dile: Oh Señor, te alabaré para siempre! Sí, mi alma se regocijará en ti, mi Dios, y la roca de mi salvación” (2 Nefi 4:30).
Al igual que Nefi, puedes encontrar misericordia, perdón y paz por medio de Jesucristo. Quizás sientas que no puedes concederte gracia a ti mismo, pero hay Alguien que lo hará. El élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, dijo: “La gracia de Cristo nos ofrece no solo salvación del pesar, el pecado y la muerte, sino de nuestra persistente autocrítica”1.
Así que cuando te sientas tan abajo que no veas la manera de superar tus pecados y errores, debes saber que el Padre Celestial y Jesucristo nunca han dejado de amarte. Pon la mira en tu Salvador y Él podrá ayudarte a vencer tanto tus pecados como tu culpa.