“¿Puedo servir si soy introvertido?”, Para la Fortaleza de la Juventud, marzo de 2024.
Fortaleza para servir
¿Puedo servir si soy introvertido?
El Salvador puede fortalecernos, aunque nos cueste comunicarnos con las personas.
Cuando estaba en la escuela secundaria, pensaba que no era una discípula de Jesucristo de valor, pues me costaba hablar con la gente. No era solo introvertida, ¡era muy tímida! Era tan tímida que me costaba mucho hacer amigos y ser yo misma con mis compañeros de la escuela y de la Iglesia.
Por eso, rehuía los llamamientos de las Mujeres Jóvenes y sentía que no podía ser tan espiritual como mis compañeras, que conversaban más y eran más sociables que yo.
Así que, cuando me gradué en la escuela secundaria y decidí servir en una misión, ¡estaba aterrorizada!
Sentí que Dios quería que sirviera, pero lo primero que pensé fue: “¿Por qué desea Dios que alguien como yo sirva? No sé hablar con las personas”.
Pero, a pesar del miedo que tenía, decidí confiar en Dios y servir en una misión de todos modos.
Confiar en la fortaleza de Cristo
Mientras servía, las cosas fueron difíciles al principio, pero a medida que seguí intentándolo (y permitiéndome fallar), descubrí que el Señor me fortalecía para hacer la labor que Él me pedía.
En el Libro de Mormón, el Señor dice: “Si los hombres vienen a mí, les mostraré su debilidad. Doy a los hombres debilidad para que sean humildes; y basta mi gracia a todos los hombres que se humillan ante mí; porque si se humillan ante mí, y tienen fe en mí, entonces haré que las cosas débiles sean fuertes para ellos” (Éter 12:27).
En la misión, me di cuenta de que Jesucristo podía hacer cosas maravillosas conmigo, no por mi fortaleza, sino por la Suya. Y también me di cuenta de que no recibía Su fortaleza solo por ser misionera, sino que también era algo en lo que podría haber confiado en la escuela secundaria.
Lo maravilloso de Jesucristo es que no necesitamos títulos ni extensos currículos para servir en Su reino y ser discípulos fuertes. Si somos humildes y sinceros en nuestros deseos de servir, Jesucristo nos tomará exactamente como seamos y donde estemos, y nos dará la ayuda y la fortaleza necesarias para servirle.